El Senado italiano aprueba una ley que regula las huelgas en los servicios p¨²blicos esenciales
Despu¨¦s de 40 a?os de vac¨ªo normativo, el Senado italiano acaba de aprobar, con los votos incluidos de la oposici¨®n comunista, una ley sobre "reglamentaci¨®n de las huelgas en los servicios p¨²blicos esenciales", un derecho del Estado ya previsto en la Constituci¨®n, pero al que nadie se hab¨ªa atrevido en el pasado a meter el diente.
La situaci¨®n hab¨ªa llegado a tales l¨ªmites que la nueva ley, que obligar¨¢ a la creaci¨®n de un c¨®digo de comportamiento obligatorio para los trabajadores de los servicios p¨²blicos, ha sido apoyada no s¨®lo por el Gobierno, que ha presentado la ley, sino hasta por los tres gremios del sindicato unitario, CISL, CGIL y UIL, y por los mismos comunistas, que han votado a favor.Se las llamaba huelgas salvajes y paralizaban con frecuencia el pa¨ªs, como est¨¢ ocurriendo sobre todo en el los transportes a¨¦reos, mar¨ªtimos, urbanos y ferrocarriles, hospitales, correos y limpieza p¨²blica.
Ahora la ley debe ser aprobada por la C¨¢mara baja, donde puede haber pelea en puntos retocados ya en el Senado y que han ablandado la ley hasta el punto de que los republicanos, aun formando parte del Gobierno, han sido los ¨²nicos que se han abstenido. En contra han votado s¨®lo los neofascistas y los demoproletarios de izquierdas.
La batalla ha tenido lugar sobre dos puntos: el primero, el margen de tiempo con el que un sindicato en el sector p¨²blico debe anunciar una huelga para que el Estado pueda preparar servicios suplementarios. Los republicanos ped¨ªan un m¨ªnimo de 15 d¨ªas, mientras que la ley aprobada prev¨¦ s¨®lo cinco. Otro punto es la multa para los recalcitrantes, una vez que la huelga haya sido prohibida, y los trabajadores, militarizados. Se ped¨ªa que la multa diaria fuera de 10.000 a 30.000 pesetas, y ha quedado entre un m¨ªnimo de 2.500 pesetas y un m¨¢ximo de 10.000.
Militarizaci¨®n de trabajadores
Una novedad es que el encargado de militarizar a los trabajadores en caso de conflicto no sea el gobernador civil, sino el representante del Gobierno regional o el presidente del Gobierno si el caso es nacional, e incluso en casos de grave emergencia, el mismo jefe del Estado.Ni que decir tiene que la opini¨®n p¨²blica, que ya no puede m¨¢s en este pa¨ªs de huelgas generalizadas, sobre todo en el sector de los transportes, ha acogido bien el voto positivo del Senado, que colma un vac¨ªo constitucional que duraba 40 a?os.
Mientras tanto, y es lo que quiz¨¢ haya hecho aligerar la aprobaci¨®n de la ley en las primeras horas de la madrugada de ayer, ha sido anunciado todo un rosario de huelgas en los ferrocarriles en lo que queda de mes.
En Italia, el problema de fondo es que el derecho a la huelga es individual, y por tanto no era posible considerar ?legal el paro organizado por un grupo cualquiera de trabajadores. Es lo que est¨¢ ocurriendo con los famosos Cobas o sindicatos de base, que se han multiplicado como hongos en todos los sectores, aprovech¨¢ndose de la debilidad y falta de representatividad de los grandes sindicatos tradicionales, ex esivamente conexionados con los partidos pol¨ªticos.
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