"Rezad por nosotros"
'Red' Adair combate en el mar del Norte el fuego de la plataforma 'Piper Alpha'
Paul Red Adair hace ya tiempo que super¨® la edad de la jubilaci¨®n. El tejano, abuelo y multimillonario en d¨®lares, no deber¨ªa tener motivos para seguir trabajando. Pero cuando se presenta una oportunidad est¨¢ al pie del ca?¨®n. Y su trabajo no es de los de despacho. Adair, a sus 73 a?os, se encuentra en el mar del Norte, sobre los restos humeantes de la plataforma petrol¨ªfera Piper Alpha, cuya explosi¨®n la semana pasada provoc¨® 166 muertes, la mayor cat¨¢strofe en p¨¦rdidas de vidas humanas en la historia de esta industria.
El especialista norteamericano, el n¨²mero uno en su campo ha sido contratado por Occidental Petroleum para detener la fuga de gases y petr¨®leo de la Piper Alpha, primer paso para evitar los casi 600 millones de pesetas diarios que cuesta tener cerradas las otras cinco plataformas conectadas con ella.Adair, de mediana estatura, complexion fuerte y cabello blanco , ha establecido su cuartel general en el buque semisumergible Tharos, semejante a una plataforma, que sirve de apoyo a los trabajos de control de la fuga en la siniestrada, de la que apenas un tercio queda sobre el nivel del mar. Diversos focos de llamaradas, apenas entrevistos entre el denso humo, son combatidos con millones de litros de agua arrojados desde el Tharos, agua que tiene tambi¨¦n como misi¨®n enfriar la plataforma y hacer posible que trabajen sobre ella Adair y sus dos compa?eros, Raymond Henry y Brian Krauser, quienes han de taponar los 5 o 6 pozos por los que sigue escapando gas y petr¨®leo.
Una gr¨²a del Tharos, bajo la direcci¨®n de Adair, deja a Henry y Krauser en la plataforma sobre la que el tejano estuvo el s¨¢bado para realizar una primera evaluaci¨®n de la estrategia a seguir. Ahora son sus dos hombres quienes realizan el trabajo. Equipados con tejidos antiinflamables, Henry y Krauser atraviesan las cascadas de agua y comienzan a bregar con la chatarra que hay sobre la superficie. "La estructura tiene una inclinaci¨®n de 45 grados y est¨¢ muy resbaladiza, as¨ª que tenemos que usar cuerdas para movernos", dice Adair.
Aguas peligrosas
Los dos bomberos consiguen que la gr¨²a levante piezas met¨¢licas de varias toneladas y las deposite en el Tharos, donde son examinadas por otros especialistas en busca de indicios sobre las causas del desastre. La limpieza de la plataforma, que se hace con la atenci¨®n pendiente tambi¨¦n de los vientos, va a permitir determinar cu¨¢ntos son los puntos de fuga y saber si es posible cerrar las canalizaciones.Adair, con largos a?os de trabajo en accidentes petroleros, sabe de los peligros de las aguas del mar del Norte, donde estuvo en 1971 en otra plataforma accidentada en la parte noruega. "Esta situaci¨®n es diferente de la mayor¨ªa de las anteriores", comenta. "Con m¨¢s de la mitad de la plataforma desaparecida, se hace muy dif¨ªcil trabajar". Vientos con velocidad superior a los 50 kil¨®metros por hora acent¨²an los riesgos y obligan a suspender los trabajos. El buen tiempo ha cedido ante una borrasca.
"Es un trabajo lento, dif¨ªcil, f¨ªsicamente agotador y muy peligroso", reconoce John Branding, m¨¢ximo responsable de Occidental en el Reino Unido. "El ruido de los pozos ardiendo es como el de un avi¨®n a reacci¨®n y hay que estar arrojando continuamente agua para controlar el calor".
Mientras los tres bomberos no limpien la plataforma no se podr¨¢ saber en qu¨¦ situaci¨®n se encuentran las canalizaciones. "?l decidir¨¢ cu¨¢l es la primera sobre la que haya que trabajar", a?ade el ejecutivo. "El coste de cerrar los tubos va a suponer millones, pero Adair tiene m¨¢s experiencia que nadie en el mundo y suele tener ¨¦xito". En el mejor de los casos, la cuesti¨®n ser¨¢ s¨®lo cerrar las v¨¢lvulas. Pero es muy poco probable que, tras los da?os sufridos por la plataforma, las v¨¢lvulas de control puedan funcionar. Una salida alternativa es inyectar en la conducci¨®n, desde arriba, una mezcla de alta densidad que detenga el flujo de gas y petr¨®leo. Otra posibilidad es aplastar las tuber¨ªas y, con ello, sellar la fuga. Adair ha vaticinado que esta vez su estancia en el mar del Norte va para largo. Occidental se prepara para la soluci¨®n m¨¢s radical: abrir un pozo adicional que llegue hasta el dafiado y permita cegarlo.
El ¨²ltimo consejo t¨¦cnico corresponder¨¢ a Adair. ?l sigue s¨®lo pendiente de lo que ocurre en lo alto de la plataforma. Cuando termine su trabajo, y si todo sale bien, Adair volver¨¢ a Tejas con unos 200 millones m¨¢s de pesetas. Ahora s¨®lo pide una cosa: "Rezad por nosotros".
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