Gorbachov, 'superstar'
El l¨ªder sovi¨¦tico ha empleado toda su bater¨ªa de recursos durante la reuni¨®n de Mosc¨²
El l¨ªder sovi¨¦tico, Mijail Gorbachov, se ha revelado durante la 19? Conferencia del PCUS como un h¨¢bil maestro de ceremonias de m¨²ltiples registros, capaz de bromear, interpelar y cambiar r¨¢pidamente el tono paternal campechano por el de un alumno con sus propias convicciones, seguro de su talento y poder. Gorbachov no siempre encaja bien las cr¨ªticas, sobre todo si vienen de su propio campo, como demostr¨® el caso del economista Leonid Abalkin, que fundament¨® con cifras sus negativas opiniones sobre la perestroika en la vida real.
Cuando los amigos bien cualificados critican lo que ¨¦l defiende, Gorbachov da la impresi¨®n de sentirse traicionado y reacciona como si le hubieran herido en lo m¨¢s hondo. En una ocasi¨®n, los acontecimientos parecieron escapar al control de Gorbachov quien, por una vez, no tuvo la ¨²ltima palabra. Fue cuando el jefe del partido en la Rep¨²blica aut¨®noma de Komi, Vladimir Melnikov, dijo que no se puede mantener en los ¨®rganos centrales del partido y del poder sovi¨¦ticos a quienes "realizaron activamente una pol¨ªtica de estancamiento" en el pasado.Posiblemente sin esperar la respuesta que obtuvo, Gorbachov pregunt¨® relajadamente a Melnikov: "Tal vez t¨² tienes alguna propuesta concreta, porque nosotros estamos sentados aqu¨ª y no sabemos si te est¨¢s refiriendo a m¨ª o a qui¨¦n".
"Mijail Sergeievich, creo que ya lo sabe. Me refiero a los camaradas Solomenzev, a los camaradas Gromiko, Afanasiev, Arbatov y a otros", respondi¨® Melnikov.
Un murmullo recorri¨® la sala, y los telespectadores sovi¨¦ticos que contemplaron este momento estelar tuvieron ocasi¨®n de familiarizarse con los gestos que las palabras del funcionario provocaron en cuatro de los m¨¢ximos l¨ªderes sovi¨¦ticos.
Gorbachov se agit¨® en su asiento. Nikolai Rizhkov, el jefe del Gobierno, cambi¨® tres veces de posici¨®n. Se quit¨® las gafas, se enderez¨® en la butaca y finalmente se apoy¨® en la mesa con los brazos cruzados. Sus mejillas se hundieron, sus ojos se avivaron y su boca se redonde¨®. Gromiko, hundido en la silla y echado hacia atr¨¢s, no hizo ni un solo gesto, aunque algunos creyeron ver afinarse la l¨ªnea de sus labios. Ligachov, con los brazos cruzados sobre la mesa, movi¨® la cabeza hacia un lado.
La televisi¨®n mostr¨® a Gorbachov conversando con los delegados en el vest¨ªbulo. La escena no gust¨® a algunos ciudadanos, porque Gorbachov defendi¨® a los funcionarios del partido de las extendidas ideas populares seg¨²n las cuales ¨¦stos tienen demasiados privilegios.
"El sueldo medio de un trabajador del partido es de 216 rublos", dijo Gorbachov, para a?adir despu¨¦s que el sueldo medio sovi¨¦tico es de 203 rubios. "La gente no est¨¢ contenta. Piensa que si hay rumores, debe haber algo detr¨¢s", dijo el dirigente.
Gorbachov pas¨® despu¨¦s a explicar que todas las entidades, como las f¨¢bricas, tienen servicio de encargos, sanatorios, instalaciones deportivas... y que ello funciona de forma generalizada, tanto en la Academia de Ciencias como en la Casa de los Literatos, y lo mismo sucede con el partido.
Coches personales .
El l¨ªder dio algunas cifras. El Partido tiene, seg¨²n dijo, un total de 8.500 plazas en las residencias de descanso en toda la URSS y tan s¨®lo 850 coches de servicio personales. "Son coches para ir al trabajo", grit¨® una voz en el corro que rodeaba al dirigente, cuyo rostro estaba perlado por el sudor. Una carcajada estall¨® cuando Gorbachov dijo que por cada 7 o 10 trabajadores en organismos de direcci¨®n de distrito o de regi¨®n hay un solo coche. "Hay que levantar el pa¨ªs" prosigui¨® Gorbachov. "Miren que discusi¨®n est¨¢ en marcha". Nichevo concluy¨® con una expresi¨®n que, en el contexto, puede traducirse por "no est¨¢ nada mal". En tono coloquial, el dirigente dijo haber quedado en estado de shock cuando 48.000 trabajadores de la ciudad rusa de Yaroslav se negaron a aceptar los 15 s¨¢bados de trabajo extra a los que quer¨ªan obligarles sus dirigentes.
El l¨ªder sovi¨¦tico supo centrar la discusi¨®n en el tema que ¨¦l considera b¨¢sico, a saber, la reforma pol¨ªtica como condici¨®n previa para cualquier paso en otros dominios. Su intervenci¨®n a mitad de la conferencia as¨ª lo atestigua. En ella, Gorbachov explic¨® algunos puntos que no hab¨ªan quedado claros en su informe inicial. Dijo, por ejemplo, que los secretarios de iodos los rangos del partido se eligir¨¢n entre dos o tres o m¨¢s candidatos en votaciones secretas en los plenos de la organizaci¨®n. Despu¨¦s, ser¨¢n presentados a los soviets, que pueden confirmarlos como presidentes o bien rechazarlos. La idea expresada presenta al partido como la ¨²nica fuente de promoci¨®n de candidatos, pero los soviets aparecen dotados de poder de veto hasta ser satisfechos por el candidato.
Gorbachov aclar¨® tambi¨¦n que el Ispolkom o comit¨¦ ejecutivo local que ahora controla la actividad de los soviets tendr¨¢ al frente un presidente que, a su vez, ser¨¢ miembro del soviet u organismo de decisi¨®n. Ispolkom y soviet, por lo dem¨¢s, ser¨¢n dos entidades independientes y la segunda controlar¨¢ a la primera. El soviet, adem¨¢s, tendr¨¢ un Presidium formado por un presidente y los jefes de las comisiones de trabajo. Tras acabar de formular este esquema, Gorbachov hizo un inciso y afirm¨®: "Ya veo que los secretarios de la organizaci¨®n de Mosc¨² mueven la cabeza con desaprobaci¨®n". Tal comentario fue censurado ayer por Pravda.
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