Denuncia de malos tratos a una reclusa de Barcelona que mantuvo relaciones ¨ªntimas con tres funcionarios
Dos funcionarias de la c¨¢rcel de mujeres de Wad-Ras, en Barcelona, han denunciado a varias compa?eras por infligir presuntos malos tratos a una reclusa que confiesa haber mantenido relaciones homosexuales con tres empleadas de la prisi¨®n. Las relaciones ¨ªntimas que Ana Padr¨® Tom¨¢s asegura haber mantenido desde hace varios meses con las tres funcionarias, una de ellas ex jefa de servicios, han causado tensiones y han provocado la divisi¨®n de las empleadas en dos bandos. A ello ha contribuido tambi¨¦n el hecho de que la correspondencia amorosa entre las implicadas ha circulado por la c¨¢rcel.
Dos funcionar¨ªas de la c¨¢rcel de Wad-Ras denunciaron hace poco m¨¢s de un mes a varias de sus compa?eras por los presuntos malos tratos y coacciones infligidos a la citada reclusa, una joven catalana encarcelada por una estafa que en su d¨ªa benefici¨® a Fuerza Nueva, organizaci¨®n a la que pertenec¨ªa la interna.Las denunciadas intentaban silenciar con su actitud las relaciones ¨ªntimas que Ana Padr¨® hab¨ªa mantenido con tres empleadas del centro, seg¨²n las denunciantes.
Esta situaci¨®n, que ha provocado una tormenta en la c¨¢rcel, esconde una historia de pasiones, donde el sexo, el miedo, el amor y la venganza se confunden. La propia Ana Padr¨®, que se autodefine como "lesbiana", se declara afectada por las cartas enviadas por sus amantes, en las que le explican con claridad sus sentimientos hacia ella, que se resumen en repetidos "te amo" al final de las misivas, a modo de firma.
Ana Padr¨® afirma que fue la amante de G. F. F, una de las responsables del centro, y de otras dos funcionarias. "Nos am¨¢bamos en el despacho del administrador de la c¨¢rcel [Juan Tormo] y en otros muchos lugares", asegura la interna, para quien esos actos no expresaban cari?o, sino simplemente relaci¨®n carnal, "a la que yo acced¨ªa voluntariamente", explica Ana Padr¨®.
Acciones judiciales
Los celos provocados por esos contactos compartidos se tradujeron hace unas semanas, seg¨²n la denuncia, en una serie de presiones ps¨ªquicas y agresiones f¨ªsicas por parte de algunas funcionarias hacia esta reclusa, justificadas por el temor de aqu¨¦llas a que Ana Padr¨® revelara sus relaciones secretas.
"Me golpearon y me amenazaron con pulverizadores paralizantes", explica la interna. Los malos tratos sufridos por Ana Padr¨® fueron denunciados el pasado 20 de mayo por otras dos funcionarias de Wad-Ras al fiscal de vigilancia penitenciaria, quien remiti¨® el caso al juez de guardia.
Las diligencias judiciales previas abiertas en Wad-Ras fueron a parar al Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 3 de Barcelona, donde se registraron con el n¨²mero 1497/88 el pasado 21 de mayo. La Direcci¨®n General de Servicios Penitenciarios y de Rehabilitaci¨®n de la Generalitat espera a que la justicia decida qu¨¦ hacer con el caso. Pero, mientras tanto, un responsable del departamento ha confirmado que "se ha abierto una informaci¨®n reservada para saber si se ha cometido alguna falta disciplinaria".
Entre las funcionarias denunciadas por presuntas lesiones y coacciones est¨¢n Mar¨ªa ?ngeles Escudero, Bego?a L¨®pez y Carmen Mart¨ªnez, seg¨²n se?al¨® una de las denunciantes.
Mientras se espera la resoluci¨®n judicial, en el interior de Wad-Ras -donde el pasado lunes estaban internadas 311 mujeres y destinados 107 funcionarios, ocho contratados y dos monitores-, Ana Padr¨® sigue tachando con un bol¨ªfrafo azul los d¨ªas que le faltan para conseguir su libertad provisional, en un peque?o calendario que guarda celosamente en su cartera.
Condenada por falsificaci¨®n
El mes de octubre, su meta, est¨¢ marcado en rojo y junto al calendario hay dos fotos: una de su hija Montse, de cinco a?os, y la otra de su actual compa?era sentimental, con la que comparte la explotaci¨®n de un pub en Barcelona y un restaurante en Ibiza.
Ana Padr¨®, que tiene 29 a?os de edad, es de baja estatura y rubia, se form¨® en una famil¨ªa econ¨®micamente pudiente del barrio barcelon¨¦s de la Bonanova. "Los tengo alarmados, pero ya han aceptado mi vida", explica refiri¨¦ndose a sus padres y familiares.
Estudiante de Econ¨®micas hasta cuarto curso -"no termin¨¦ porque era un pend¨®n"-, Ana Padr¨® fue detenida por la polic¨ªa acusada de la falsificaci¨®n de numerosos cheques, "que utilic¨¦ para comprar metros y metros de bandera nacional para Fuerza Nueva", afirma.
Aquella estafa y una larga serie de irregularidades de todo tipo, como la de abandonar un coche alquilado, la llevaron a la c¨¢rcel, donde ahora est¨¢ cumpliendo una condena de dos a?os, ocho meses y 26 d¨ªas. En estos momentos, Ana Padr¨® est¨¢ destinada en la Cuarta Fase de Wad-Ras -presas rehabilitadas-, asiste a clases de inform¨¢tica y trabaja como alba?il. "Dicen que soy limpia y r¨¢pida", comenta sobre su trabajo como pe¨®n.
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