Frank Loy
Presidente de la Fundaci¨®n Marsha, un regalo alem¨¢n
La vieja Europa ha mostrado, en contadas pero significadas ocasiones, su afecto a las j¨®venes naciones. El pueblo de Par¨ªs obsequi¨® al estadounidense con la estatua de la Libertad a los 100 a?os de la revoluci¨®n norteamericana. La historia a veces se repite, y el pueblo y el Gobierno de la RFA expresaron su agradecimiento al norteamericano Plan Marshall con la creaci¨®n de una fundaci¨®n de este nombre, que tiene como principal objetivo fomentar el conocimiento de las realidades de EE UU y de Europa. Frank Loy es presidente de la Fundaci¨®n Marshall, un regalo entre democracias occidentales.
La historia de Loy sintetiza uno de los objetivos que persigue la Fundaci¨®n Marshall: la intercomunicaci¨®n entre europeos y estadounidenses. Naci¨® en Alemania, pero de ni?o emprendi¨® el camino de ultramar y vivi¨® en California y en Washington. Ahora, a los 59 a?os de edad, sigue viajando a Europa en funci¨®n de su cargo y, en algunas ocasiones, como amante del esqu¨ª. La fundaci¨®n que ¨¦l dirige se cre¨® en 1972 y "fue un regalo de la Rep¨²blica Federal de Alemania a Estados Unidos, en agradecimiento por la ayuda que el Plan Marshall le brind¨® a Alemania al finalizar la II Guerra Mundial".El objetivo de este regalo es estrechar las relaciones entre Europa occidental y Estados Unidos, no entre la Rep¨²blica Federal de Alemania y EE UU, explica Loy. No se trata de convertir nuevos Lafayette en Washington continentales, sino de ayudar a una mejor comprensi¨®n a ambos lados del Atl¨¢ntico y tambi¨¦n a que los l¨ªderes pol¨ªticos y los periodistas conozcan sobre el terreno -es uno de los programas de becas de la fundaci¨®n- las diversas realidades nacionales.
"Intentamos que se produzca intercambio de opiniones en terrenos como la econom¨ªa, la seguridad, la forma de combatir el desempleo", explica Loy, que estudi¨® leyes, ejerci¨® como hombre de negocios en los a?os setenta, y estuvo en la Administraci¨®n norteamericana en tres ocasiones, la ¨²ltima de ellas con Carter, el antecesor de Ronald Reagan. Ahora, al igual que la fundaci¨®n que preside, muestra un gran inter¨¦s por el milagro espa?ol, del que ¨²ltimamente se ha hecho amplio eco la Prensa estadounidense. "Estamos impresionados por el progreso pol¨ªtico y econ¨®mico espa?ol y nos parece que es bueno incrementar el intercambio", explica Loy, para quien dif¨ªcilmente puede pensarse en 1992 sin tener en cuenta la coyuntura internacional y especialmente a los EE UU.
El incremento de colaboraci¨®n podr¨ªa alcanzar nuevos programas, entre ellos alguno relacionado con el medio ambiente, una aut¨¦ntica preocupaci¨®n de Loy. El que fuera alumno de la UCLA y de Harvard pasa la mayor parte de su tiempo libre como presidente de una asociaci¨®n de defensa del medio ambiente. "Gastamos casi siete millones de d¨®lares anuales para informar al p¨²blico sobre las consecuencias de determinadas leyes o actuaciones", afirma. Esta faceta de defensor de causas dif¨ªciles en sociedades industrializadas viene de a?os. No en vano fue agregado de la Secretar¨ªa de Estado para los refugiados en Estados Unidos.
Se expresa con cautela sobre la carrera que dem¨®cratas y republicanos han iniciado a la Casa Blanca, pero considera que Michael Dukakis tiene una buena oportunidad.
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