Daniel Schmid: "Nunca he pretendido hacer cine de mensaje"

La Filmoteca Espa?ola ha ofrecido, enmarcado dentro del ciclo dedicado al cineasta suizo Daniel Schmid, programado durante el mes de mayo, el preestreno de Jenatsch, t¨ªtulo que se estrenar¨¢ el pr¨®ximo oto?o en nuestras pantallas comerciales. Con tal motivo, el realizador de La paloma (1974) -uno de los filmes objeto del culto de los cin¨¦filos adictos al arte y ensayo- ha visitado Madrid y dialogado sobre su personal y diferenciada filmograf¨ªa.

Jenatsch, exhibida el pasado a?o en la secci¨®n Un certain regard del Festival de Cannes, donde despert¨® el inter¨¦s de la cr¨ªtica, narra la investigaci¨®n que realiza un periodista sobre el asesinato en el siglo XVII de J?rg Jenatsch, un h¨¦roe local que liber¨® a los grisones de la dominaci¨®n austriaca, donde el protagonista sufre alucinaciones que le trasladan al escenario de los hechos.En el di¨¢logo con Daniel Schmid surge, inevitablemente, la menci¨®n del nombre de Rainer Werner Fassbinder, amigo y colaborador del director suizo. "Fassbinder vivi¨® en 35 a?os lo que la mayor parte de la gente no hace en cien a?os de vida. Era un ser vital, un creador constante, aunque su actitud provocadora, que nunca abandonaba, molestaba a muchas personas". "Cuando trabaj¨® conmigo como actor, perdi¨® 20 kilos en dos meses, como si se tratara de Elizabeth Taylor. El ¨²nico requisito que le ped¨ª cuando rodamos La sombra de los ¨¢ngeles, en cuyo gui¨®n participaba, fue que estuviera presente s¨®lo durante los ocho d¨ªas que le necesitaba para el rodaje".

Cuando se califica a Schmid como cineasta suizo y representante del cine de autor, se rebela. "No creo en un cine nacional suizo; nosotros tenemos tres lenguas y otras tantas influencias culturales. Mi cine, por ejemplo, nada tiene que ver con el de Tanner.

En cuanto a las autor¨ªas, yo nunca he pretendido hacer cine de mensaje; y, adem¨¢s, las pel¨ªculas existen en el placer de interpretaci¨®n de cada espectador, y seg¨²n el deseo de lo que se quiere percibir".

Daniel Schmid, apasionado por la historia, como demuestra Jenatsch, tiene unas constantes donde aparecen el surrealismo (es ferviente admirador de Bu?uel), el barroquismo, la teatralidad (¨²ltimamente ha efectuado montajes oper¨ªsticos de Barba Azul, Lul¨² y Guillermo Tell), y utiliza la m¨²sica como elemento propio de la estructura de sus filmes. A pesar de la presunta crisis, del monopolio de las multinaciones y de la competencia de la televisi¨®n, cree que el cine nunca puede desaparecer.

"So?ar colectivamente, junto a desconocidos, en la oscuridad de una sala es un fen¨®meno social ¨²nico, que comienza cuando se apaga la luz y se espera que ocurra algo extraordinario".