La agitaci¨®n separatista de sijs y sindis enfr¨ªa las relaciones India-Pakist¨¢n
La nueva agitaci¨®n separatista de sijs en la India y sindis en Pakist¨¢n ha despertado una gran actividad diplom¨¢tica entre los dos pa¨ªses, cuyas relaciones atraviesan uno de sus peores momentos. Los dos pa¨ªses aseguran que en el otro se han establecido campos de entrenamiento de terroristas.
Nueva Delhi acusa a Islamabad de fomentar la violencia sij, que la semana pasada se cobr¨® m¨¢s de 100 vidas, al permitir el tr¨¢fico de armas y drogas por la frontera com¨²n. "Sabemos d¨®nde est¨¢n los campos y, como en 1965, podr¨ªamos enviar al Ej¨¦rcito y destruirlos; pero esperamos que esta vez no haya que recurrir a las armas y que Pakist¨¢n coopere en la soluci¨®n del problema sij", afirma un diplom¨¢tico indio.Los ministros de Interior y los de Defensa de los dos pa¨ªses se han reunido recientemente para tratar de establecer un di¨¢logo que permita solventar las disputas fronterizas y el terrorismo y el mercado negro de armas y drogas que se extiende principalmente a lo largo de la l¨ªnea que divide los dos Punjab, el del este, indio, y el del oeste, paquistan¨ª. En medios indios ha sido bien recibida la disposici¨®n paquistan¨ª de que se establezca una patrulla fronteriza conjunta entre los dos Punjab, acordada durante el encuentro de los responsables de Interior.
A su vez, la guerra de Afganist¨¢n ha provocado un enorme flujo de armamento a esta conflictiva zona de Asia y el incremento de los cultivos de opio y hach¨ªs para disponer de dinero fresco. Parte de las armas que Estados Unidos entrega a los muyahidin a trav¨¦s de Pakist¨¢n pasa a engrosar el mercado negro y ha permitido a los s¨ªjs hacerse con aut¨¦nticos arsenales de rifles AK-47, misiles, granadas morteros y municiones.
Independencia de Sind
El nacionalismo sij tiene traumatizada a la India, y el primer ministro, Rajiv Gandhi, teme que le pueda costar perder las pr¨®ximas elecciones, una vez se ha probado la ineficacia de su pol¨ªtica del palo y la zanahoria. Gandhi puso en libertad el mes pasado a importantes dirigentes sijs que consider¨® que podr¨ªan ejercer su influencia moderadora para apaciguar a los m¨¢s extremistas.En la provincia de Sind, en el extremo sur de Pakist¨¢n, no se han alcanzado los niveles de violencia sij en la India, pero la Nueva Alianza Sind (SNA), formada el s¨¢bado pasado, insiste en la independencia. Hasta ahora, los activistas sindis son minoritarios. Sus acciones se confunden con las de los delincuentes comunes, pero el Gobierno central ha fomentado, para contrarrestarlos, un nacionalismo ultraderechista de los mohajirs (musulmanes de lengua urdu llegados a Sind tras la separaci¨®n de la India y Pakist¨¢n, en 1947) que ha agravado la situaci¨®n.
El 50% de la poblaci¨®n de Sind -22 millones de habitantes- es sindi, pero ¨¦stos han sido desplazados a las zonas rurales. Las grandes ciudades de Karachi, con nueve millones de habitantes y s¨®lo el 13% sindi, Hyderabad y otras est¨¢n ocupadas por mohajirs.
Desde que se inici¨® la guerra de Afganist¨¢n ha afluido gran cantidad de patanes (etnia que se extiende por el noroeste de Pakist¨¢n y sur de Afganist¨¢n), que han hecho de Karachi el centro de la mafia de la droga y de las armas en el subcontinente asi¨¢tico y el foco de nuevas disputas ¨¦tnicas que costaron la vida a 50 personas a principios de mes.
Los analistas afirman que ambos Gobiernos est¨¢n interesados en pescar en las aguas revueltas del contrario, pero que ¨¦stas se "han enturbiado demasiado por la guerra de Afganist¨¢n", pa¨ªs que la India considera dentro de su esfera de influencia y en el que Pakist¨¢n est¨¢ apoyando a un radical fundamentalista, Gulbudin Heckmatiar, que habla de una federaci¨®n de Estados isl¨¢micos entre Pakist¨¢n y Afganist¨¢n.
Seg¨²n los analistas, la India no permitir¨¢ tal federaci¨®n, y de ah¨ª que d¨ªas atr¨¢s recibiera al presidente del Gobierno procomunista de Kabul, Mohamed Najibul¨¢, y le ofreciera su apoyo.
La retirada de las tropas sovi¨¦ticas y la divisi¨®n de la Alianza Muyahidin pueden agravar la guerra civil afgana y extender la tensi¨®n en la zona.
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