Mi dentista es franc¨¦s
Vascos, navarros y aragoneses cuidan su boca al otro lado de la frontera
Hace varios a?os comenz¨® un tr¨¢nsito de guipuzcoanos hacia Behobia o Hendaya (Francia) para solucionar sus problemas dentales. Con el tiempo, pacientes de otras zonas del Pa¨ªs Vasco, de Navarra, y en algunos casos de Logro?o y Zaragoza, se sumaron a este ¨¦xodo de ida y vuelta en busca de unas tarifas m¨¢s baratas y de un menor tiempo de espera para la cita. Hay quien dice que la asistencia sanitaria que prestan estos dentistas fronterizos es deficitaria, pero lo cierto es que su n¨²mero aumenta cada a?o.
En una localidad como Hendaya, que ronda actualmente los 12.000 habitantes, hab¨ªa hace 10 a?os ocho dentistas y ahora son 25 los que se dedican a atender a la clientela espa?ola. "Hace tiempo que venimos comentando que los tratamientos de los dentistas instalados en la frontera son muy deficientes", explica Jos¨¦ Sada, presidente del Colegio de Dentistas de Guip¨²zcoa.Unas tarifas de precios supuestamente m¨¢s baratas atraen a los pacientes espa?oles a las consultas de los odont¨®logos franceses, lo que en opini¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Amelburu, secretario del citado colegio, es un error. "Lo ¨²nico que resulta m¨¢s barato en la frontera francesa son los empastes", afirma. "Se dice que tambi¨¦n la ortodoncia, es decir, la correcci¨®n de irregularidades en los dientes, pero eso no lo s¨¦. Adem¨¢s, en Hendaya no hay ortodoncistas exclusivos; son odont¨®logos generales que se ponen a hacer ortodoncia y no tienen ni idea. En general, el que se dedica a la ortodoncia se dedica a ella exclusivamente".
M¨¢s barato
Esta situaci¨®n de tr¨¢nsito fronterizo para acudir a la consulta del dentista se produjo por la falta de especialistas que hab¨ªa hace unos a?os en Espa?a y porque se extendi¨® la idea de que la odontolog¨ªa en Francia resultaba m¨¢s barata, seg¨²n Sada. "En Guip¨²zcoa, hasta hace poco, ¨¦ramos 90 profesionales, y ahora somos 160, m¨¢s otros 30 que trabajan sin colegiar", explica. "La gente se est¨¢ dando cuenta de que en la frontera la salud bucal no est¨¢ bien cuidada y de que en Guip¨²zcoa se lo van a hacer mejor y bien atendidos porque hay m¨¢s profesionales que antes".El presidente del Colegio de Dentistas de Guip¨²zcoa afirma que "en cualquier ciudad francesa los dentistas tienen tarifas superiores a las espa?olas y un nivel sanitario bastante bueno; en cambio, los que est¨¢n en la frontera aplican tarifas bajas y practican, en general, una odontolog¨ªa bastante mala". Sada asegura haber visto a m¨¢s de un paciente con un tratamiento incorrecto.
La persona que atiende la consulta de Thierry Delobel, uno de los dentistas instalados en Hendaya con clientela espa?ola, habla euskera, franc¨¦s y castellano. Delobel, que lleva 11 a?os en esta localidad francesa, afirma que "he elegido dedicarme a la clientela del Pa¨ªs Vasco y Navarra y toda mi consulta, desde la recepcionista hasta la decoraci¨®n, est¨¢ dedicada a ellos". Seg¨²n Delobel, esta afluencia de guipuzcoanos a los dentistas franceses se debe a la falta de profesionales en Espa?a y a que hasta 1991 no saldr¨¢n las primeras promociones de dentistas con cinco o seis a?os de carrera especializada.
"Hay un intercambio que beneficia a las dos partes", asegura. "Nosotros ponemos la experiencia y el saber adquirido en Francia y la mayor¨ªa aplica las tarifas de la salud p¨²blica francesa para las curas, los tratamientos de ortodoncia y parte de las pr¨®tesis m¨®viles o fijas. Estas tarifas indican el l¨ªmite de lo que podemos cobrar en este tipo de tratamientos y nosotros lo respetamos para los pacientes espa?oles".
Thierry Delobel trabaja en un gabinete de dentistas con su mujer y su hermano. "Tenemos un volumen importante de clientes y por ello hemos podido crear nuestro propio laboratorio de fabricaci¨®n de pr¨®tesis", explica. "As¨ª controlamos todo el proceso, desde la fabricaci¨®n hasta que las piezas se colocan en la boca del paciente, ofreciendo una buena calidad y respetando los precios".
Los dentistas guipuzcoanos piensan que los que trabajan en la frontera con Espa?a pueden cobrar menos porque no cotizan a Hacienda y, adem¨¢s, atienden r¨¢pido a sus pacientes. Delobel se defiende de estas cr¨ªticas, porque "si un dentista en esta zona, donde se sabe que trabajamos mucho, tuviera una declaraci¨®n devaluada respecto a lo que gana, llamar¨ªa la atenci¨®n". Sobre el tiempo de dedicaci¨®n a los pacientes, Delobel afirma que "si el Ministerio de Salud P¨²blica franc¨¦s considera que 20 minutos son suficientes para una desvitalizaci¨®n, por ejemplo, no voy a reinventar yo todo el proceso". El dentista atiende a unas 24 personas al d¨ªa, y asegura que "profesional y deontol¨®gicamente siento que hago bien mi trabajo".
Colas de madrugada
Delobel reconoce que en esta situaci¨®n se han dado abusos. "Hay una consulta famosa en Hendaya, donde la gente se sienta en las escaleras y parece una parada de autob¨²s", comenta. "Nosotros somos los primeros en decir que eso es malo para la profesi¨®n, pero tambi¨¦n es cierto que si existiera una mala imagen se notar¨ªa en el volumen de la clientela. Si hay gente para esto, ?qu¨¦ podemos hacer? Detr¨¢s de esta imagen caricaturesca, la realidad es que la gente del Pa¨ªs Vasco tiene inter¨¦s en pasar la frontera para venir al dentista".En la consulta de un odont¨®logo de Hendaya, que no desea que se cite su nombre -"porque el secreto profesional es muy severo en Francia y no puedo hablar de honorarios ni hacer publicidad"-, se forma todos los s¨¢bados una cola de pacientes. Ese d¨ªa el dentista se dedica a la ortodoncia m¨®vil infantil. "Antes abr¨ªamos la consulta el s¨¢bado a las ocho de la ma?ana y ahora lo hacemos a las seis", explica. "No damos cita a la gente porque es dif¨ªcil precisar el tiempo de consulta y se puede acabar con un paciente en dos minutos o en un cuarto de hora. Como la gente se quedaba esperando desde las cinco y media de la madrugada, tuvimos que empezar antes, aunque, desde luego, no nos interesaba".
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