El te¨®logo progresista Castillo podr¨¢ permanecer en Granada

Jos¨¦ Mar¨ªa Castillo, profesor progresista de teolog¨ªa dogm¨¢tica, no ser¨¢ sancionado por la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica con su traslado fuera de Granada, donde imparte clases. En un primer momento, esta medida le hab¨ªa sido impuesta junto a su destituci¨®n indefinida en las tareas acad¨¦micas, que sigue vigente. Los m¨¦dicos han recomendado a Castillo que permanezca en Granada por motivos de salud.

Se desconoce si Juan Antonio Estrada -el otro profesor progresista destituido junto a Castillo- se ver¨¢ obligado a abandonar la ciudad andaluza, en cuya facultad de Teolog¨ªa ambos imparten clase. Los dos destinos que inicialmente le hab¨ªan sido ofrecidos a Castillo eran Roma o Jerusal¨¦n.Esta medida le hab¨ªa sido impuesta por la propia Compa?¨ªa de Jes¨²s, a la que pertenece, y no por la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, donde llegaron los juicios negativos de algunos obispos espa?oles sobre la actividad docente de los dos profesores destituidos.

Tres obispos espa?oles - el cardenal ?ngel Suqu¨ªa, Fernando Sebasti¨¢n y Antonio Palenzuela- mantuvieron a finales de 1987 una entrevista con el prop¨®sito general de la Compa?¨ªa de Jes¨²s, Peter Hans Kolvenbach, en la que le expresaron la preocupaci¨®n de algunos prelados sobre la formaci¨®n que recib¨ªan los seminaristas en la Cartuja de Granada.

Las protestas que se registraron desde el pasado mes de mayo, cuando se hicieran p¨²blicas las medidas sancionadoras han pesado probablemente en esta reconsideraci¨®n del traslado forzoso, que no se realizar¨¢ por consejo m¨¦dico.

En el caso de Estrada, su cambio de destino sigue en pie, aunque por el momento se desconoce la decisi¨®n final. Las destituciones de ambos jesuitas les fueron notificadas el pasado mes de mayo.

Las protestas surgidas en el seno de la propia Compa?¨ªa de Jes¨²s provocaron que, a mediados del pasado mes de mayo, un delegaci¨®n andaluza de la Compa?¨ªa de Jes¨²s se dirigiera a Roma para solicitar una reconsideraci¨®n de las sanciones impuestas a los dos te¨®logos.

Mat¨ªas Garc¨ªa, provincial andaluz, y Jos¨¦ Luis Sicre, rector de la facultad granadina, regresaron de Roma sin conseguir que las medidas fueran suavizadas por la direcci¨®n de los jesuitas. Castillo y Estrada ya fueron objeto en 1981 de sanciones que afectaron a su tarea docente. El primero de ellos vio reducida su actividad a cursos de doctorado o licenciatura, sin intervenir en los ordinarios.