De c¨®mo eliminar por acuerdo lo que se quiere tirar a la basura
De los 1.000 misiles bal¨ªsticos intercontinentales (ICBM) de que dispone Estados Unidos, casi un 70% est¨¢n a punto de cumplir 20 a?os. La mitad de los ICBM norteamericanos y gran parte de los submarinos y los bombarderos estrat¨¦gicos pueden quedar obsoletos en dos a?os. Igual puede ocurrir en la Uni¨®n Sovi¨¦tica con buena parte de los misiles que serian objeto de un acuerdo para reducir a la mitad las armas estrat¨¦gicas. Como indica un experto, un acuerdo servir¨ªa para suprimir con un manto legal unas armas destinadas a la basura.
Esta es una afirmaci¨®n que puede resultar algo exagerada, pero no por ello menos real. Las superpotencias est¨¢n m¨¢s o menos de acuerdo en lo que hay que eliminar. Pero est¨¢n en desacuerdo sobre las nuevas armas nucleares que quieren desplegar o producir. Y la negociaci¨®n se sit¨²a asimismo en un marco en el que el arma nuclear est¨¢ perdiendo importancia.
Algunos expertos indican que Estados Unidos podr¨ªa, incluso sin acuerdo de control de armamentos, reducir en un 75% sus fuerzas estrat¨¦gicas sin que pasara nada grave. Claro que esto no es lo que piensa su Junta de Jefes de Estado Mayor (JCS), que ha venido frenando un acuerdo.
La carga total nuclear en manos de Estados Unidos es en la actualidad la mitad que en 1970, y tambi¨¦n se ha reducido en la URSS. La carga media por vector tambi¨¦n ha ido siguiendo en los ¨²ltimos a?os una tendencia a la baja. La OTAN, por su parte, independientemente del tratado para eliminar los misiles nucleares de alcance intermedio (INF), tambi¨¦n ha reducido dram¨¢ticamente su armamento. Y no por amor al arte, sino porque estas armas ya no son tan necesarias.
La tecnolog¨ªa ha mejorado espectacularmente la precisi¨®n de los misiles. Los Minuteman II de 1966 (seg¨²n el Instituto Internacional de Estudios Estrat¨¦gicos), ten¨ªan, y tienen, una precisi¨®n de 370 metros tras un vuelo de 11.300 kil¨®metros. Los MX, con parecido alcance, tienen una precisi¨®n de 100 metros. Y la precisi¨®n de los misiles de crucero, lanzados desde tierra, aire o mar, tienen una precisi¨®n que se cuenta en decenas de metros.
"Cuando mejora la precisi¨®n, la carga nuclear necesaria para destruir objetivos militares protegidos se reduce tambi¨¦n dram¨¢ticamente, hasta el punto de que algunos de los misiles de crucero de hoy d¨ªa podr¨ªan, equipados con cabezas convencionales, cumplir la misma funci¨®n", seg¨²n el estudio Disuasi¨®n discriminada elaborado por un importante grupo de expertos norteamericanos. A?aden que en la pr¨®xima d¨¦cada, incluso, bastar¨ªan algunos ICBM con cargas nucleares. De ah¨ª la conclusi¨®n, respecto a las cargas nucleares, de que "se necesitan menos armas para atacar objetivos militares y los da?os colaterales a la sociedad civil se pueden mantener a niveles muy bajos o evitarlos en su totalidad".
La ¨²ltima edici¨®n del Poder¨ªo Militar Sovi¨¦tico, publicada por el Pent¨¢gono, recoge, naturalmente, la llegada de nuevas armas nucleares, como el misil SS-24, pero tambi¨¦n nota un cambio en la doctrina sovi¨¦tica: "El profundo efecto de la nueva tecnolog¨ªa no nuclear en la guerra moderna ha disparado amplios cambios en la doctrina y estrategia militar de la URSS", ha aumentado la amenaza y los probables da?os a las fuerzas sovi¨¦ticas por parte de enemigos potenciales, y "ha ofrecido nuevas capacidades y oportunidades a las fuerzas sovi¨¦ticas con armamento que incorpore estas tecnolog¨ªas".
La situaci¨®n en cuyo marco se est¨¢n produciendo las Conversaciones sobre Reducci¨®n de Armas Estrat¨¦gicas (START), es, pues, doble: por una parte, se pueden usar armas llamadas convencionales para misiones antes reservadas a las nucleares; por otra, para las armas nucleares que quedan hay que encontrar un uso, o posible uso, o amenaza de uso, sin por ello caer en una postura suicida. La tendencia hacia la racionalizaci¨®n de la guerra nuclear ha sido constante en Estados Unidos desde los a?os setenta. Y ello lo facilita la creciente miniaturizaci¨®n de las cargas nucleares.
Las nuevas armas nucleares, al igual que las convencionales, para reemplazar a las viejas cuestan m¨¢s dinero que antes. De ah¨ª tambi¨¦n que los problemas de modernizaci¨®n del arsenal estrat¨¦gico lleven, por su propia tendencia al alza en el coste de los productos, a una reducci¨®n como la que contemplan por acuerdo EE UU y la URSS. El futuro puede tener menos armas, aunque m¨¢s precisas y utilizables.
Arsenales estrat¨¦gicos
Por todo ello, un acuerdo entre Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica para reducir en un 30% o 50% sus arsenales nucleares es algo, en su globalidad, relativamente f¨¢cil de lograr. De hecho, las grandes l¨ªneas del acuerdo se produjeron en la cumbre de Reikiavik (1986, en la que se lleg¨® incluso a hablar de eliminar todos los misiles bal¨ªsticos) y se concretaron posteriormente el pasado diciembre en Washington. Los desacuerdos se centran no sobre lo que se elimina, sino sobre c¨®mo repartir lo que queda (es decir, los llamados subl¨ªmites). Estados Unidos, y tambi¨¦n la URSS, est¨¢n inmersos en programas de fabricaci¨®n de misiles de crucero que desplazar¨¢n hacia el mar (y tambi¨¦n hacia los aviones) la carrera nuclear.
Estas son adem¨¢s armas en teor¨ªa no cubiertas por tecnolog¨ªas como las de la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI), tal como ¨¦sta parece planteada y si llega alguna vez a funcionar. Este cambio, dicho sea de paso, borra tambi¨¦n las diferencias entre vanguardias y retaguardias en las alianzas.
Estados Unidos est¨¢ intentando ahora, en las conversaciones START de nuevo, como lo hizo en las SALT, un proceso de educaci¨®n de los sovi¨¦ticos. Quiere convencerles de que concentrar las armas en el mar, eliminar los misiles m¨®viles en tierra y desarrollar los misiles de crucero aumenta la estabilidad. Pero, claro, estas son todas ¨¢reas en las que Estados Unidos va por delante.
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