Un conservador que no se considera enemigo de la 'perestroika'
Conversaci¨®n con Mijail Alekseev, participante en el c¨®nclave del PCUS y director de una revista literaria
Mijail Alekseev, de 70 a?os, director de la revista literaria Moskva desde 1968 y uno de los delegados de la 19? Conferencia del PCUS, que comienza hoy en Mosc¨², etiquetados como conservadores rechaza categ¨®ricamente el calificativo de "enemigo de la perestroika" y opina que algunos de sus colegas pretenden en la actualidad "eliminar todo lo que se ha hecho en 70 a?os de poder sovi¨¦tico". "Ahora es m¨¢s f¨¢cil ser h¨¦roe que en los tiempos de Stalin o de Breznev", dec¨ªa ayer en una conversaci¨®n con EL PA?S.
Alekseev, junto con Anatoli Ivanov, el redactor jefe de la revista Molodaia Guardia y tambi¨¦n delegado de la conferencia, es acusado por sectores partidarios de la perestroika de mantener una actitud conservadora y simpatizante con el nacionalismo ruso."En Ogoniok y en otras revistas se est¨¢n preparando a bajar del pedestal a escritores como Vladimir Maiakovski, M¨¢ximo Gorki o Mijail Sholojov, tan s¨®lo porque escribieron en ¨¦poca de Stalin", afirma Alekseev, que reprocha a algunos de sus cr¨ªticos el "querer dar lecciones" a pesar de no haber nacido cuando ¨¦l luchaba en la II Guerra Mundial bajo la consigna de "Por la patria y por Stalin".
Efectivamente, Alekseev, que naci¨® en una familia campesina en la regi¨®n de Saratov, sirvi¨® en el Ej¨¦rcito sovi¨¦tico desde 1938 hasta 1955. Combati¨® en Stalingrado (hoy Volgogrado). Dirigi¨® el peri¨®dico de una divisi¨®n con la que march¨® hasta Ruman¨ªa y luego hasta Viena.
Miembro del PCUS desde 1942, trabaj¨® en la Editorial Militar desde 1950 hasta 1955. Posee varias ¨®rdenes y medallas, es miembro del partido desde 1942 y secretario de la Uni¨®n de Escritores de la URSS. La publicaci¨®n reciente de un art¨ªculo de Mijail Antonov, considerado el te¨®rico econ¨®mico del grupo antisemita Pamiat (Memoria), ha vinculado su nombre a los sectores nacionalistas rusos conservadores.
Sin embargo, el tema no es sencillo, ya que Alekseev ha publicado tambi¨¦n novelas pol¨¦micas y dif¨ªciles de digerir por la censura sovi¨¦tica. Siberia, tierra de bayas, de Evgueni Evtucheriko, vio la luz en Moskva en 1981. "Entonces nadie quer¨ªa publicarla, pero ahora nadie dice que fuimos nosotros quienes lo hicimos". "Asimismo, fuimos los primeros en publicar El maestro y Margarita, de Mijail Bulgakov, y no fue nada f¨¢cil. Y a Vladimir Nabokov le publicamos tambi¨¦n".
Alekseev se define rotundamente como "antiestalinista". "Como hombre de origen campesino que vio c¨®mo se destru¨ªa el campo ruso, no puedo estar a favor", afirma. Alekseev culpa al estalinismo de la muerte de millones de campesinos durante la colectivizaci¨®n agr¨ªcola de los a?os treinta y cree que aquella campa?a causante de un hambre tr¨¢gica fue un "genocidio". "Stalin no actu¨® solo. Hay que responsabilizar a "los compa?eros de Stalin. Hay que aclarar qui¨¦n fue responsable de la desviaci¨®n de los planes cooperativistas de Lenin".
"El pueblo ten¨ªa fe"
"A pesar de lo que el pueblo hab¨ªa sufrido en los a?os treinta", se?ala, "nadie dijo por aquel entonces que se deb¨ªa acabar con el socialismo y con el poder sovi¨¦tico. El pueblo ten¨ªa fe". "Ahora podemos pasar r¨¢pidamente e un extremo a otro, y yo no puedo estar con aquellos que en nombre de la glasnost y la perestroika est¨¢n dispuestos a echarlo todo por la borda. A fin de cuentas, fue el pueblo sufriente el que puso el pa¨ªs a nivel de Estados Unidos".
"Me consideran un estalinista porque no quiero renunciar a los valores acumulados en 70 a?os".
Alekseev tiene palabras que recuerdan a Egor Ligachov, el miembro del Politbur¨® y secretario del comit¨¦ central, cuando dice que el ep¨ªteto estalinista es una "etiqueta" que se utiliza ahora como en los a?os treinta se utilizaba la etiqueta de trotskista. "Si vamos por este camino, podemos caer en lo que tratamos de evitar".
Alekseev se siente especialmente interesado en los problemas del campo y es partidario de "devolver la tierra a los campesinos". "No para uno o dos a?os, sino para siempre, para que puedan legarla a sus hijos y a sus nietos y as¨ª la cuiden y la abonen como algo propio". Con esta idea acude a la Conferencia del PCUS.
El director de Moskva fue en 1969 el primer firmante de una carta abierta en la cual 11 escritores sovi¨¦ticos criticaban a la revista Novi Mir, que entonces dirig¨ªa el escritor Alexandr Tvardovski.
Novi Mir era en aquella ¨¦poca el ¨²ltimo basti¨®n del deshielo literario de Nikita Jruschov cuando Breznev hab¨ªa emprendido ya una pol¨ªtica de rehabilitaci¨®n de Stalin. Los firmantes de la Carta de los 11, detonante de la campafla que acab¨® silenciando a Novi Mir, son ahora criticados, como enemigos encubiertos de la perestroika, por quienes se encuentran a la cabeza de la glasnost.
Alekseev afirma, sin embargo, que Tvardovski es su "poeta favorito", que puede "recitar de memoria" muchos de sus versos y que la carta en cuesti¨®n no iba dirigida contra Tvardovski, sino contra uno de sus subdirectores. Este extremo es desmentido por cr¨ªticos literarios progresistas como Vladimir Lakshin, quien considera a Alekseev como un representante de una tendencia "burocr¨¢tica y de oficina".
Alekseev niega tambi¨¦n haber criticado a Josef Brodski, el escritor sovi¨¦tico hebreo exiliado que recibi¨® el ¨²ltimo Premio Nobel de Literatura. "Es un poeta profesional", dice asegurando haberlo le¨ªdo recientemente. "Otra cosa es el Nobel, eso es cosa del Comit¨¦ Nobel, ( ... ) creo que hubieran podido encontrar un candidato m¨¢s convincente en la literatura sovi¨¦tica".
En 1987, la periodista Sally Laird atribuy¨® a Alekseev unas declaraciones seg¨²n las cuales Brodski "no merece ser publicado en su patria", "no es un poeta, y no es ruso". Hoy, Alekseev dice que nunca afirm¨® tal cosa. Los ni?os del Arbat, de Anatoli Ribakov, la novela best seller sobre el estalinismo, le parece a Alekseev art¨ªsticamente floja, algo as¨ª como "un buen vino servido no en una copa de cristal, sino en una taza desportillada". El art¨ªculo del economista Antonov, base de la vinculaci¨®n entre Pamiat y Moskva, fue un "objeto para pol¨¦mica". "No significa que ¨¦sa sea la posici¨®n de la revista", se?ala Alekseev. La econom¨ªa debe estar ligada a "la moral", en opini¨®n de Alekseev, que rechaza la "v¨ªa tecnocr¨¢tica", porque "podemos tener ordenadores y seguir siendo unos salvajes".
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