Olga Roig y Miguel ?ngel L¨®pez
La odisea de una pareja barcelonesa para atender a un ni?o adoptado
Ella es administrativa, de 33 a?os; ¨¦l, asesor fiscal, de 41 a?os. Los dos llevan cuatro meses intentando adoptar un ni?o, y desde entonces todo son obst¨¢culos. Primero, las dificultades para hallar y adoptar un ni?o reci¨¦n nacido en Espa?a, donde el tr¨¢mite suele durar tres a?os. Despu¨¦s, decididos a ir a Centroam¨¦rica para abreviar plazos. Al recibir la buena noticia de que en Honduras pueden adoptar uno, la ley se les volvi¨® en contra, al no contemplar la posibilidad de un tiempo de baja para que la madre atienda al ni?o adoptado. Miguel ?ngel y Olga han protestado al Defensor del Pueblo y a los partidos, y Minor¨ªa Catalana ha anunciado la pr¨®xima presentaci¨®n de una propuesta en este sentido.
A primeros de enero, como deseo de a?o nuevo, esta pareja -ella nacida en Barcelona y ¨¦l en Tarragona- decidi¨® adoptar un ni?o, al haber fracasado anteriormente en la fecundaci¨®n in vitro. Los amigos les advierten que el proceso es largo y dificil, especialmente si, como ellos desean, se trata de adoptar un ni?o reci¨¦n nacido. Al cabo de dos meses de papeleo, deciden buscar en los pa¨ªses latinoamericanos. La respuesta de las embajadas es positiva, y se deciden por Honduras. Al empezar los tr¨¢mites, estalla el esc¨¢ndalo de tr¨¢fico de ni?os de ese pa¨ªs a EE UU para la realizaci¨®n de trasplantes. Ning¨²n abogado hondure?o quiere hacerse cargo del caso, hasta que recurren al del obispado local. A estas alturas Olga ya tiene m¨¢s que claro que "adoptar un ni?o es un lujo al alcance tan s¨®lo de multimillonarios". Les piden todo tipo de certificados: de matrimonio, penales, de bondad fiscal..., hasta 45 folios.Cuando se creen felices por haber superado "la lentitud kafkiana de la burocracia", en expresi¨®n de Miguel ?ngel, aparece un obst¨¢culo imprevisto La empresa en la que trabaja Olga desde hace 15 a?os, una multinacional alemana de seguros, se niega a concederle el permiso por maternidad reconocido a las madres naturales. Un permiso que precisan para recoger al ni?o y cuidarlo en sus primeros d¨ªas.
La respuesta es breve: "El Estatuto de los Trabajadores no lo contempla". La reacci¨®n de Olga es de asombro: "Debe creer que los ni?os adoptados se cr¨ªan bajo la cama como los champi?ones". La pareja reacciona con fuerza, llaman a los partidos pol¨ªticos, se quejan al S¨ªndic de Greuges catal¨¢n y al Defensor del Pueblo. Olga recibe de todos buenas palabras, en algunos partidos pol¨ªticos la conocen como "la nueva sufragista", y se afilia a CC OO. La respuesta oficial es dura: todos reconocen el derecho de la mujer que adopta un ni?o reci¨¦n nacido a tener un per¨ªodo de baja laboral para atenderlo, pero ello no figura en la ley. Los funcionarios civiles y los trabajadores del Hospital Cl¨ªnico de Barcelona tienen recogida la equiparaci¨®n, e incluso una comisi¨®n del Ministerio de Trabajo recomend¨® hace dos a?os su inclusi¨®n en el Estatuto de los Trabajadores, sin qu¨¦ se llevara a efecto.
"Estoy dispuesta a hacer todo lo que haga falta para corregir esta tan temprana discriminaci¨®n del ni?o adoptado", asegura Olga, que confiesa haber dedicado a gestiones sobre el tema una media de cuatro horas en los ¨²ltimos meses. Ni a ella ni a Miguel ?ngel se les ha pasado por la cabeza desistir. "Si otros lo hubiesen hecho, ya estar¨ªa solucionado", afirma ¨¦l.
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