La bala dej¨® en el cuello marcas de 'tatuaje'
La bala que mat¨® a la integrante del comando Donostia penetr¨® por el tercio superior de la cara poslateral derecha del cuello, atraves¨® el temporal izquierdo y la masa encef¨¢lica y sali¨® a dos cent¨ªmetros de la base de inserci¨®n del pabell¨®n auricular izquierdo. Fue disparada con el ca?¨®n del arma pr¨¢cticamente tocando la piel y dej¨® en ¨¦l orificio de entrada las caracter¨ªsticas marcas de tatuaje.
En el momento de recibir este disparo, mortal de necesidad, Luc¨ªa Urigoitia llevaba la espalda y la parte posterior del cuello al desnudo, pero los brazos estaban cubiertos con las mangas de su camisa. Seg¨²n se indica en el sumario, la parte trasera o posterior de la camisa y camiseta que vest¨ªa hab¨ªa sido volteada por encima de su cabeza y se encontraba bajo su barbilla, enroscada sobre la parte anterior del cuello.
De los testimonios prestados por los guardias civiles y recogidos en el auto dictado por el Juez Juan Piqueras se deduce que los hechos en los que perdi¨® la vida la activista del comando Donostia se sucedieron en dos secuencias diferenciables, seg¨²n los momentos de los disparos.
Testimonio
La primera secuencia en la que se produce la irrupci¨®n de la Guardia Civil en la casa y el inmediato tiroteo entre Luc¨ªa Urigotia y un miembro de las Unidades Especiales de Intervenci¨®n de la Guardia Civil (UEI) cuenta tambi¨¦n con el testimonio, ciertamente impreciso y confuso, de uno de los dos presuntos colaboradores de ETA detenidos en la misma acci¨®n que afirma haber visto fogonazos cruzados. De la segunda secuencia, seg¨²n sostiene el juez, s¨®lo pudieron ser testigos el guardia civil autor de los disparos que alcanzaron a la activista y, parcialmente, dos de sus compa?eros, ya que los presuntos colaboradores se encontraban en ese momento fuera de la habitaci¨®n en la que se produjeron los hechos.
El guardia Ram¨®n Garc¨ªa,, que hab¨ªa recibido el impacto de un balazo en el chaleco antibalas, ha declarado que arrastr¨® unos metros a Luc¨ªa Urigotia hacia la salida de la habitaci¨®n hasta que se resinti¨® de las lesiones provocadas por el impacto del balazo en el chaleco antibalas. Solt¨® entonces el cuerpo de la detenida y permaneci¨® inclinado junto a ella.
Siguiendo este relato, la activista del comando Donostia, que se encontraba gravemente herida alcanzada por una bala de trayectoria ascendente que le atraves¨® el ri?¨®n izquierdo, el est¨®mago, el h¨ªgado y el pulm¨®n derecho, efectu¨® desde el suelo en posici¨®n ladeada un nuevo disparo con la pistola que segu¨ªa portando en la mano derecha.
El guardia que se encontraba junto a ella afirma que al escuchar la detonaci¨®n y sentir el efecto de la onda expansiva en un tobillo se gir¨® y dispar¨® inmediatamente sobre el bulto. El sargento que estaba al mando de los efectivos de las UEI ha declarado que vio un fogonazo que sal¨ªa del arma que empu?aba la activista mientras permanec¨ªa tendida en el suelo de la habituaci¨®n y que ¨¦l mismo dispar¨¦ antes de que lo hiciera su compa?ero.
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