Un bar-museo re¨²ne una insolita colecci¨®n de aut¨®matas
Maurice Chevalier agota una eterna botella de champana, mientras King Kong ensaya una mueca de dolor. Son viejos aut¨®matas recuperados por Pablo Ornaque, "un chalado del coleccionismo", como ¨¦l mismo se define. Un modesto r¨®tulo anuncia La Fira, un bar m¨¢s museo que establecimiento de bebidas, en una c¨¦ntrica calle de Barcelona, donde Ornaque ha reunido una de las colecciones de aut¨®matas m¨¢s interesantes de Europa y toda suerte de m¨¢quinas Y artilugios de feria, procedentes en su mayor¨ªa del desaparecido parque de atracciones Apolo, como una herencia de los mejores tiempos del Paralelo barcelon¨¦s.
Futbolines de la ¨¦poca de Zarra, m¨¢quinas tragaperras centenanas, caballitos de feria que han abandonado su mon¨®tono movimiento, columpios que han suplantado a los taburetes, autos de choque antediluvianos, paneles para fotos c¨®micas que ofrecen la posibilidad de ser torero por un instante, diablos de carton piedra que ya no sobresaltan a nadie en la negritud de una gruta con ra¨ªles de tren. Ornaque ha logrado reunir una colecci¨®n de m¨¢s de 400 piezas, entre aut¨®matas y artilugios de feria, de los que expone 15 aut¨®matas y unas 40 piezas de feria.Pero este universo ferial tiene sus propias vedettes. Son los automatas, algunos de los cuales son piezas ¨²nicas en el mundo y que Pablo Ornaque ha recuperado de los lugares m¨¢s ins¨®litos.
El primer aut¨®mata con el que se- tropieza al entrar en La Fira lleva por nombre El magnat. Representa a un hombre de tama?o natural, que fuma con placer un gran puro. Es la imagen arquet¨ªpica del burgu¨¦s del siglo pasado, de cuyas postrimer¨ªas data su construcci¨®n. Junto a ¨¦l, Don Quijote y Sancho Panza, construidos a finales del siglo XIX o principios del XX, son todo un espect¨¢culo con sus 22 movirnientos distintos. Por moverse, hasta se mueven la lanza y la cabeza del caballo del jinete que aparece en una de las p¨¢ginas del libro que sostiene el ingenioso hidalgo. "Es uno de los aut¨®matas m¨¢s complejos que existe", explica Ornaque.
Siete millones de pesetas
Un poco m¨¢s all¨¢, y tambi¨¦n a tama?o natural y de un gran realismo, Maurice Chevalier llena y llena su copa de champa?a sin que nunca se le suban las burbujas a la cabeza. Este aut¨®mata data de principos de siglo y est¨¢ construido con una mezcla de papel mach¨¦ y plomo. Del valor de esta pieza da buena muestra la oferta que su due?o recibi¨® el mismo d¨ªa de la inauguraci¨®n del bar-museo, el pasado 19 de abril, cuando un cliente le ofreci¨® siete millones de pesetas por ¨¦l. Pero si de alguno de los m¨¢s de 15 aut¨®matas que se pueden ver en La Fira est¨¢ satisfecho Ornaque es del guardia municipal del Ayuntamiento de Barcelona, que, construido en 1890, es una pieza ¨²nica. "El guardia municipal es tan representativo de Barcelona como puede serlo el perr¨ªto de Javier Mariscal", sentencia su due?o.
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