R¨¦quiem por la dase media
Lo que caracteriza a un pa¨ªs moderno y m¨ªnimamente desarrollado es la existencia de una clase media fuerte y numerosa. El sistema democr¨¢tico se asienta b¨¢sicamente sobre las espaldas de este sector social. La Revoluci¨®n Francesa propici¨® su aparici¨®n en escena, y a partir de entonces, el liberalismo y la democracia hicieron su deb¨² pol¨ªtico.Los grandes totalitarismos de ayer y de hoy se alimentan de la incultura de sus ciudadanos y de la inexistencia de una clase media que sirva de contrapeso a las enormes diferencias de todo tipo
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R¨¦quiem por la clase media
Viene de la p¨¢gina anteriorentre las clases bajas de la sociedad y los arist¨®cratas de las tierras y el dinero.
Pues bien, en la Espa?a actual parece que se ha dictado sentencia contra la clase media: se arruinan los peque?os empresarios, pierden poder adquisitivo los funcionarios de categor¨ªa intermedia, los profesores, los profesionales medios, etc¨¦tera. Incluso se obstaculiza el libre acceso a la cultura de este estamento social, al desaparecer los colegios privados con precios asequibles a los que pod¨ªan acudir sus hijos (no los de elite a precios prohibitivos, naturalmente).
Por otro lado, las diferencias entre los grandes se?ores del dinero y los que menos tienen se han acentuado peligrosamente en los ¨²ltimos a?os. Unos y otros intentan sobrevivir a costa de la sufrida clase media, que trabaja y se ahoga en impuestos para mantener a ambos: pagando m¨¢s impuestos, en proporci¨®n, que las clases altas (que evaden todo cuanto pueden) y pagando, asimismo, con sus impuestos los sueldos de los parados.
La p¨¦rdida de cultura y la depauperizaci¨®n progresiva de estos sectores profesionales est¨¢n llevando paulatinamente al empobrecimiento econ¨®mico y cultural de toda la sociedad, y nos puede conducir directamente al tercermundismo, con su secuela de totalitarismos de todo tipo.
Habr¨ªa que preguntarse si es esto precisamente lo que buscan nuestros gobernantes para poder seguir gobernando de un modo autoritario y con absoluta impunidad. Si esto fuera as¨ª, podr¨ªamos ir entonando un sentido r¨¦quiem, no s¨®lo por la clase media espa?ola, sino por la democracia a la que estaba sustentando.-
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