Recuerda

Supongamos que dentro de 20 a?os seguimos recordando con la misma intensidad que ahora recordamos mayos franceses, milenarios catalanes, ilustraciones espa?olas, d¨¦cadas prodigiosas, prosas centenarias, celuloides rancios, vanguardias de maricasta?a, toda esa bara¨²nda finisecular que ocupa la actual cartelera. ?Qu¨¦ recordaremos. en el futuro de este presente? Muy f¨¢cil. Recordaremos lo mucho que recordamos en esta ¨¦poca. Sentiremos nostalgia de las cantidades industriales de nostalgia que derrochamos por cualquier simetr¨ªa cronol¨®gica.La memoria futura ya no se alimentar¨¢ de hechos vividos, de testimonios directos, de sensaciones o sentimientos experimentados. Ser¨¢ una memoria de tercera mano que rememorar¨¢ las agobiantes remembranzas de hoy. Y los aniversarios futuros, de mantenerse esta pelmaza man¨ªa jubilar, s¨®lo podr¨¢n conmemorar las actuales comnemoraciones. Ser¨¢n aniversarios de los aniversarios. Celebrar¨¢n el centenario de aquellos brillantes centenarios de Gald¨¢s, La Regenta, el nacimiento de Unamuno, la muerte de Lorca, todo eso. Evocar¨¢n los 20 a?os del ventenario del 68. 0 el primer aniversario del V Centenario.

No es cierto que recordar sea huir del presente. Recordamos tanto para que en el futuro nos recuerden tal cual somos ahora mismo: tipos nost¨¢lgicos, de fabulosa memoria funeraria, que circulamos por la historia con la mirada puesta en el retrovisor, m¨¢s amigos de los museos muertos que de las creaciones vivas, capaces de resucitar y rehabilitar a Benavente o autores por el estilo s¨®lo porque cumplen a?os redondos. M¨¢s prodigioso todav¨ªa. Memorizamos hitos que ni siquiera nos rozaron, nostalgias ap¨®crifas. Como la Ilustraci¨®n, los alegres cincuenta, el 68, el futulismo, la Bauhaus y otras rabiosas actualidades. La nuestra no es una cultura l¨®gica, sino cronol¨®gica, y ser¨ªa muy err¨®neo que en el futuro nos recordaran conjugando el presente. Lo que deben saber nuestros descendientes es lo mucho que adoramos a nuestros antepasados.