Frenazo a Cavaco
EL TRIBUNAL Constitucional portugu¨¦s ha conseguido lo que ni la oposici¨®n de izquierda ni los sindicatos lograron en su d¨ªa para detener la casi imparable marcha del primer ministro, An¨ªbal Cavaco Silva, y su programa de liberalizaci¨®n de la econom¨ªa. En un fallo de indudable trascendencia para el futuro de las reformas del Gobierno socialdem¨®crata portugu¨¦s, el alto tribunal ha declarado inconstitucionales dos piezas esenciales de esa pol¨ªtica: la legislaci¨®n que preve¨ªa la privatizaci¨®n de empresas estatales nacionalizadas durante el per¨ªodo revolucionario de 1974-1975 y una normativa para liberalizar el despido individual. La Constituci¨®n portuguesa de 1976, aunque ya fue reformada siete a?os despu¨¦s, contiene todav¨ªa en su extenso articulado un n¨²mero considerable de prescripciones de marcado car¨¢cter ideol¨®gico propio de las turbulentas circunstancias hist¨®ricas que rodearon su redacci¨®n.La decisi¨®n del Tribunal Constitucional obliga ahora al primer ministro a negociar sus reformas con el partido socialista del presidente Mario Soares. En efecto, de acuerdo con la sentencia, la legislaci¨®n propuesta s¨®lo podr¨¢ ser aprobada previa reforma de la Constituci¨®n, para lo cual son necesarios dos tercios de la Asamblea de la Rep¨²blica, cifra de esca?os que no suman el PSD del primer ministro m¨¢s la peque?a formaci¨®n conservadora CDS. El partido socialista, que despu¨¦s de sucesivas derrotas electorales hab¨ªa pasado a desempe?ar un modesto papel en la oposici¨®n, viene a convertirse ahora en ¨¢rbitro de una complicada situaci¨®n pol¨ªtica bajo el liderazgo renovado de un hombre que es tambi¨¦n un reputado experto en cuestiones econ¨®micas, Vitor Constancio.
Dato importante a tener en cuenta para el futuro de la cohabitaci¨®n a la portuguesa que mantienen Soares y Cavaco es que fue el primero, en su condici¨®n de presidente de la Rep¨²blica, quien tom¨® la iniciativa de solicitar la intervenci¨®n del Tribunal Constitucional una vez que las dos leyes hab¨ªan superado el tr¨¢mite parlamentario. La neutralidad aparente mantenida hasta ahora por el presidente -que dispone de no pocos poderes constitucionales- en sus relaciones con el Gobierno centrista de Cavaco hab¨ªa provocado recelos dentro del partido socialista, cada vez m¨¢s lejos de quien fue su fundador y l¨ªder indiscutido durante m¨¢s de una d¨¦cada.
Es pronto para asegurar si la decisi¨®n adoptada por el presidente supone una ruptura de fondo de la cohabitaci¨®n portuguesa, pero lo cierto es que el Gobierno de Cavaco se encuentra ante un obst¨¢culo inesperado que puede alterar la placidez con la que estaba desarrollando hasta ahora su programa neoliberal.
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