Estalla en Italia la 'guerra' entre socialistas y radicales
La guerra entre radicales y socialistas ha estallado en Italia mientras el presidente del Gobierno, el democristiano Ciriaco de Mita, y el l¨ªder socialista, Bettino Craxi, han hecho las paces en v¨ªsperas de las elecciones municipales parciales que el pr¨®ximo domingo llevar¨¢n a las urnas a siete millones de personas.Ha sido el l¨ªder carism¨¢tico de los radicales, Marco Pannella, quien ha abierto p¨²blicamente las hostilidades al pedir, por televisi¨®n, a los italianos que no voten socialista. La cuesti¨®n es muy grave porque los radicales no se presentan a estos comicios y sus votos son preciosos. Pannella ha pedido que los votos radicales sean regalados a los verdes o los demoproletarios y lo ha justificado afirmando que los socialistas se han convertido en una ap¨¦ndice democristiano, al haber perdido, dice, su fuerza laica y radical. Se refiere, probablemente, a la petici¨®n hecha por el dirigente del PSI Giuliano Amato, ministro del Tesoro y ex vicepresidente del Gobierno, de que se revise la ley del aborto.
Claudio Martelli, vicesecretario socialista, hasta ayer el socialista m¨¢s cercano a Pannella, ha contestado con dureza a ¨¦ste: "Es Pannella quien carece hoy de estrategia pol¨ªtica y no Craxi".
El malhumor de Pannella proviene de que Craxi no favoreci¨® en la anterior crisis la entrada de los radicales y los verdes en el Gobierno. El l¨ªder radical quer¨ªa ser ministro, pero De Mita y Craxi, que ahora se han hecho de repente amigos intercambi¨¢ndose elogios, se lo impidieron.
El secretario radical, Sergio Stanzani, ha salido en defensa de Pannella, acusado por algunos de haberse quedado aislado en el partido, afirmando que lo que est¨¢ ocurriendo es que Craxi quiere ser el Mitterrand italiano. "Pero no estamos en Francia", ha dicho sarc¨¢stico, "y no es suficiente el PSI".
Lo m¨¢s importante de estos d¨ªas para Craxi es que De Mita ha confesado que, por su parte, no hay prejuicios para que, acabada la fase de las reformas institucionales, el l¨ªder socialista pueda volver a Palazzo Chiggi, lo que es por el momento el gran sue?o de Craxi, quien se considera m¨¢s estadista que hombre de partido.
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