Suspenso en el primer parcial

Conclu¨ªdo el primer examen parcial de los dos que Espartaco tiene en esta feria, la c¨¢tedra emiti¨® su veredicto: suspenso. Que los p¨²blicos de por ah¨ª en general y el espartaquismo en particular no se alarmen por las aptitudes del titular de la causa: siguen tal cual. La ¨²nica diferencia estriba en que la c¨¢tedra exige del temario hasta la letra menuda, mientras a los examinadores de por ah¨ª igual les importa corte que cortijo, y a poco que se descuiden se la dan con queso.

Espartaco hizo ante la c¨¢tedra las faenas que le han encumbrado donde todo cuela, las mismas con sus ajetreos y sus sonrisas, las mismas con sus derechazos y sus dos pases de pecho -dos- para rematar tandas. Si se trasladaran esas faenas, con sus puntos y sus comas, a las plazas de por ah¨ª, tendr¨ªan m¨²sica, clamores, orejas. Muchos suspensos de Las Ventas son en otras partes sobresalientes cum laude. Todo depende, claro, del temario y la seriedad de la c¨¢tedra. De entrada, el trap¨ªo de los toros de ayer -incluso los protestados por no tenerlo- viene a ser el doble de lo que por ah¨ª sueltan, y adem¨¢s el presidente de Las Ventas ejerce su autoridad, como Juan Lamarca, que devolvi¨® tres inv¨¢lidos al corral, y se qued¨® tan ancho.

Luego est¨¢ el an¨¢lisis exahustivo que la afici¨®n hace de la lidia, y lo que ve, lo dice, all¨¢ penas si es Espartaco quien est¨¢ en el ruedo. A Espartaco no le valieron los recursos que suele utilizar mundo adelante para pasar los ex¨¢menes con pico y sin toro. Contorsionaba esforzadamente el cuerpo al ejecutar los derechazos y naturales, y no le val¨ªa; empalmaba dos pases de pecho -dos-, y tampoco; corr¨ªa afa noso venteando el flequillo para demostrar su entusiasmo, y tampoco; citaba de frente, y tampoco; sonre¨ªa al claustro de profe sores, y tampoco; "de parte de mi padre que si ha recibido la caja de puros", y tampoco.

Los aficionados iban al fondo de la cuesti¨®n: derechazos y naturales eran veloces, sin temple con pico, la suerte descargada; el pase de pecho es el remate natural de una tanda y rematarlo con otro pase de pecho es ponerse la boina encima de la chistera; en Las Ventas ya han visto correr a muchos agitando el flequillo (hasta dar saltos de la rana han visto) y est¨¢n de vuelta de estos entusiamos; citar de frente es un positivo valor, pero si tras el pase escapa el diestro a terreno lejano para inciar otro, queda deliberadamente rota la ligaz¨®n, que en el toreo es esencial; la afici¨®n prefiere torero parricida que pegapases angelical, y los puros eran calique?os resecos.

El examinando no puede decir que suspendi¨® porque la c¨¢tedra le tiene man¨ªa. All¨ª estaba tambi¨¦n Ortega Cano, que tore¨® al primer toro dej¨¢ndose ver, corriendo la mano, con ligaz¨®n, incluy¨® ayudados por alto y por bajo torer¨ªsimos, y sin embargo la c¨¢tedra no se lo valor¨® demasiado porque la clase del toro re clamaba mayores exquisiteces y adem¨¢s lo pas¨® de faena. Para que vea el examinando c¨®mo afina la c¨¢tedra. Que di¨® por buena la voluntad de Ortega Cano con el incierto cuarto toro, y de Victor Mendes puntu¨® alto un quite por chicuelinas, los emocionantes pares de banderillas, asom¨¢ndose al balc¨®n, el valor con que porfi¨® a dos toros reservones.

De cualquier forma la c¨¢tedra se puso de mal humor, pues ya est¨¢ harta de que los taurmios intenten colarle el toro inv¨¢lido cada vez que aparecen las figuras por estos pagos. Por estos pagos el mangoneo est¨¢ muy mal vistos, y si lo hay, se arma.