Mathias Sz¨¹r¨®s: "Este modelo de socialismo ya ha agotado sus reservas
El presidente de la Comisi¨®n de Exteriores del Parlamento h¨²ngaro visita Madrid .
Mathias Sz¨¹r¨®s, de 56 a?os, secretario del Comit¨¦ Central del Partido Socialista Obrero H¨²ngaro (PSOH) y presidente de la Comisi¨®n de Exteriores del Parlamento, ha visitado Madrid invitado por el Comit¨¦ Ejecutivo del PSOE y por la presidencia del Senado. Sz¨¹r¨®s es una de las cabezas m¨¢s representativas del reformismo que se ha impuesto en Hungr¨ªa con el ascenso de Karoli Grosz. Fue embajador de su pa¨ªs en Mosc¨² en tiempos de Breznev y defiende calurosarnente la perestroika de Gorbachov, aunque recuerda que "el proceso de la reforma h¨²ngara tiene un pasado de al menos 25 a?os". "Este modelo de socialismo ya ha agotado sus reservas", concluye.
"Hungr¨ªa estaba sola entonces", explica Sz¨¹r¨®s, "y justamente por eso no pudo realizar plenamente la reforma e incluso se produjo un retroceso a principios de los a?os setenta". La reforma h¨²ngara, hasta ahora fundada en el terreno de lo econ¨®mico, se ha visto frenada por causas pol¨ªticas, por eso cree Sz¨¹r¨®s que la aportaci¨®n fundamental de la reciente conferencia del partido en la que se cambi¨® a toda la c¨²pula del poder, "consisti¨® en extender la reforma al terreno de las instituciones pol¨ªticas. La direcci¨®n del partido examin¨® la cuesti¨®n y entendi¨® que era algo inevitable". La pr¨¢ctica totalidad de la c¨²pula del partido ha sido renovada, pero de "una forma europea y civilizada", ya que para el pol¨ªtico h¨²ngaro "desgraciadamente los relevos en el mundo socialista han tenido lugar de manera que o bien el dirigente mor¨ªa o era expulsado".Al igual que en la URSS, o tal vez habiendo servido de modelo a Gorbachov, los dirigentes reformistas h¨²ngaros piensan que es necesario que la sociedad sea la que controle al partido, aunque los mecanismos al efecto no est¨¢n a¨²n muy claros. El nombramiento de Bruno Straub, un hombre ajeno al partido para la jefatura del Estado, es una indicaci¨®n, seg¨²n Sz¨¹r¨®s, de que el r¨¦gimen esta abierto a la participaci¨®n de otras fuerzas, y "una se?al a los intelectuales, porque en el mundo de hoy los intelectuales desempe?an un papel muy importante".
Sz¨¹r¨®s reconoce que si bien los principios generales a los que parece tender el comunismo tanto en la URSS como en Hungr¨ªa est¨¢n claros, los mecanismos concretos de la reforma no aparecen por ning¨²n lado. Cuandose le pregunta en qu¨¦ consiste el control del partido por la sociedad, el dirigente h¨²ngaro admite que la estructura todav¨ªa no existe. "Pero seguro que va a suceder algo", a?ade a continuaci¨®n. "Lo que ha sucedido en Hungr¨ªa es muy interesante. El relevo de los dirigentes anteriores ha tenido lugar gracias a una fort¨ªsima presi¨®n de los intelectuales, a pesar de que no estaban presentes en la conferencia. Gorbachov, por ejemplo, est¨¢ insistiendo cada vez m¨¢s en que hay que volver a las ideas de Lenin, es decir, que el Ejecutivo se encuentre bajo el control de un cuerpo electo, en este caso los soviets. Tambi¨¦n las candidaturas m¨²ltiples constituyen una garant¨ªa".
El poder, a los soviets
?Se trata de volver a todo el poder para los soviets?. "S¨ª", admite Sz¨¹r¨®s, "porque hasta ahora hab¨ªa una relaci¨®n tan directa entre el partido y el Ejecutivo que ahog¨® la democracia, y lo que hay que hacer es desligar al partido de manera que desempe?e un papel de gu¨ªa te¨®rico y tenga un papel en ciertas cuestiones estrat¨¦gicas. Todo lo dem¨¢s debe estar a cargo de los organismos de gesti¨®n del Estado y el partido no puede meterese en los detalles, ni designar a los dirigentes, que deber¨¢n ser elegidos".
Hungr¨ªa, seg¨²n Sz¨¹r¨®s, no padece con tanta intensidad el problema de la resistencia del aparato del partido a los cambios, ni sus dirigentes gozan de excesivos privilegios. "Es un problema que venimos combatiendo desde hace tiempo", explica, "por una parte las candidaturas m¨²ltiples han sido una soluci¨®n y tambi¨¦n hemos establecido un sistemapor el que cuando una persona deja su cargo pol¨ªtico le garantizamos un mismo nivel de vida despu¨¦s de su relevo. Pero, la verdad es que en Hungr¨ªa los dirigentes no tienen privilegios. En la URSS desgraciadamente s¨ª, y por eso se aferran a sus cargos porque si los dejan su vida cambia radicalmente.
Sz¨¹r¨®s admite que el socialis mo "es una gran idea de la humanidad, pero si lo pensamos bien en la realidad no se ha cumplido En parte porque no estaba previsto que se desarrollara en pa¨ªses cuyos medios de producci¨®n no estaban suficientemente desa rrollados, y adem¨¢s porque sur gieron deformaciones desde el inicio tanto en su concepci¨®n como en su pr¨¢ctica. "La ideolog¨ªa se convirti¨® en un dogma", piensa, "la igualdad se confundi¨® con la paridad. A la gente hay que interesarla en la producci¨®n, y hay que diferenciar, pero se dice que ¨¦sto va contra la igualdad porque algunos pueden con vertirse en ricos. Los intereses materiales no fueron tenidos en cuenta al principio, luego pevalecieron los dogmas y eso se reflej¨® en la estructura".
Sz¨¹r¨®s piensa que hay que "dar luz verde a las iniciativase incluso vincularse con el sector privado y con el capital extranjero. Lo mismo sucede con la vinculaci¨®n real de los precios y el valor del dinero, pero en el mundo socialista siguen existiendo dirigentes que no admiten que pueda establecerse alg¨²n tipo de socialismo de mercado. Pero donde exista la producci¨®n, ah¨ª debe haber mercado y dinero".
De acuerdo con esta teor¨ªa Sz¨¹r¨®s explica que la situaci¨®n actual en la que entre el Estado y las cooperativas detentan un 96% de la propiedad y s¨®lo un 4% est¨¢ en manos privadas tiene que cambiar. "Nuestra intenci¨®n es llegar a que el sector privado llegue a poseer el 30%, lo que significa que van a suceder cambios estructurales importantes en las relaciones de propiedad en Hungr¨ªa". En cuanto al capital extranjero, se est¨¢ intentando establecer las condiciones adecuadas. "Vamos a eliminar el impuesto doble que pesaba sobre este capital, autorizar que se puedan sacar las ganancias del pa¨ªs, y que la participaci¨®n pueda superar incluso el 50% y por supuesto, reducir la burocracia".
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