Una elecci¨®n in¨²til
LAS ELECCIONES generales celebradas en Dinamarca el pasado martes, apenas ocho meses despu¨¦s de las anteriores, no han resuelto los problemas que, a juicio del primer ministro, Schl¨¹ter, hab¨ªan hecho necesaria su convocatoria. Eso s¨ª, han debilitado ligeramente a su coalici¨®n conservadora (el tr¨¦bol de cuatro hojas) y al conjunto de las izquierdas (el bloque rojo). Los votos perdidos han ido a parar al Partido del Progreso, nombre tras el que se esconde la extrema derecha, que casi dobla el n¨²mero de sus esca?os. Este partido se constituye as¨ª, junto con el Radical Liberal, de centro, en el ¨¢rbitro de la situaci¨®n pol¨ªtica. Ninguno de los dos se sumar¨¢ a la coalici¨®n gubernamental, aunque ambos han anunciado que la apoyar¨¢n matizadamente. Para completar la confusi¨®n resultante, sin embargo, el Partido Radical Liberal apoya, contra el Gobierno, la tesis de la desnuclearizaci¨®n permanente de Dinamarca, que es precisamente la manzana de la discordia que decidi¨® a Schl¨¹ter a convocar elecciones. El pa¨ªs podr¨ªa encontrarse, ma?ana mismo, exactamente en la misma situaci¨®n que la que hace un mes provoc¨® la crisis, s¨®lo que, adem¨¢s, se ver¨ªa obligado a operar con el inconveniente de una extrema derecha parlamentaria reforzada.Dinamarca fue socio fundador de la OTAN, pero firm¨® el tratado de Washington con una carga muy complicada de neutralismo y s¨®lo cuando las dificultades suecas hicieron imposible una uni¨®n escandinava. Dinamarca, convencida entonces por EE UU de que el enfrentamiento entre dos bloques era inevitable, opt¨® por la Alianza Atl¨¢ntica. La nuclearizaci¨®n de la OTAN hizo renacer en Copenhague incomodidades que llevaron a este Gobierno a declarar, en 1957, la desnuclearizaci¨®n danesa permanente en tiempos de paz. Sin embargo, esta pol¨ªtica no se conceb¨ªa como un reto continuado a la estrategia aliada, sino, m¨¢s bien, como una constante declaraci¨®n de principios. Pero, poco a poco, Dinamarca se fue convirtiendo en un miembro de la OTAN bastante reacio a seguir su pol¨ªtica nuclear, reticencia que le ven¨ªa impuesta desde el Parlamento por la alianza temporal del bloque rojo con los radical-liberales. A lo largo de los ¨²ltimos seis a?os, el Gobierno ha sido derrotado en 23 ocasiones en cuestiones de seguridad, incluida una que le obligaba a disociarse del despliegue de los euromisiles. La ¨²ltima, el 14 de abril pasado, forz¨® al Gobierno a mandar una carta a cada buque de la OTAN que entrara en aguas danesas record¨¢ndole la pol¨ªtica de desnuclearizaci¨®n permanente. No pasaba de ser la reiteraci¨®n de un principio, pero Schl¨¹ter decidi¨® no considerarlo as¨ª y convoc¨® elecciones.
Apoy¨¢ndose en la complicidad brit¨¢nica y estadounidense, pa¨ªses que decidieron interrumpir las visitas de sus flotas a Dinamarca, en protesta por lo que consideraban como un peligro contra la esencia misma de la Alianza, el primer ministro dan¨¦s plante¨® la elecci¨®n como una alternativa en la que se dirim¨ªa la pertenencia o no de Dinamarca a la OTAN. Se trataba, naturalmente, de un falso problema. Schl¨¹ter, en realidad, pretend¨ªa una cosa que sab¨ªa imposible: conseguir la mayor¨ªa para los conservadores. Y olvidaba otra: que un pol¨ªtico no es m¨¢s democr¨¢tico por convocar una elecci¨®n detr¨¢s de otra hasta que una le d¨¦ la raz¨®n. Si el equilibrio de las fuerzas no se altera por mucho que lo intente el primer ministro, ser¨¢ conveniente que estudie la posibilidad de prestar atenci¨®n a la voluntad de su pueblo.
Por lo dem¨¢s, la pertenencia de Dinamarca a la OTAN nunca ha estado en peligro: el 70% de los daneses quiere que su pa¨ªs siga siendo miembro de la Alianza. Lo que es destacable es que ese mismo 70% se opone a la nuclearizaci¨®n del territorio en que vive. La pertenencia a la OTAN no se discute; con lo que no parecen estar de acuerdo los daneses es con unas condiciones de pertenencia impuestas por EE UU. Los comicios del martes pasado son, tal vez, el mejor argumento en favor del derecho de cada aliado a definir con autonom¨ªa los t¨¦rminos de su participaci¨®n solidaria en una alianza defensiva.
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