Discriminaci¨®n en el acceso al sistema p¨²blico

Hace poco, los m¨¢ximos responsables de la Administraci¨®n sanitaria han se?alado la posibilidad de establecer un sistema de tasas que tendr¨ªan que abonar los ciudadanos a la hora de utilizar determinados servicios sanitarios. Tal sistema, de establecerse supondr¨ªa una grave discriminaci¨®n de los ciudadanos en el acceso a la salud.La justificaci¨®n que han dado nuestros responsables sanitarios para el establecimiento de tasas por la utilizaci¨®n de los servicios sanitarios es doble. Por un lado, se tratar¨ªa de encontrar una fuente adicional de financiaci¨®n del sector sanitario, y por el otro, un sistema de disuasi¨®n a los ciudadanos, que, al dejar de ser gratuitos los servicios sanitarios, tender¨ªan a una utilizaci¨®n menor de los mismos.

El primer efecto que tendr¨ªa el establecimiento de un sistema de tasas ser¨ªa el de la discriminaci¨®n de los ciudadanos en el acceso a las prestaciones sanitarias en raz¨®n de su situaci¨®n econ¨®mica, y, por tanto, abrir¨ªa una importante brecha entre unos ciudadanos con facilidades para usar de todas las prestaciones asistenciales, aquellos con m¨¢s medios, y otros, los m¨¢s pobres, que estar¨ªan limitados en su uso.

Se marginar¨ªa as¨ª a los sectores que, precisamente por su carencia de medios econ¨®micos, no tienen otra alternativa asistencial, y se establecer¨ªa un obst¨¢culo para la necesaria equidad que debe ser uno de los objetivos de cualquier sistema sanitario p¨²blico.

El segundo es todav¨ªa m¨¢s grave. En el ¨²ltimo informe de, la OCDE sobre recursos sanitarios se se?ala que el 25% de los ciudadanos consume el 50% de los gastos sanitarios; el 2%, el 50% de los gastos hospitalarios, y el 10%, el 75% del total del gasto sanitario. Es decir, que hay un sector de los ciudadanos, reducido num¨¦ricamente, que es el que consume la mayor parte del gasto sanitario, debido a que ha sido m¨¢s desfavorecido por la fortuna.

Se trata de las personas que han nacido con graves malformaciones, las que presentan enfermedades cr¨®nicas graves (insuficiencia renal cr¨®nica, etc¨¦tera) y minusval¨ªas importantes. Un sistema de tasas penaliza precisamente a este sector de la poblaci¨®n que tiene la desgracia de necesitar m¨¢s del sistema sanitario. Se trata, pues, del planteamiento opuesto al solidario que debe regir cualquier sistema de salud, aquel en el que todos los ciudadanos contribuyen para que los m¨¢s desfavorecidos puedan tener una atenci¨®n sanitaria suficiente.

Por fin, est¨¢ el efecto disuasorio de las tasas. Es evidente que se produce, pero como se ha demostrado en el Rand Health Insurance Experiment, en EE UU, en 1986 s¨®lo tiene efectos en los grupos de poblaci¨®n de recursos escasos, que disminuyen la frecuentaci¨®n y la hospitalizaci¨®n, incluso en los casos en que ¨¦stas ser¨ªan necesarias desde un punto de vista exclusivamente sanitario.

Discriminaci¨®n

Es obvio, por tanto, que el pretendido establecimiento de tasas por la utilizaci¨®n de los servicios sanitarios 'supone introducir factores de discriminaci¨®n en el acceso de los ciudadanos a la salud, por motivos economicistas, y un retroceso en la situaci¨®n actual que aleja cada vez m¨¢s el derecho a la protecci¨®n de la salud de todos los ciudadanos que reconoce la Constituci¨®n.