Los silencios de la 'cumbre' de Toronto
Se esperaba mucho m¨¢s de la cumbre de Toronto en tomo al problema de la deuda. El comunicado final no dice pr¨¢cticamente nada nuevo, salvo que por vez primera habla, para los pa¨ªses m¨¢s pobres que est¨¦n desarrollando programas de ajuste aprobados internacionalmente, de posibles quitas o condonaciones de deuda por parte de algunos pa¨ªses acreedores. Tambi¨¦n admite, respecto de los pa¨ªses de renta media m¨¢s endeudados, que el "men¨² de opciones" actual ha "reducido" en algunos casos el stock de deuda y que este men¨² de opciones debe seguir flexibiliz¨¢ndose y ampli¨¢ndose.Esto es realmente poco, ya .que las expectativas eran mucho mayores. Se esperaba que, respecto de los pa¨ªses m¨¢s pobres, se aprobase la propuesta Mitterrand, mediante la cual se condonaba un tercio de su deuda, y no hay que olvidar que la propuesta Mitterrand era ya, adem¨¢s, mucho m¨¢s t¨ªmida que la propuesta de Lawson de hace un a?o de condonar toda la deuda oficial a estos pa¨ªses, que tampoco logr¨® consenso suficiente.
Se esperaba que el comunicado iba a incluir la tantas veces anunciada propuesta de Jap¨®n de duplicar su ayuda oficial al desarrollo en los pr¨®ximos cinco a?os hasta 50.000 millones de d¨®lares de pr¨¦stamos y de subvencionar el pago de intereses de 17 pa¨ªses pobres de ?frica y Asia en el mismo per¨ªodo, lo que representar¨ªa 1.000 millones de d¨®lares de subvenci¨®n.
Se esperaba, en fin, que se dijese m¨¢s abiertamente que para los pa¨ªses de renta media y alto endeudamiento, especialmente los iberoamericanos, podr¨ªan comenzar a estudiarse las propuestas de reducci¨®n de deuda que existen en la actualidad, y a las que me referir¨¦ m¨¢s adelante. Tan s¨®lo se hace referencia, sin nombrarlo directamente, al reciente programa de reducci¨®n de deuda de M¨¦xico mediante el cual M¨¦xico ha recomprado 5.000 millones de d¨®lares de su deuda pagando con bonos del Estado a 20 a?os con la garant¨ªa de bonos de cup¨®n del Tesoro americano del mismo plazo y vencimiento.
Esta falta de decisi¨®n y de concreci¨®n en los temas de la deuda por parte de los siete grandes contrasta con la deteriorada situaci¨®n econ¨®mica de los pa¨ªses deudores, que el mismo comunicado reconoce que pueda poner en peligro la estabilidad pol¨ªtica de estos pa¨ªses.
Los pa¨ªses deudores
Al d¨ªa siguiente de la cumbre de Toronto, la OCDE ha publicado su informe anual sobre los flujos de ayuda al desarrollo en 1987, en el que muestra que dicha ayuda ha ca¨ªdo un 2% en t¨¦rminos reales, tras seis a?os continuados de crecimiento a una media anual del 3,5%. S¨®lo Jap¨®n y Francia han aumentado sustancialmente su ayuda al desarrollo. Alemania y Estados Unidos la han reducido.
Por otro lado, estima la OCDE que el total de flujos de capital de los pa¨ªses de la OCDE a los pa¨ªses en desarrollo ha ca¨ªdo un 10% en 1987 en t¨¦rminos reales (excluyendo Corea y Taiwan).
Efectivamente, en los ¨²ltimos a?os, las cifras muestran que ha habido una transferencia neta de recursos de sentido inverso, es decir, que el flujo de capital de los deudores a los acreedores ha sido mucho mayor.
En porcentaje del PIB de los pa¨ªses deudores, dicha transferencia neta fue del 2,5% en 1983; 4,4%, en 1984; 4,2%, en, 1985, y ligeramente inferior, en 1986 y 1987.
Esta transferencia neta de recursos, definida como la reducci¨®n neta del volumen de deuda (o el aumento neto de amortizaciones) m¨¢s los pagos por intereses y dividendos, ha aumentado sobre todo porque los 15 pa¨ªses deudores han recibido cada vez un menor volumen de nuevos cr¨¦ditos e inversiones.
La transferencia neta de recursos plantea los siguientes problemas:
- Un problema presupuestario, ya que hay que crear un super¨¢vit en moneda nacional para pagar el servicio de la deuda. Esto s¨®lo es posible aumentando el ahorro interno y reduciendo el consumo e inversi¨®n y el cr¨¦dito interno, o aumentando los impuestos, o aumentando la inflaci¨®n, seg¨²n como se financien los nuevos recursos.
- Un problema de disponibilidad de moneda extranjera, ya que esos super¨¢vit nacionales tienen que convertirse y pagarse en moneda extranjera. Esto significa que hay que tener un super¨¢vit en balanza de pagos para lo cual hay que intentar reducir importaciones, aumentar exportaciones de bienes y servicios y tratar de aumentar importaciones de capital (si los pa¨ªses acreedores lo permiten, lo que no es el caso en estos ¨²ltimos a?os).
En definitiva, el problema principal reside en que la ¨²nica manera que estos pa¨ªses tienen de pagar la deuda es reduciendo su crecimiento, ya que los recursos que utilizan para producir esos super¨¢vit dom¨¦stico y externo y transferirlos a los acreedores no pueden utilizarse para aumentar su consumo y su inversi¨®n.
En definitiva, desde un punto de vista econ¨®mico, este nivel de transferencia de recursos no es viable a medio plazo, y desde el punto de vista pol¨ªtico y social no es soportable a corto plazo.
En consecuencia, vemos que aunque han crecido algo m¨¢s estos pa¨ªses entre 1984-1987 (2,8%) que entre 1980-1984 (0,3%), el hecho es que el crecimiento de su consumo e inversi¨®n per c¨¢pita sigue siendo cada a?o negativo (- 1,3 %.).
Otro tanto cabe decir de sus ratios de deuda m¨¢s significativos. La relaci¨®n deuda / PIB ha pasado del 42% en 1982 al 46% en 1987. La relaci¨®n deuda / exportaciones ha pasado del 270% en 1982 al 330% en 1987 y la relaci¨®n intereses / exportaciones ha pasado al 24%.
La estrategia de la deuda desde la crisis de 1982 ha estado basada en el objetivo de proteger el valor de los activos detentados por los bancos acreedores, bas¨¢ndose en el supuesto de que los pa¨ªses deudores ten¨ªan fundamentalmente un problema de liquidez y que si se extend¨ªan en el tiempo sus obligaciones de pago del servicio de la deuda se podr¨ªan atender.
En la primera fase, entre 1982 y 1985, la estrategia consisti¨® en alcanzar acuerdos sobre reescalonamiento de las deudas para reducir el problema de cash flow anual y acompa?ar dichos reescalonamientos de programas de ajuste aprobados por el Fondo Monetario Internacional.
La segunda fase se inicia con el Plan Baker de f1nales de 1985, que se basa en dos plataformas: en primer lugar, en cambiar la pol¨ªtica de ajuste, y en lugar de utilizar pol¨ªticas de contracci¨®n de demanda para crear super¨¢vit y transferirlo, hacer pol¨ªticas de ajuste estructural orientadas al crecimiento y a la expansi¨®n de la oferta; en segundo lugar, en apoyar dichas pol¨ªticas con nuevo dinero. El Banco Mundial y los bancos regionales aportar¨ªan 9.000 millones de d¨®lares m¨¢s en los pr¨®ximos tres a?os, y los bancos comerciales deben aportar otros 20.000 millones nuevos en dicho per¨ªodo, lo que supone un aumento anual del 2,5% de su riesgo.
El plan ha fracasado porque los bancos han aportado cantidades mucho m¨¢s peque?as, y a pesar de que algunos pa¨ªses mejoraron su estructura de producci¨®n y diversificaron sus exportaciones, el mercado ha seguido dudando cada vez m¨¢s de que puedan llegar a pagar. De ah¨ª que el precio en el mercado secundario de su deuda haya ca¨ªdo en un 50% entre noviembre de 1985 y noviembre de 1987. Argentina ha pasado de 70 a 34 centavos por d¨®lar, Brasil de 80 a 38, M¨¦xico de 80 a 47, Per¨² de 35 a 5 y Ecuador de 65 a 30.
Ha habido algo llamado Plan Baker 2, que se ha atribuido a la nueva posici¨®n del Tesoro americano, basado en que existe un men¨² de opciones que han venido desarrollando los mercados financieros y que son suficientes para ir tirando (muddling through) en un enfoque caso por caso.
La postura espa?ola
Ante esta situaci¨®n, los pa¨ªses deudores no ven m¨¢s que dos opciones: o una reducci¨®n de valor del stock de deuda de acuerdo con los precios reales de la. deuda en el mercado secundario, o una moratoria unilateral (en los pa¨ªses que' se encuentran peor), o bien el enfoque minimax (en los pa¨ªses que se encuentran relativamente mejor), es decir, el m¨ªnimo de pago que permita el m¨¢ximo de crecimiento en el pa¨ªs, y no el enfoque maximin, es decir, el m¨¢ximo de pago que permita un m¨ªnimo crecimiento, que era el enfoque inicial.
Espa?a es el ¨²nico pa¨ªs de la OCDE que tanto en la reuni¨®n de abril del comit¨¦ interino del Fondo Monetario Internacional como en el Consejo de Ministros de, la OCDE en mayo se ha declarado oficialmente partidaria de una reducci¨®n del stock de deuda de los pa¨ªses en desarrollo.
La posici¨®n espa?ola es, en s¨ªntesis, la siguiente:
1. La soluci¨®n del problema de la deuda exige la colaboraci¨®n y cooperaci¨®n de todas las partes involucradas: deudores, acreedores p¨²blicos y privados y organismos multilaterales.
- Los pa¨ªses deudores deben de proseguir sus esfuerzos de ajuste macroecon¨®mico por el lado de la demanda y de reformas estructurales por el lado de la oferta para conseguir una tasa de crecimiento econ¨®mico m¨¢s sostenido y sobre unas bases m¨¢s s¨®lidas y saneadas.
- Los pa¨ªses acreedores deben contribuir a la soluci¨®n del problema de varias maneras. Por un lado, cooperando en el seno del GATT para reducir el proteccionismo actual, especialmente en la agricultura y en algunos productos industriales b¨¢sicos y de consumo. Por otro lado, coordinando sus pol¨ªticas macroecon¨®micas para conseguir un crecimiento m¨¢s r¨¢pido y con mayor estabilidad en los tipos de cambio e inter¨¦s. En tercer lugar, apoyando f¨®rmulas multilaterales de alivio de la deuda, y para ello, colaborando con los organismos internacionales y canalizando nuevos fondos oficiales. En cuarto lugar, facilitando las relaciones entre la banca acreedora y los deudores mediante la creaci¨®n de un marco fiscal, contable y de supervisi¨®n bancaria m¨¢s favorable para el tratamiento de las provisiones y p¨¦rdidas. Por ¨²ltimo, apoyando una mayor flexibilidad en las renegociaciones de la deuda oficial en el Club de Par¨ªs.
- La banca acreedora debe participar m¨¢s activamente en el men¨² de opciones actual y en los futuros desarrollos en pro de una soluci¨®n multilateral de la deuda y canalizar nuevos fondos privados hacia dichos pa¨ªses.
- Los organismos internacionales deben apoyar t¨¦cnica y financieramente los programas de ajuste orientados al crecimiento de los deudores, ampliando los flujos de fondos a estos pa¨ªses, sobre todo buscando f¨®rmulas multilaterales de alivio de la deuda que puedan solucionar el problema con el m¨ªnimo coste y las m¨¢ximas garant¨ªas.
2. La colaboraci¨®n entre todas las partes debe de tender a:
- Reducir el stock de deuda de los pa¨ªses en desarrollo sobre la base de, por un lado, los descuentos que ofrece el mercado secundario de deuda, y por otro, de los porcentajes de provisi¨®n de fallidos que han establecido los bancos centrales para la banca acreedora. Ello exige a su vez repartir lo m¨¢s equitativamente posible los beneficios de la reducci¨®n entre los pa¨ªses deudores y las cargas derivadas de la reducci¨®n entre los pa¨ªses acreedores.
Esto a su vez exige mantener el principio del caso por caso para tener en cuenta las caracter¨ªsticas espec¨ªficas, estructurales, econ¨®micas y pol¨ªticas de cada deudor. Y por ¨²ltimo, promover la participaci¨®n de las distintas partes involucradas en los esquemas de reducci¨®n de deuda, pero dentro de la m¨¢s estricta voluntariedad en las decisiones de cada uno.
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