Espect¨¢culo

Asist¨ª hace unas fechas a una comuni¨®n y sal¨ª impresionado del montaje que la rodeaba: los ni?os/as luc¨ªan unos modelos primorosos, al igual que sus padres y familiares; los fot¨®grafos lanzaban continuamente los flashes desde los ¨¢ngulos dle la iglesia y en cualquier momento; las c¨¢maras de v¨ªdeo grababan la historia, el importante momento, y, como salsa de este n¨²mero, se o¨ªa un sordo murnitullo de gentes que no paraban de cotorrear. Con todo este montaje, la realidad del sacramento pasaba realmente inadvertida. ?Cu¨¢ntos de los asistentes eran realmente creyentes?, ?se podr¨¢ lograr alg¨²n d¨ªa un m¨ªnimo de autenticidad en la celebraci¨®n de estos sacramentos-espect¨¢culo?Creo sinceramente que la Iglesia como instituci¨®n y los elementos vivos de ella deben intervenir seriamente ante estas situaciones para que el hecho religioso sea respetado por creyentes y no creyentes. ?Hasta cu¨¢ndo la Iglesia permitir¨¢. estas mascaradas en sus propios recintos religiosos?, ?no hab¨ªa prohibido las representaciones profanas en sus recintos?

Las autoridades eclesi¨¢sticas (por ejemplo, monse?or Suqu¨ªa y compa?¨ªa), que tantas veces se escandalizan de ciertas actuaciones que ocurren en la vida civil, debieran prestar un poco de atenci¨®n para barrer su casa en primer lugar y dictair las normas oportunas para que la autenticidad sea la norma de funcionamiento de la Iglesia, y no la hipocres¨ªa tan en boga hoy d¨ªa en su seno. Si tienen que hacer la primera comuni¨®n tres ni?os en lugar de los 35 matriculados, bien venidos sean esos tres ni?os. Santones de la Iglesia, ?no tienen nada que decir acerca de esta y otras situaciones parecidas?-