La feria de la Costa Azul comienza con la intenci¨®n de recuperar su antiguo estilo
En su pasada edici¨®n, dedicada a festejar su 40? aniversario, el festival de Cannes, que es la mayor concentraci¨®n cinematogr¨¢fica del mundo, sucumbi¨® a la tentaci¨®n del escaparatismo. Hizo todo tipo de concesiones a los residuos del caduco star-system. Convirti¨® la gran fiesta del cine en pasto para un enorme espect¨¢culo televisivo. Este a?o, Cannes parece avanzar hacia su viejo estilo.
En la edici¨®n del pasado a?o, se lleg¨® a afirmar airadamente en los cen¨¢culos cin¨¦filos de La Croissette que los organizadores eran entreguistas, que hab¨ªan abusado de la enorme capacidad de convocatoria del festival para ponerla al servicio de los intereses inmediatos del mercado, con un grave olvido: que Cannes gan¨® ¨¦sa su capacidad de convocatoria con el perdido impulso de busca de nuevos caminos para el cine. El festival quiere recuperar en la edici¨®n este a?o su viejo estilo.La primera medida tomada por la organizaci¨®n del festival para recuperarse de las duras cr¨ªticas que provoc¨® en algunos sectores intelectualmente influyentes de la profesi¨®n y de la cr¨ªtica especializada ha sido prescindir casi por completo de la presencia, meramente ornamental, de estrellas que polaricen la atenci¨®n informativa en detrimento de la de los filmes.
Presencias
Se anuncian escasas y muy justificadas grandes presencias, como las del actor y director norteamericano Clint Eastwood y la -todav¨ªa no confirmada- de su compatriota Robert Redford, pues ambos cineastas presentan en Cannes, el primero en la Secci¨®n Competitiva y el segundo fuera de ella, sus dos ¨²ltimas realizaciones, todav¨ªa no estrenadas en los cines europeos: Bird y The Milagro beansfield war, respectivamente.
El resto del estrellato convocado est¨¢ casi reducido a un peque?o y selecto cap¨ªtulo de homenajes, en los que el puro cine predomina esta vez sobre el consumo de glamour, con lo que los ojos -sedientos de rostros de la prensa del coraz¨®n- de las c¨¢maras de la televisi¨®n mundial instaladas en las puertas del bunker de La Croissette van a encontrar esta vez mucha menos materia para sus espect¨¢culos, directos o diferidos, que la que les ofrecieron en bandeja el pasado a?o, hasta el punto de que dio entonces la impresi¨®n de que las proyecciones, m¨¦dula del festival, se convirtieron en pretextos para los desfiles mundanos que les preced¨ªan en las escalinatas de la sala Lumi¨¨re.
El festival de Cannes comienza esta noche -y se prolongar¨¢ hasta el pr¨®ximo d¨ªa 23- con la presentaci¨®n, fuera de concurso, de un filme franc¨¦s del que no se conocen apenas detalles, pues parece haberse realizado rodeado de misterio. Se trata de la pel¨ªcula Grand bleu, dirigido por Luc Besson, un filme-inc¨®gnita, pues ning¨²n comentarista especializado parece haber tenido acceso a ¨¦l, rompi¨¦ndose as¨ª el sistema habitual de los pases previos para la Prensa especializada, destinados m¨¢s a generar publicidad indirecta que verdadera informaci¨®n cinematogr¨¢fica.
Los grandes cineastas consagrados no abundan en ninguna de las grandes secciones del festival, y los de mayor renombre de la Secci¨®n Competitiva son, adem¨¢s del norteamericano Eastwood, el portugu¨¦s Manuel de Oliveira, con Los can¨ªbales; el espa?ol Carlos Saura, con El Dorado, y el belga Andr¨¦ Delvaux, con su adaptaci¨®n de la novela de Marguerite Yourcenar L'oeuvre au noir.
En dichas grandes secciones del festival (Oficial Competitiva, Oficial Fuera de Concurso, Quincena de los Realizadores y Una Cierta Mirada) predominan cineastas de escaso o nulo renombre internacional, y, seg¨²n comentaristas que han tenido acceso a la c¨²pula de la organizaci¨®n, esta l¨ªnea austera no es azarosa, sino premeditada.
Con ella se intenta poner de manifiesto que los organizadores de Cannes 88 han asumido la gravedad y hondura de la actual crisis de creatividad que padece el cine, y se proponen combatirla apoyando obras, estilos, nombres y movimientos de renovaci¨®n, en lugar de dejarse llevar, como ocurri¨® en ediciones anteriores, por la f¨¢cil y acomodaticia producci¨®n de prestigio y relumbr¨®n.
La gran feria cinematogr¨¢fica de la Costa Azul comienza esta noche, y el Cine, con may¨²scula, estar¨¢ de enhorabuena si a lo largo de su desarrollo estas impresiones se confirman, pues ello supondr¨ªa que el coloso de Cannes se ha embarcado por fin en el esfuerzo por mantener una llama sagrada -la recuperaci¨®n por el cine de su extraviada pasi¨®n por la renovaci¨®n de su lenguaje y de su condici¨®n de supremo arte de este siglo- que hoy por hoy est¨¢ guardada por minor¨ªas insobornables, pero desprovistas de poder, dinero y plataformas de lanzamiento de sus obras, realizadas de espaldas a las cada vez m¨¢s indiscriminadas -la mortal victoria de la cantidad sobre la calidad- demandas de un mercado audiovisual no selectivo, en el que todo cabe.
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