La "vicalvarada"
El antiguo pueblo de Vic¨¢lvaro recupera la 'independencia' como distrito
La segunda vicalvarada, menos cruenta que la famosa revuelta que encabez¨® O'Donnell all¨¢ por 1854, est¨¢ al caer. El viejo pueblo de Vic¨¢lvaro, unido en matrimonio forzoso al municipio de Madrid en 1951, se divorciar¨¢ dentro de un mes del distrito de Moratalaz para recuperar parte de su identidad perdida. Pero Vic¨¢lvaro no se reconoce a s¨ª mismo; sus peque?as casas encaladas han dejado paso a fr¨ªos bloques de ladrillo que no han dejado sitio para servicios ni equipamientos. Los 55.000 vecinos del barrio quieren dejar de ser la cenicienta de Madrid y esperan que la nueva junta municipal ponga fin a largos a?os de olvido.
La estatua de don Antonio de Andr¨¦s, medico muy querido en el pueblo, no sabe cu¨¢nto tiempo aguantar¨¢ de pie. Porque en Vic¨¢lvaro todo lo que huele a viejo se deja caer como por inercia. La propia imagen de don Antonio de Andr¨¦s, inmortalizada en la plaza que lleva su nombre, no lleg¨® a tiempo para ver el antiguo Ayuntamiento de Vic¨¢lvaro, un bello caser¨®n del siglo XVII, demolido en 1974 para levantar un feo edificio de ladrillo.Fue uno de los lamentables episodios que, ante la pasividad del Ayuntamiento de Madrid, han reducido el viejo pueblo a a?icos. Poco queda de los numerosos conventos y palacetes que salpicaban Vic¨¢lvaro. Hasta la iglesia de la Virgen de la Antigua, uno de los escasos monumentos que siguen en pie, est¨¢ perdiendo a cachos las paredes del ¨¢bside.
Y ahora, si nadie lo remedia, le ha llegado el turno al Sacrificio, una peque?a colonia de casas bajas en buen estado que el Ayuntamiento se ha empe?ado en calificar como "bolsa de deterioro". Los vecinos no quieren cambiar sus casas por un bloque de cemento y ladrillo.
Antena Vic¨¢lvaro, la radio local, se hace eco de la protesta y la difunde a bombo y platillo. La emisora, instalada en los locales de la Asociaci¨®n de Vecinos de Vic¨¢lvaro, lleva cuatro a?os lanzando proclamas sobre el abandono del barrio.
Motor del barrio
La asociaci¨®n vecinal, verdadero motor del barrio desde 1971, culpa al Ayuntamiento de haber permitido el desastre urban¨ªstico del pueblo y de haber paralizado el Plan Especial de Reforma Interior (PERI), que preve¨ªa la recuperaci¨®n del casco antiguo. "El Ayuntamiento de Madrid se ha quedado siempre a las puertas de Vic¨¢lvaro", afirma Ceferino Maest¨², vicepresidente de la asociaci¨®n. Ceferino recuerda cuando, a finales de los a?os setenta, miles de vecinos recorr¨ªan las calles de noche con velas en protesta por la falta de alumbrado y de asfalto en las calles. "Aqu¨ª no ha habido promoci¨®n p¨²blica de viviendas, no hemos tenido un polideportivo hasta hace un a?o, ni ambulatorio, ni bomberos, ni oficina de empleo, ni comisar¨ªa...".
Vic¨¢lvaro ha permanecido tenazmente aislado de la ciudad, de la que a¨²n le separan cerca de dos kil¨®metros de descampado. Desde lejos, el perfil del barrio no es muy distinto al de cualquier ciudad dormitorio. Su poblaci¨®n -5.000 habitantes antes de ser absorbido por Madrid- se ha multiplicado por 11 y supera ya a ciudades como ?vila y Segovia.
Varias batallas han precedido a la conquista de la independencia. La Asociaci¨®n de Vecinos llevaba m¨¢s de 10 a?os clamando por un distrito aut¨®nomo, despu¨¦s de la sufrida dependencia de los distritos de Vallecas, Retiro y Moratalaz. Promesas y aplazamientos se sucedieron en el tiempo.
"No va a ser la salvaci¨®n, pero de algo servir¨¢". Los vecinos conf¨ªan en que la creaci¨®n del distrito ayudar¨¢ a resolver problemas urgentes como la desviaci¨®n del tr¨¢fico pesado que atraviesa el barrio, la puesta en marcha del ambulatorio, la finalizaci¨®n del polideportivo, la inseguridad ciudadana, el traslado del cuartel de Artiller¨ªa o las grietas que han aparecido en varias viviendas construidas sobre arcillas expansivas.
Pero en el barrio quedan otros conflictos que vienen de largo, como los enfrentamientos con los habitantes del poblado gitano de la avenida de Aroca, donde se asienta un mercado ilegal de todo tipo de mercanc¨ªas conocido popularmente como Guarrer¨ªas Preciados. El Ayuntamiento ha iniciado ya el traslado de una parte de las 400 familias chabolistas del poblado.
En los ¨²ltimos meses parecen haber remitido tambi¨¦n las nevadas provenientes de la f¨¢brica de cementos de Portland Valderrivas, un monstruo gris enclavado en pleno casco urbano. El polvo que desprende la descomunal chimenea desde hace 60 a?os ha dejado su impronta blanca en los tejados de las casas y en los pulmones de los vecinos, aquejados de enfermedades respiratorias.
Museo hist¨®rico
Valent¨ªn Gonz¨¢lez G¨¢lvez, polic¨ªa municipal, historiador a ratos perdidos, lleva siete a?os busc¨¢ndole los tres pies a Vic¨¢lvaro, cuyo origen sit¨²a en el siglo XIV. Valent¨ªn es el presidente de la Asociaci¨®n de Investigaci¨®n Hist¨®rica de Vic¨¢lvaro, que ha publicado un extenso libro y ha montado varias exposiciones y conferencias sobre el pueblo."Lo que nos van a dar ahora son migajas; nosotros queremos volver a ser un pueblo", afirma Valent¨ªn, que reconoce llevar clavada "una espina de anticapitalidad provocada por la inoperancia de los pol¨ªticos". El presidente de la asociaci¨®n hist¨®rica lleva tiempo acariciando un proyecto que nadie acaba de apoyar: un museo popular de Vic¨¢lvaro que recoja los cientos de legajos y restos hist¨®ricos que tiene repartidos entre los vecinos.
Valent¨ªn cree que Vic¨¢lvaro tiene derecho a pedir al Ayuntamiento de Madrid una indemnizaci¨®n por tantos a?os de olvido, y encuentra en esta batalla un curioso paralelismo con aquella otra que protagoniz¨® un tal Andr¨¦s Manresa en 1854. Manresa, propietario de un extenso melonar que qued¨® destruido en la Vicalvarada, plant¨® cara al Ayuntamiento y pidi¨® que le indemnizaran los da?os causados. Nunca se supo si lleg¨® a cobrar.
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