Pol¨¦mica en Filipinas por la propuesta del 'plan Marshall' de EE UU para el archipi¨¦lago
ENVIADO ESPECIALLa iniciativa de varios senadores y congresistas norteamericanos de dotar de un fondo de ayuda al desarrollo para Filipinas, por valor de unos 10.000 millones de d¨®lares, en coordinaci¨®n entre Estados Unidos, Jap¨®n y la Comunidad Europea, origina un gran n¨²mero de opiniones con tradictorias en los medios pol¨ªticos y period¨ªsticos filipinos. Unos ven la oportunidad de enderezar la econom¨ªa del pa¨ªs, como mejor argumento para desarticular el crecimiento de la guerrilla comunista.
Seg¨²n muchos observadores, el plan ser¨ªa tan s¨®lo la zanahoria que muestra la Administraci¨®n de Estados Unidos para que el Gobierno de la actual presidenta, Coraz¨®n Cory Aquino, acepte la renovaci¨®n del tratado de las bases militares norteamericanas en el archipi¨¦lago: Subic Bay y Ciark, ambas a escasa distancia de Manila.
El denominado minipl¨¢n Marshall (en recuerdo del hist¨®rico plan estadounidense que ayud¨® a la recuperaci¨®n europea despu¨¦s de la II Guerra Mundial) debe contar con el visto bueno final del presidente Ronald Reagan, y probablemente chocar¨¢ con las reservas del Congreso de Estados Unidos, debido a los problemas presupuestarios que supondr¨ªa su aplicaci¨®n.
Washington intenta convencer, por otra parte, a sus principales aliados del grupo de pa¨ªses industrializados para que participen en la operaci¨®n de ayuda a Filipinas.
Aunque tanto los medios diplom¨¢ticos japoneses como europeos han indicado su acuerdo de principio en participar en el minipl¨¢n Marshall para Filipinas, no es seguro que las cosas est¨¦n tan claras a la hora de definir las reglas espec¨ªficas del programa de una ayuda que para los filipinos tendr¨¢, ante todo, un color norteamericano. De ah¨ª, a su vez, las reticencias de que el plan comporte un precio pol¨ªtico a la hora de revisar el tratado de las bases militares de Estados Unidos en el archipi¨¦lago filipino, cuyo actual per¨ªodo de validez caducar¨¢ en 1991.
En principio, estamos de, acuerdo con el minipl¨¢n Marshall, siempre y cuando no est¨¦ ligado a la negociaci¨®n de las bases", dijo recientemente Ra¨²l Manglapus, el ministro filipino de Asuntos Exteriores.
Es evidente que el minipl¨¢n Marshall para Filipinas, que cuenta con grandes posibilidades de ser aplicado, no constituir¨¢ un milagro para un pa¨ªs en pleno intento de reforma agraria y con una deuda exterior de 30.000 millones de d¨®lares. Las actividades guerrilleras (sobre todo del comunista Nuevo Ej¨¦rcito del Pueblo) contribuyen a retrasar tambi¨¦n el flujo de inversiones extranjeras.
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