Tabaquismo

Con motivo de la reciente publicaci¨®n del decreto ley sobre limitaci¨®n de lugares de concurrencia p¨²blica para poder fumar, le env¨ªo sobre el tema la siguiente carta por si considera de inter¨¦s su posible publicaci¨®n.El tabaquismo es un problema grave en el que las autoridades cada vez est¨¢n tomando mayor preocupaci¨®n y adoptando medidas m¨¢s rigurosas y severas. Ah¨ª est¨¢ el ejemplo de Nueva York, donde se ha prohibido, bajo penas de fuertes sanciones, fumar en todos los locales de concurrencia p¨²blica. Sin embargo, yo no soy demasiado optimista de que aqu¨ª surtan los efectos deseados las disposiciones del decreto ley promulgado por el Gobierno. Pienso que el problema es grave y el Gobierno tiene toda la raz¨®n del mundo, pero se puede estrellar, porque no toda la gente es lo suficientemente comprensiva para ver las cosas como son y no como le conviene. He comprobado que no s¨®lo se sigue fumando en los organismos oficiales o lugares de concurrencia p¨²blica, sino que hay quien lo hace en el metro y autob¨²s. Porque ?de qu¨¦ sirve una ley si nadie se preocupa de hacerla cumplir? En muchos casos, precisamente los que ten¨ªan que hacerlo son los que menos les interesa que se cumpla; ¨¦ste es el caso de los conductores de autobuses fumadores, funcionarios fumadores o jefes fumadores, que no hacen nada por que la norma se cumpla. Incluso he visto jefes amenazantes para los no fumadores y funcionarios que si antes fumaban un cigarrillo ahora se fuman un puro, y nadie ha dejado de fumar ni se ha puesto indicaci¨®n alguna que lo desaconseje. O sea, que a pesar de estar ya vigente el decreto ley, todo sigue m¨¢s o menos. Esta sociedad es incapaz de sacrificarse por algo que no sea sus propios vicios y comodidad, despreciando en este caso su propia salud.-