"El ingl¨¦s es el idioma del 'rock", dice el grupo sovi¨¦tico Black Coffee

En su primera visita a Espa?a, el grupo sovi¨¦tico Black Coffee ofreci¨® una peculiar conferencia de prensa controlada en todo momento por un manager que contest¨® a la mayor¨ªa de las preguntas. Formados en Mosc¨² hace a?o y medio, aseguran practicar "un hard rock mel¨®dico cantado en ruso": "Hemos vendido medio mill¨®n de discos en nuestro pa¨ªs, y ahora estamos prepar¨¢ndonos para grabar en ingl¨¦s, en un intento por lanzarnos al resto del mundo. Reconocemos que ¨¦se es el idioma del rock".El grupo act¨²a hoy en el auditorio de la Casa de Campo. Ayer se hizo p¨²blica la desaparici¨®n de su t¨¦cnico de sonido, Samouil Savitski, que se encuentra en paradero desconocido desde el martes.

Luciendo un vestuario de rebajas de grandes almacenes, el manager, un maestro del arte de hablar sin decir nada, capea con aire tremendamente serio un temporal de intencionadas preguntas. Omnipresente, aparece en las car¨¢tulas de los discos y en los posters de los conciertos, contrastando su imagen con el cuero y los vaqueros de sus pupilos, cuatro j¨®venes de poco m¨¢s de veinticinco a?os que s¨®lo abren la boca tras recibir su aprobadora mirada.

"Somos trabajadores de la Filarm¨®nica, por lo que el Ministerio de Cultura sovi¨¦tico nos dio 100.000 rublos (m¨¢s de 11 millones de pesetas) para que pudi¨¦ramos comprar el primer equipo de sonido", comenta el inevitable manager. "Pero nosotros nos buscamos las actuaciones, de las que nos queda un 30% de la taquilla. Nos gastamos aproximadamente el 10% en ropa, y tambi¨¦n solemos dedicar una buena parte a la compra de instrumentos".

Este tema es particularmente delicado, puesto que hace tan s¨®lo unos d¨ªas la Prensa sovi¨¦tica anunci¨® la existencia de un gran mercado negro de instrumentos musicales. Ellos aseguran desconocer elasunto, y comentan que "¨²nicamente son caros, y dif¨ªciles de conseguir, los aparatos americanos. De dos a?os para ac¨¢, y gracias a la perestroika, se han formado en la Uni¨®n Sovi¨¦tica m¨¢s de 5.000 grupos de rock, con todo lo que esto implica. Una buena guitarra americana viene costando 2.000 d¨®lares (casi 225.000 pesetas), pero los modelos japoneses son mucho m¨¢s accesibles".

En Europa y Norteam¨¦rica, el Heavy Metal vende imagen. Su dura est¨¦tica, con sonidos ¨¢speros y textos agresivos, contrasta con el blando planteamiento sovi¨¦tico: "Podemos interpretar canciones de cualquier tipo, pero lo que realmente nos interesa es transmitir paz, alegr¨ªa y amistad. No tenemos censura en las letras, pero no nos gusta utilizar palabras feas o lenguaje de bandolero, y desconocemos s¨ª en nuestro pa¨ªs hay problemas de drogas o alcohol".