Granada

He llegado hace unos d¨ªas a Granada desde la RFA, donde resido. Granada es una ciudad hist¨®rica, hermosa, con gente cordial y sana, pero que en los ¨²ltimos a?os no ha sido respetada ni por los responsables de urban¨ªstica ni por los constructores, que han demostrado que ni la ¨¦tica, ni la arquitectura, ni la armon¨ªa para conseguir la belleza les importa mucho. Han permitido la construcci¨®n de un Hipercor contra todas las leyes ecol¨®gicas, pero ah¨ª no habr¨¢ podido hacer mucho el municipio contra un consorcio como El Corte Ingl¨¦s.Pero ahora mi asunto. Llevan discutiendo desde hace a?os sobre la construcci¨®n de una carretera de circunvalaci¨®n que verdaderamente es necesaria. Pero ahora resulta que una tal carretera, en vez de sacarla de la ciudad, ensanchando caminos ya existentes y empalm¨¢ndola a la general Granada-Motril, a la altura del Suspiro del Moro, la meten cerca de lugares residenciales y a unos metros de cuatro complejos escolares, p¨²blicos y privados.

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He o¨ªdo que los vecinos han protestado, pero sin ¨¦xito. Por favor, se?or Cebri¨¢n, ruegue a alguien de sus periodistas que se informe y que procure evitar esta aberraci¨®n, pues Granada no es propiedad del municipio ni de la Administraci¨®n de urbanismo, sino que nos incumbe un poco a todos los espa?oles, y no s¨®lo es problenia de nostalgia ni de patriotismo tonto; es tambi¨¦n el pensar que Espa?a tiene que salvar su arte, su cultura y, probablemente, vivir del turismo muchos a?os. Creo que si usted conoce* Granada habr¨¢ aprendido a amarla. Si no es as¨ª, venga y se sentir¨¢ orgulloso de ella, pero, por favor, no la dejemos en manos de irresponsables. Las generaciones siguientes nos lo agradecer¨¢n- Enrique Blanco.