Una espina

La lectura de la columna P¨¦same de m¨¦dicos de Burgos por la muerte de la joven que se atragant¨® (EL PA?S, 25 de mayo) me ha dejado estupefacto. No pretendo cuestionar un caso espec¨ªfico cuyos detalles desconozco, sino mostrar mi indignaci¨®n por la nota del colectivo m¨¦dico, en la que, una vez m¨¢s, se nos explica que se est¨¢ actuando "con unos medios precarios y absolutamente deficientes, que hacen que algunas complicaciones puedan ser solucionables, pero otras, decepcionantes para la medicina".Todos conocemos sus constantes reivindicaciones a causa de sus indiscutibles necesidades econ¨®micas, as¨ª como las campa?as de Prensa que deben soportar cuando alg¨²n periodista malintencionado habla de errores m¨¦dicos, pero yo me pregunto si ustedes, por ¨¦tica profesional y dignidad personal, no deber¨ªan negar sus servicios a entidades p¨²blicas y privadas que no garantizasen los medios necesarios para el correcto y pleno ejercicio de sus conocimientos. Ser¨ªa una huelga en la que, sin duda, contar¨ªan con el pleno apoyo de los pacientes y de los que, por ahora, tenemos la suerte de no serlo. Mientras tanto, tal vez no sean m¨¢s que unos meros c¨®mplices mal pagados de unas muertes que nunca deber¨ªan producirse. Porque su vocaci¨®n es ayudar al enfermo, ?no?-