Brizola: "Brasil clama por reformas"

El ex gobernador de R¨ªo de Janeiro Leonel Brizola, de 66 a?os, un pol¨ªtico vinculado a la Internacional Socialista a quien en Brasil califican de caudillo populista", espera su oportunidad para llegar en 1989 a la presidencia, y cree que el quinto a?o de mandato del presidente Jos¨¦ Samey deteriorar¨¢ m¨¢s la situaci¨®n en el pa¨ªs, y esto favorece las perspectivas electorales de los que desean un cambio.

Desde el d¨ªa en que la Asamblea Constituyente aprob¨® que las elecciones presidenciales en Brasil ser¨¢n en 1989, el candidato m¨¢s citado como uno de los dos con m¨¢s posibilidades de llegar a la segunda vuelta es Brizola. Este pol¨ªtico, originario del Estado de R¨ªo Grande do Sul, en la frontera con Argentina, lleva m¨¢s de 40 a?os en la pol¨ªtica brasile?a y ocup¨® todos los puestos posibles. En su carrera pol¨ªtica s¨®lo le falta la presidencia. En 1964, con el golpe militar que derrib¨® de la presidencia a su cu?ado Jo¨¢o Goulart, Brizola tuvo que salir para un exilio de 15 a?os. Despu¨¦s de su retomo, Brizola gan¨® en 1982 las elecciones para gobernador de R¨ªo, donde gobern¨® hasta 1986.En su piso frente a la playa de Copacabana, en R¨ªo de Janeiro, en v¨ªsperas de un viaje a Australia, Brizola se pasea inquieto por el sal¨®n y se pregunta ante el enviado de este peri¨®dico: "?C¨®mo es posible que en Brasil estemos peor que en Australia, cuando tenemos todas las condiciones para estar como ellos?".

Los 13 a?os de exilio en Uruguay permiten a Brizola hablar un buen espa?ol con acento del Cono Sur. Apenas son necesarias las preguntas, porque Brizola lanza sus reflexiones en voz alta: "El pa¨ªs clama por reformas. En 15 o 20 a?os, Brasil tendr¨¢ que ensayar la creaci¨®n de 15 millones de peque?as y medianas propiedades de tierra para los hijos de canipesinos". Despu¨¦s denuncia Brizola que lo primero que hizo la dictadura militar "fue repartir tierra, sin respetar el l¨ªmite m¨¢ximo de 10.000 hect¨¢reas que impuso constitucionalmente el predidente Getulio Vargas". De forma categ¨®rica, Brizola asegura: "Nosotros cuestionaremos esto", y anuncia que habr¨¢ "una revocaci¨®n pura y simple o una indemnizaci¨®n por el valor hist¨®rico de las tierras". Contin¨²a con la acusaci¨®n de que "la Volkswagen tiene un inmenso latifundio. La industria tiene que dejar la tierra a los campesinos. Somos un partido socialista que defendemos el derecho de propiedad. Nos parece tan buena que debe ser para todo?.

Temor a un golpe

A la objeci¨®n de que, si llega al poder y trata de desarrollar su programa de reforma agraria, los militares podr¨ªan dar un nuevo golpe, Brizola tarda en responder. Despu¨¦s asegura que "no se puede actuar en funci¨®n del miedo. En toda transformaci¨®n hay un porcentaje de peligro e inseguridad. Las experiencias vividas y acumuladas nos ayudar¨¢n. Si fu¨¦semos a actuar en funci¨®n de esas amenazas, eso nos llevar¨ªa a una especie de nihilismo, a no hacer nada".Critica Brizola la decisi¨®n de la Asamblea Constituyente de dar a Sarney cinco a?os de mandato: "Hab¨ªa que terminar lo antes posible, porque este es un Gobierno poco eficaz, que no corresponde a las necesidades y reclamos del pa¨ªs en esta hora. Est¨¢ agotado, sobre todo por su precaria legitimidad. Esta era la voluntad mayoritaria del pueblo".

Seg¨²n Brizola, el mecanismo seguido en la Constituyente para conseguir los cinco a?os "fue un espect¨¢culo lamentable, deplorable. Esta Asamblea ha sido maculada. Esto acontece cuando un Gobierno carente de legitimidad act¨²a en un per¨ªodo como ¨¦ste. El Gobierno tiende a presionar a la Constitutente para votar instituciones casu¨ªsticas". Afirma Brizola con seguridad que "la historia, por esos extra?os designios, ha convertido esos cinco a?os en una victoria p¨ªrrica. Tuvieron que pagar por ella un tributo muy caro. El juicio del pueblo brasile?o ser¨¢ muy dr¨¢stico".

Lamenta Brizola que la transici¨®n pol¨ªtica en Brasil ha sido muy diferente a la de Espa?a. "Las oligarqu¨ªas brasile?as, en el fondo, van armando este motor con las piezas cambiadas, para que no funcione. No pod¨ªamos cometer tantos errores repitiendo muchos de los que ya ocurrieron en nuestra historia. No es coherente el proceder de las elites brasile?as. Para ellos siempre fue f¨¢cil llamar a los verdes (militares), que no tienen nada que ver con los verdes de Alemania".