Un acuerdo con futuro
Las discusiones del convenio de banca entre la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca (AEB) y los tres sindicatos mayoritarios en el sector, CC OO, UGT y FITC, ocupa portadas y grandes titulares de todos los medios de comunicaci¨®n por que, seg¨²n la autora, la patronal bancaria enfoca las discusiones como "una patronal de patronales" y utiliza a los empleados bancarios como conejillos de Indias de una pol¨ªtica social previamente establecida.
?Qu¨¦ tiene de particular la negociaci¨®n de los convenios en este sector que tanta atenci¨®n se le dedica mientras apenas se da cuenta de muchas otras negociaciones? Sin duda, el n¨²mero de empresas y trabajadores afectados es elevado, pero no m¨¢s que en otras ramas que, habitualmente, no son objeto de atenci¨®n comparable.Es evidente que la diferencia tiene su origen en la presencia de la AEB, que, de modo permanente, enfoca la negociaci¨®n colectiva en banca como una especie de patronal de patronales que, adem¨¢s de llevar a la negociaci¨®n sus reivindicaciones propias e inmediatas, fabrica un banco de pruebas para la negociaci¨®n de aspectos m¨¢s generales y estrat¨¦gicos, politizando la negociaci¨®n colectiva en el sentido de intentar casi legislar en lo laboral, desde fuera del Parlamento.
Con esa patronal -que hace pocos d¨ªas era calificada por un semanario como "verdaderos due?os del Estado" y que, sin llegar a tanto, podr¨ªamos decir sin error que es la m¨¢s poderosa del pa¨ªs y que influye diariamente de modo decisivo en la pol¨ªtica legislativa y gubernamental- es con la que negociamos los sindicatos nuestro convenio.
Propias exigencias
Los sindicatos, CC OO en particularr, llevamos muchos a?os reivindicando la necesidad de reducir nuestra jornada de trabajo, que hasta la entrada en Agor del convenio ha sido la m¨¢xima legal, con libranza de los s¨¢bados que ya son librados por la inmensa mayor¨ªa de los trabajadores del pa¨ªs. De mismo modo, hemos reclamado la necesaria reclasificaci¨®n de categor¨ªas, que obedec¨ªa a una reglamentaci¨®n de 1950, y el derecho a una formaci¨®n y promoci¨®n profesional que garantizase nuestra adaptabilidad a las nuevas funciones y, con ello, garantizase nuestro puesto de trabajo. Hemos pretendido recuperar al menos una parte del 10% de poder adquisitivo que han perdido nuestros salarios en los ¨²ltimos 10 a?os, en el convencimiento de que tenemos derecho a una digna participaci¨®n en el beneficio que la propia patronal asegura que genera nuestro trabajo.
Pero hace 28 meses, cuando se iniciaron las negociaciones de este ¨²ltimo convenio, la AEB acudi¨® a ellas con su propias exigencias: desaparici¨®n total de los complementos de pensiones a que tienen derecho los ingresados antes de 1980, s¨¢bados libres pero sin reducci¨®n de la jornada anual y con horario partido de lunes a viernes, polivalencia funcional para ventanilla sin contrapartidas y sin reclasificaci¨®n de categor¨ªas, movilidad geogr¨¢fica, etc¨¦tera.
Despu¨¦s de esos 28 meses, habi¨¦ndose alcanzado una importante, casi hist¨®rica, unidad de acci¨®n entre los sindicatos mayoritarios, de movilizaciones y presiones de delegados, comit¨¦s de empresa y trabajadores, se lleg¨® a un acuerdo para dar salida al convenio en este dif¨ªcil sector. El acuerdo se produjo, como no pod¨ªa ser de otro modo, sin que los sindicatos consigui¨¦semos imponer la totalidad de nuestras reivindicaciones, pero impidiendo que la patronal lograse sus pretensiones m¨¢s negativas.
Sometida a refer¨¦ndum entre los trabajadores esta propuesta de convenio, el sector se vio dividido en dos bloques pr¨¢cticamente id¨¦nticos, aunque el rechazo fue mayoritario por una diferencia de 1.700 votos sobre un total de m¨¢s de 130.000 emitidos.
Los sindicatos firmantes de aquel acuerdo, a ra¨ªz del resultado de la consulta, hemos analizado cuidadosamente las razones del mismo. Es cierto que en el texto original se hab¨ªa llegado a una redacci¨®n poco afortunada en ciertos temas que, pese a la correcci¨®n del fondo, produjo una inseguridad en algunos colectivos de trabajadores en cuanto a la futura aplicaci¨®n del convenio. Todo ello fue profusamente utilizado por organizaciones minoritarias, y en no pocos casos marginales, para atizar el miedo y la desconfianza y solicitar el rechazo de la propuesta de convenio.
Pero no es menos cierto que desde el 4 de febrero, fecha del refer¨¦ndum, hasta hoy mismo, nadie en el sector ha presentado propuesta alguna alternativa a la que hab¨ªa sido formulada por los tres sindicatos mayoritarios que goce de la m¨¢s m¨ªnima credibilidad.
Correcciones
Por ello, desde el mism¨ªsimo 4 de febrero, los sindicatos mayoritarios, que agrupamos a m¨¢s del 80% de los delegados en las ¨²ltimas elecciones, conscientes de nuestra responsabilidad y de la incapacidad de cualquier otra organizaci¨®n para salir de la demagogia, pusimos manos a la obra para corregir los aspectos que, a nuestro juicio, hab¨ªan facilitado el rechazo de un n¨²mero significativo de trabajadores. Y conscientes, asimismo, de que en este sector, con la AEB enfrente y despu¨¦s de 28 meses de dur¨ªsimas negociaciones, no exist¨ªan salidas m¨¢gicas en las cuales fiar la superaci¨®n del enquistamiento, como si el problema fuese que antes no se nos hab¨ªan ocurrido.
Por si los problemas de esta negociaci¨®n fueran pocos, el TCT, hace escasamente un mes, ha dictado una sentencia en la cual se aceptaba como legal la actuaci¨®n del Banco de Vizcaya que, al margen del convenio, ha establecido horario partido sin reducci¨®n de jornada en numerosos centros de trabajo mediante modificaciones individuales de contratos de trabajo acordados en los despachos entre la direcci¨®n y cada trabajador.
A partir de esta sentencia, las negociaciones con la AEB se endurecieron nuevamente, haci¨¦ndose patente el escaso entusiasmo de la patronal por poner en vigor lo antes firmado.
Finalmente, urgidos por esta nueva situaci¨®n y tras una serie de intentos fallidos de poner en vigor el convenio permitiendo que no se aplicase a aquel trabajador que no lo desease, hemos alcanzado un nuevo acuerdo que permite comenzar la libranza de los s¨¢bados como estaba previsto, a partir del 1 de junio, as¨ª como percibir los atrasos pendientes, que alcanzaban ya importantes cuant¨ªas.
Este nuevo acuerdo, adem¨¢s de las mejoras alcanzadas en el anterior, garantiza una recuperaci¨®n de poder adquisitivo de otros dos puntos por encima del IPC para 1989, lo que, unido a los dos puntos de 1988 y casi dos de 1987, representa una importante mejora, manteni¨¦ndose la cl¨¢usula de revisi¨®n como garant¨ªa de todo ello.
Asimismo, se ha reforzado muy positivamente la voluntariedad para el desarrollo del trabajo de ventanilla a quienes, hasta ahora, no viniesen obligados a realizar esta tarea, con garant¨ªa de retorno a las funciones habituales en un plazo de uno o dos a?os como m¨¢ximo y una importante compensaci¨®n econ¨®mica entre tanto.
El mejoramiento de las cuant¨ªas y condiciones de concesi¨®n de cr¨¦ditos vivienda y anticipos sin inter¨¦s para necesidades generales, as¨ª como el perfeccionamiento de las garant¨ªas del cobro del 100% de los complementos de pensiones, son elementos que tambi¨¦n despejan muchos de los aspectos que provocaron inquietud entre los trabajadores.
Y, por fin, la regulaci¨®n en convenio del abono de un m¨ªnimo de 500 pesetas por d¨ªa a los trabajadores que, voluntariamente, cambien al horario partido en todas las localidades con censo superior a 50.000 habitantes, que es donde fundamentalmente se implantar¨¢ el nuevo horario, es otro elemento que se garantiza a los sectores de trabajadores que a¨²n pudieran mantener dudas.
A cambio de estas modificaciones se ha incrementado en un 5% el porcentaje de oficinas y trabajadores que, voluntariamente y como m¨¢ximo, podr¨¢n adscribirse al nuevo horario, pasando del 20%, al 25%. Teniendo en cuenta que este concepto de plena voluntariedad se mantiene en sus propios t¨¦rminos y que en numerosos bancos los sondeos indican que los voluntarios superar¨ªan ese 25%, podemos decir que este tema, aun satisfaciendo mejor ciertas exigencias patronales, no representa en absoluto un endurecimiento del anterior acuerdo, sino incluso, en ciertos lugares, todo lo contrario.
S¨®lo hay algo que puede ensombrecer el resultado final: la no celebraci¨®n de un nuevo refer¨¦ndum. Pero la negativa rotunda de la patronal a facilitar la infraestructura imprescindible e incluso su amenaza de retirada del acuerdo si exig¨ªamos su celebraci¨®n, no daba garant¨ªa alguna para su desarrollo y pon¨ªa en peligro la posibilidad de alcanzar convenio.
Convenio de futuro
Los sindicatos hemos elegido: el convenio era fundamental, m¨¢s ahora que, aun sin refer¨¦ndum, tenemos la constancia de que la mayor¨ªa de los trabajadores est¨¢ convencida de su necesidad y de la bondad de su contenido, con las modificaciones introducidas.
Este convenio es un convenio de futuro. La reducci¨®n de jornada a 37,5 horas, la reclasificaci¨®n de categor¨ªas, la perspectiva de formaci¨®n y promoci¨®n profesional que abre de inmediato, la retribuci¨®n de tareas que hasta ahora se desarrollaban gratuitamente por multitud de trabajadores, todo ello sienta las bases de una acci¨®n sindical de gran trascendencia y muestra la correcci¨®n de una pol¨ªtica que desde CC OO planteamos abiertamente en nuestro programa electoral y que ha permitido la recomposici¨®n de una unidad sindical que constituye el mejor patrimonio que los trabajadores tenemos para hacer frente a las amenazas derivadas de la pro funda recomposici¨®n del sector financiero que se avecina.
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