La marcha del se?or obispo
Nicol¨¢s Castellanos, titular de la di¨®cesis de Palencia, participa en una marat¨®n
"?Que viene el obispo, que viene el obispo!", gritaba un grupo de j¨®venes alrededor de la mesa del tercer control de la marcha. Nicol¨¢s Castellanos, con una cruz de madera bail¨¢ndole sobre el pecho y un ch¨¢ndal azul marino, aparec¨ªa a la carrera por la cuesta de Valdeolmillos (Palencia). El hecho, sucedido el pasado s¨¢bado, no es novedoso: era la s¨¦ptima vez que participaba en la marat¨®n que se celebra anualmente en Palencia para recaudar fondos de ayuda a Aspanis, una asociaci¨®n para la inserci¨®n de deficientes ps¨ªquicos.
En esta edici¨®n, Nicol¨¢s Castellanos recorri¨® los 40 kil¨®metros que separan a Quintana del Puente de Palencia, pasando por Torquemada, por carreteras secundarias. "Llevo dos meses prepar¨¢ndome", declar¨® el obispo a este diario. Castellanos conoce bien la di¨®cesis, que recorre tambi¨¦n con su utilitario. Ha dejado de residir en el Palacio del Obispo desde que hace 10 a?os llegara a esta zona de Castilla. Es dif¨ªcil encontar en las profundidades de la Espa?a rural a un obispo que conozca tan a fondo los problemas de los campesinos o los de los obreros, como sucede con los mineros de Guardo, con quienes tambi¨¦n realiza otra marcha anual. ?sta es, sin embargo, por la zona monta?osa de la provincia y los fondos recogidos van destinados a la fundaci¨®n ADECA, tambi¨¦n para j¨®venes disminuidos.Castellanos, a decir de sus feligreses, ha sintonizado bien con este medio en el que naci¨®. Hijo de un padre labrador en Mansilla del P¨¢ramo (Le¨®n), su extracci¨®n social hace de ¨¦l un hombre llano, sin temor ni recelo a esa Prensa que causa tantos dolores de cabeza a algunos jerarcas eclesi¨¢sticos. ?l habla de pluralismo con absoluta naturalidad.
Siempre recuerda la frase de San Agust¨ªn de que s¨®lo se conoce lo que se ama. Y ¨¦l, fiel agustino, insiste: "Hay que entrar en el alma del pueblo. No entiendo una espiritualidad evanescente". Sabe que entre dogmas y vida real hay, a veces, abismos.
En su di¨®cesis lleva una actitud pastoral decidida que le hace contar con las simpat¨ªas de sus vecinos independientemente de las creencias que profesen. Su popularidad ha hecho que las autoridades civiles hayan intentado saltar el list¨®n que el propio obispo ha colocado. El s¨¢bado pasado, el secretario del Gobierno Civil palentino hizo un buen papel en esa marat¨®n de 40 kil¨®metros.
Recuerdo de la gobernadora
En a?os anteriores corr¨ªa la entonces gobernadora civil, Rosa de Lima Manzano, actual directora general de Tr¨¢fico, explican unos vecinos. Este a?o, sin embargo, la m¨¢xima autoridad provincial ha declinado participar, porque no se encontraba en buena forma f¨ªsica.Rosa de Lima Manzano s¨ª asisti¨®, mientras fue gobernadora, a la carrera. Iba flanqueada por una escolta y el secretario, que ya es veterano es ¨¦stas lides. Hac¨ªa parte del trayecto en bicicleta y llegaba al punto de partida en coche oficial, recuerdan algunos de los participantes.
Nicol¨¢s Castellanos, a sus 53 a?os, concluy¨® la marat¨®n en buen estado f¨ªsico. Por la tarde confirm¨® a un centenar de personas en la parroquia de San Miguel. ?se fue el colof¨®n p¨²blico a una jornada que el obispo comenz¨® de madrugada. Rodeado de un grupo de ni?os castellanos fue uno de los m¨¢s de 2.000 participantes en la marcha. Pero no uno m¨¢s. Social y eclesialmente es un obispo. Por ello con su carrera consigui¨® m¨¢s de un mill¨®n y medio de pesetas para la asociaci¨®n privada de defientes ps¨ªquicos.
"Algunas firmas y congregaciones religiosas hacen donativos y me patrocinan la carrera", explic¨® el obispo. "El resultado de todo eso es que se puede ofrecer trabajo a los disminuidos", afirm¨®, y a?adi¨®: "Participo no por ser obispo o dejar de serlo, sino para sensibilizar a la poblaci¨®n sobre este problema. Hay familias que como ¨²nico ingreso cuentan con las 20.000 pesetas que reciben sus hijos disminuidos en estos talleres".
?l relativiza la importancia de estar al frente de una di¨®cesis. Pocos prelados tienen hoy, sin embargo, la popularidad de este leon¨¦s bajito, del que cuentan que hace 10 a?os, cuando fue nombrado obispo, visit¨® un peque?o pueblo al norte de la provincia. Los vecinos, con el cura al frente, esperaban al se?or obispo con la solemnidad propia de otros tiempos. De tal manera que no advirtieron el paso de un utilitario. Castellanos, una vez llegado al pueblo y al encontrarlo vac¨ªo, regres¨® a la carretera para poner al corriente a los feligreses de que ¨¦l era el nuevo obispo.
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