M¨¦xico y Espa?a, nuevos mundos que se redescubren

Las relaciones bilaterales de Espa?a y M¨¦xico ofrecen una oportunidad al autor para analizar las diferentes situaciones coyunturales de las econom¨ªas de los dos pa¨ªses. La bonanza espa?ola contrasta con la crisis del pa¨ªs azteca, originada por la ca¨ªda de los precios del petr¨®leo, aunque las expectativas son muy positivas.

Una vez m¨¢s hemos dialogado, en torno de una mesa, como hace ya muchos a?os, espa?oles y mexicanos, esta vez en la C¨¢mara de Comercio de Madrid. Y, como en otras ocasiones, se insisti¨® en el tema de las relaciones econ¨®micas entre ambos pa¨ªses, Espa?a y M¨¦xico, que confrontamos circunstancias bien distintas. Por los ¨ªndices de reserva monetaria, balanza de pagos, tasa inflacionaria, etc¨¦tera, Espa?a pasa por un buen momento y su ingreso al Mercado Com¨²n europeo le ha dado una nueva importancia.M¨¦xico, con un potencial econ¨®mico de enormes posibilidades, por razones complejas, pero b¨¢sicamente por la ca¨ªda de los precios del petr¨®leo, primer producto de la exportaci¨®n mexicana, ha sido flagelado por el cortejo de calamidades del jinete apocal¨ªptico moderno que llamamos inflaci¨®n monetaria.

Sin embargo, y a pesar de todo, en M¨¦xico existe una paz social ejemplar; hay preocupaci¨®n, pero no hay angustia; hay temores, pero no hay violencia, y, sobre todo, hay confianza en dos hechos fundamentales.

El primero es que al final, el Gobierno, el sector obrero, como un solo hombre, y el sector empresarial, juntamente con el hombre del campo, han firmado un Pacto de Solidaridad Econ¨®mica que ha dado ya un severo golpe a la inflaci¨®n, ha reducido las tasas de inter¨¦s y se apunta tambi¨¦n una importante reducci¨®n de precios y salarios.

El segundo consiste en la esperanza conscientemente cifrada en el pueblo mexicano, de cara al cambio de poderes ejecutivo y legislativo en los pr¨®ximos meses.

Los ¨¦xitos del PRI

El sistema pol¨ªtico mexicano, sabiamente estructurado hace ya medio siglo, mantiene en el poder a un partido pol¨ªtico, el Partido Revolucionario Institucional, que conjunta a los m¨¢s importantes grupos sociales, el obrero, el campesino y el popular, que bajo los principios de una revoluci¨®n, la de 1910, ha luchado exitosamente por la defensa de la soberan¨ªa nacional, la justicia social y la democracia.

As¨ª, nadie podr¨¢ decir con raz¨®n que el Partido Revolucionario no es todo lo democr¨¢tico que se quiera, por el hecho de que lleve muchos a?os en el poder, si, al final de cuentas, cada seis a?os, al renovarle los poderes, los grandes grupos mayoritarios votan por sus candidatos registrados por el partido. No hay duda de que en el mes de julio el pueblo mexicano, seg¨²n todas las encuestas de opini¨®n, volver¨¢ a votar por el candidato presidencial del Partido de la Revoluci¨®n, que cuenta con el respaldo de esas grandes mayor¨ªas y por ello se habr¨¢ de confirmar la tesis del poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

En estas circunstancias, hoy mejor que antes, M¨¦xico y Espa?a pueden hacer realidad su vocaci¨®n, sus anhelos, su identidad y tambi¨¦n sus leg¨ªtimos y complementarios intereses, acordando medidas de cooperaci¨®n cultural, social y econ¨®mica.

El cuerno de la abundancia sin utilizar que es M¨¦xico avizora ya un resurgimiento importante y la Espa?a de siempre, y hoy comunitaria, podr¨¢n a corto plazo concretar acuerdos, cambiar experiencias y, sobre todo, que el estrechamiento de nuestras manos, siempre unidas, recuperen pronto tanto tiempo inexplicablemente perdido.

es ex embajador de M¨¦xico en Espa?a.