Empiezan los recelos entre masajistas, m¨¦dicos y jugadores
JOS? MARIA SIRVENT ENVIADO ESPECIAL Solventado desde hace tiempo el siempre conflictivo asunto de las primas, las ¨²ltimas peticiones de los jugadores a Ram¨®n Mendoza, el presidente madridista y jefe de la expedici¨®n, solucionadas a medias, de mala gana y con visibles muestras de enfado federativo, han enturbiado en cierta medida el ambiente. Ha llegado un tercer masajista, I?aki Anza, y los dos que ya estaban, Jos¨¦ Luis Rubio y Domingo P¨¦rez, no dicen nada pero se les nota enfada dos. Y ha llegado otro m¨¦dico Jorge Guill¨¦n, traumat¨®logo en la n¨®mina de la federaci¨®n, y algunos madridistas le miran de reojo por el recuerdo de la pol¨¦mica que les enfrent¨® en el Mundial de M¨¦xico. Todos tienen la sensaci¨®n de no haber ganado por completo la primera, ?y ¨²ltima?, escaramuza extradeportiva.
Los federativos argumentan que hace ya varios meses que se lleg¨® a un acuerdo con los jugadores en todo lo referente a factores organizativos, econ¨®micos y publicitarios, y que, por tanto, todo estaba "atado y bien atado para que luego nadie nos culpase de improvisaci¨®n", seg¨²n un miembro federativo.
Y los jugadores justifican sus peticiones de ¨²ltima hora de un tercer masajista y de un m¨¦dico m¨¢s que acompa?ase al veterano Teodoro Delgado bajo el argumento de que antes no se sab¨ªa qui¨¦nes iban a ser los 20 elegidos y que el jefe de la expedici¨®n, Ram¨®n Mendoza, les dijo en la primera concentraci¨®n de la sierra madrile?a que a¨²n hab¨ªa tiempo para elevar peticiones al alto mando federativo, y que ¨¦l tratar¨ªa de conseguirlas.
Sin embargo, las peticiones de los internacionales levantaron resquemor entre quienes ya estaban. El doctor Delgado casi nunca levanta la voz, pero esta vez se ha visto obligado a confesar su decepci¨®n "porque ha sido como s¨ª los jugadores no confiasen en m¨ª", aparte de que ¨¦l mismo ya sugiri¨® hace meses que le acompa?ase el doctor Jorge Guill¨¦n como en otras ocasiones.
Todo ha acabado, aparentemente, con el triunfo de las tesis de los internacionales, pero en el fondo no ha sido as¨ª. En realidad, todos han cedido en parte de sus pretensiones. Los jugadores no han conseguido colocar, como se asegura desde posiciones federativas, a Pini, el m¨¦dico madridista, para que completase la amplia estructura blanca formada en la selecci¨®n. Pero han logrado incluir a un nuevo masajista. Y la federaci¨®n ha reforzado la posici¨®n de Jorge Guill¨¦n, ante la sorpresa de los madridistas, que son, por mayor¨ªa, el m¨¢s importante grupo de presi¨®n. Jorge Guill¨¦n mantuvo una fuerte pol¨¦mica con Ram¨®n Mendoza y el cuerpo m¨¦dico madridista a ra¨ªz de las lesiones de Maceda y de Gordillo en el Mundial de M¨¦xico, y tambi¨¦n fue uno de los protagonistas en el positivo que dio Calder¨¦ en un control antidoping. Esto le supuso estar dos a?o apartado de la selecci¨®n absoluta.
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