Intriga con tostadas
La noticia de la oferta de compra del caf¨¦ Gij¨®n realizada por una empresa brit¨¢nica acapar¨® ayer los comentarios de camareros y clientes, y llen¨® el local de especulaciones sobre las posibilidades reales de que tal venta se produzca. Los camareros prepararon las primeras tostadas mientras buscaban la informaci¨®n en el peri¨®dico de la ma?ana. Despu¨¦s, esperaron con paciencia la avalancha de informadores que se les avecinaba.El poeta y catedr¨¢tico de literatura Rafael Morales, que lleg¨® al Gij¨®n a principios de los a?os cuarenta y que tiene su tertulia por las tardes, est¨¢ convencido de que los propietarios no lo vender¨¢n: "Ser¨¢ una pena si lo hacen, pero creo que esta vez lo afectivo predominar¨¢ sobre lo econ¨®mico".
Pepe D¨ªaz, pintor que regres¨® de un exilio voluntario en Par¨ªs en 1975 y que desde hace 30 a?os no ha dejado de ir al caf¨¦ cada vez que se encontraba en Madrid, tampoco cree que se llegue a vender "una tradici¨®n como el Gij¨®n".
Por el contrario, el editor Rarri¨®n Akal, otro veterano cliente, se declaraba ayer, en una de las mesas, completamente indiferente: "Lo ¨²nico que iba a ocurrir es que se beneficir¨ªa la competencia. No hay lugares de encuentro, ni las tertulias las propician los caf¨¦s sino las necesidades de comunicaci¨®n de las personas". Ram¨®n Akal, acude a este caf¨¦ desde hace 15 a?os.
Jos¨¦ Garc¨ªa L¨®pez, uno de los cinco copropietarios del local y que trabaja en ¨¦l desde 1952, afirma que ¨¦l no es partidario de vender y que tratar¨¢ de convencer a sus socios para impedirlo. Agrega que el caf¨¦ ha sido su "universidad" y que ya ha visto desaparecer demasiados caf¨¦s en Madrid a lo largo de su vida, "cuando esta ciudad era un archipi¨¦lago de tertulias". Jos¨¦ Garc¨ªa apunta otras razones para no vender: "El negocio marcha bien y la cifra de la oferta -560 millones de pesetasse nos quedar¨¢ despu¨¦s en mucho menor por los impuestos".
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