El fracaso de las encuestas de opini¨®n
Entre los grandes derrotados de las elecciones legislativas francesas se hallan los institutos de encuestas de opini¨®n, cuyas habilidades predictivas han quedado seriamente desprestigiadas. Antes de la primera vuelta, todas las encuestas presagiaban una marea socialista, que colocar¨ªa en la Asamblea Nacional una mayor¨ªa evaluada entre 310 y 400 diputados. Antes de la segunda, todav¨ªa preve¨ªan una ajustada mayor¨ªa absoluta socialista. Las encuestas a la salida de los colegios electorales no fueron m¨¢s exactas: a las siete de la tarde del pasado domingo dos institutos daban a¨²n mayor¨ªa absoluta a los socialistas.Los resultados del domingo han hecho tomar conciencia de los numerosos errores cometidos por todos los institutos. Se equivocaron en la elecci¨®n presidencial, al evaluarlos resultados de Le Pen a la baja. Se equivocaron en las legislativas, dando un porcentaje muy bajo al Partido Comunista Franc¨¦s y muy alto al Partido Socialista. Y no previeron la fuerte abstenci¨®n, la m¨¢s elevada en unas legislativas en la V Rep¨²blica.
El director de uno de los institutos se ha justificado asegurando que las encuestas han funcionado como en las consultas sobre los horarios de partida en vacaciones: "Se pregunta a la gente sobre sus intenciones, se publican los resultados y esto les lleva a elegir otra hora de salida".
Estos errores son especialmente graves en un pa¨ªs como Francia, donde s¨®lo en la campa?a presidencial se publicaba una encuesta diaria como m¨ªnimo y, en las ¨¦pocas de tranquilidad, el term¨®metro de popularidad de los padres de la patria desempe?a un papel fundamental en la vida pol¨ªtica, mientras que las mejores emisiones pol¨ªticas de televisi¨®n terminan con una encuesta donde se intenta medir el cambio de opini¨®n entre el inicio y el t¨¦rmino del programa. Entre los grandes terremotos pol¨ªticos de estas elecciones, uno no menor es la crisis del vicio franc¨¦s de las encuestas.
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