La seducci¨®n vuelve
Un psic¨®logo napolitano ha abierto la primera escuela para recuperar el arte del galanteo
A Giuseppe Cirillo le han apellidado el doctor seducci¨®n. Es un crimin¨®logo, consultor de sexolog¨ªa y doctorado en psicolog¨ªa aplicada, que acaba de abrir en Mil¨¢n y en Roma la primera universidad de seducci¨®n del mundo. La Prensa le ha presentado como el formador de los nuevos Casanova de este pa¨ªs, y el diario franc¨¦s Le Figaro le ha calificado como el m¨¢s experto en el antiguo arte de cortejar a las mujeres.
"Nada de eso", ha dicho el genial napolitano, "porque lo cierto es que, al rev¨¦s, el hombre italiano moderno encuentra una enorme dificultad para abrir relaci¨®n con una mujer".De hecho, la idea de crear una escuela para ense?ar te¨®rica y pr¨¢cticamente lo que ¨¦l llama "el arte de galantear" le vino analizando el comportamiento de miles de j¨®venes italianos en las discotecas, bares, ascensores o en los McDonald's. "Me di cuenta", dice, "de que, en general, el hombre se siente empachado ante la mujer; que realiza gestos repetitivos, de grupo, sin originalidad ni personalidad".
Dispar¨® con su c¨¢mara fotogr¨¢fica 3.000 diapositivas de actitudes de un hombre frente a una mujer que encuentra por vez primera. Y estudi¨¢ndolas se dio cuenta de que, en general, el hombre italiano frente a una mujer se pone s¨®lo en actitud de rimorchiarla, como se dice en Italia; es decir, de "arrastrarla a la cama". Y eso, seg¨²n el sutil doctor seducci¨®n, no es ni mucho menos el mejor modo de hacer la corte a una mujer.
Ha calculado, que una mujer no fea es abordada en el espacio de una jornada, yendo a la compra o al trabajo, una media de 45 veces por alg¨²n hombre con miradas, palabras o gestos. "Y en el 99% de los casos", afirma, "la mujer advierte en seguida que se trata de un acercamiento puramente sexual".
El cortejar como pura seducci¨®n que empieza 'Tuera del cuerpo" se ha perdido, seg¨²n Cirillo. El hombre italiano ha perdido la capacidad de penetraci¨®n en la intimidad de la mujer respetando sus expectativas, y por eso es dif¨ªcil, dice, que la mirada a la mujer desconocida por la calle o en un local pueda conducir a un encuentro completo, humano, ¨ªntimo y profundo.
El sex¨®logo napolitano asegura que hoy pr¨¢cticamente es imposible a una mujer, cuando la mira un hombre a los ojos, saber si se tratade una petici¨®n de di¨¢logo humano que puede despu¨¦s conducir a una relaci¨®n total o de "una petici¨®n puramente carnal".
Haciendo este an¨¢lisis, Cirillo tuvo la idea de abrir las clases de seducci¨®n a hombres y mujeres, aunque afirma que estas ¨²ltimas necesitan menos dicha instrucci¨®n "porque les basta dejarse cortejar y saben muy bien distinguir y escoger". El problema, afirma, est¨¢ sobre todo en los hombres.
50.000 pesetas por curso
Y los primeros cursos est¨¢n ya abiertos en Roma y en Mil¨¢n. Durar¨¢n dos meses. El coste es de 50.000 pesetas el curso. Se dar¨¢n a los alumnos lecciones te¨®ricas y pr¨¢cticas. ?stas ser¨¢n las m¨¢s dif¨ªciles. "Trabajaremos con simulaciones y tambi¨¦n con situaciones reales",- ha afirmado.
Peri¨®dicos y revistas han ironizado con el doctor seducci¨®n. Y el sex¨®logo napolitano se enfada: "La m¨ªa", dice, "es una investigaci¨®n seria. Tan seria que de 268 peticiones que he recibido para los primeros cursos he escogido s¨®lo cinco alumnos en Mil¨¢n y cinco en Roma. Porque las clases son individuales y quiero empezar con pies de plomo. S¨®lo cuando haya visto que el sistema funciona lo lanzaremos a mayor escala".
El caso es que el romanticismo vuelve a florecer. Los grandes ricos en Italia vuelven a usar los m¨¦todos tradicionales de seducci¨®n: Eugenio Bontempo, un industrial napolitano, es famoso porque hace preceder una invitaci¨®n a cenar a una mujer con miles de flores lo m¨¢s ex¨®ticas posible. Los joyeros confiesan que son muchos los que usan la estratagema para conquistar a una mujer de poner una joya preciosa dentro de un ramo de flores silvestres para que el impacto sea mayor. Y hace poco, en Brescia, un rico importante se acogi¨® a la vieja f¨¢bula de la Cenicienta envi¨¢ndole a una mujer que quer¨ªa conquistar el zapato izquierdo de una firma famosa, invit¨¢ndola a recoger el derecho en su fant¨¢stico castillo.
L¨®gicamente, dice Cirillo, al ense?ar el arte de seducir a una mujer, o al rev¨¦s, se tendr¨¢ en cuenta la personalidad del individuo porque no existe un metodo est¨¢ndar para todos. Si lo importante, segun ¨¦l, es sobretodo la mirada, m¨¢s que el viejo truco del piedino, es decir, de hacer piececitos debajo de la mesa o en el tren; o el del pellizco, del que se afirma que el italiano es un gran especialista, es necesario insistir en el arma de los ojos. Por eso, mientras es conocido que Marlene Dietrich conquistaba con una mirada sat¨¢nica; Marilyn Monroe, con una humedecida, y Woody Allen, con una miope, es evidente que, por ejemplo, al joven italiano t¨ªmido figlio di mamma no se le aconsejara nunca en el curso que use una mirada diab¨®lica, sino m¨¢s bien que practique la mirada tierna, aunque, afirma Cirillo, "siempre sin exagerar".
La fuerza de la mirada
Si un turista o una turista espa?ola se encuentra este verano en Italia con alguien (hombre o mujer) que le mira a los ojos sin complejo, sin timidez, con una especial fascinaci¨®n, que no se asuste ni preocupe. Probablemente ha tenido la ocasi¨®n de cruzarse con uno de los nuevos doctores en seducci¨®n, es decir, un especialista en el arte de conquistar al pr¨®jimo para el amor que acaba de obtener su flamante diploma o doctorado en la nueva universidad del amor creada por el sex¨®logo napolitano Giuseppe Cirillo.La consigna de Cirillo para este verano es: "En alto la mirada". Va a basar toda la t¨¦cnica de sus cursos en "el arte de los ojos", junto con la modulaci¨®n de la voz, como medio infalible de comunicaci¨®n en una sociedad donde se multiplican los libros sobre el amor. Cirillo considera que si un hombre aprende a mirar a una mujer que encuentra casualmente convenci¨¦ndola de que su mirada, "que debe ser de alg¨²n modo magn¨¦tica, fuerte, intensa", no es s¨®lo sexual sino mucho m¨¢s y al mismo tiempo mucho menos, quiere decir que es ya un experto en el arte de la verdadera conquista.
"Los ojos son el espejo del alma", y piensa Cirillo que no hay nada m¨¢s eficaz que usar la mirada para conseguir comunicar al otro lo m¨¢s apasionado de tus sentimientos y adue?arte de la presa. Si se hace bien, una mujer o un hombre pueden caer a tus pies como una pera cocida, precisa el sex¨®logo.
El hecho de que casi sin publicidad le est¨¦n lloviendo las peticiones para asistir a su curso de seducci¨®n demuestra, ha dicho Cirillo, que no es tan cierto el mito de que el italiano aprende mamando el arte de conquistar a las mujeres. Muchas de las cartas de petici¨®n llegan de las madres: "Mi hijo", le escriben, "tiene ya 20 a?os y no es capaz de conquistar a una mujer. ?Cree que tiene remedio y que podr¨¢ sacar provecho de su curso?".
Conquista
De cualquier modo, al parecer, en los cursos de seducci¨®n para formar a los nuevos Casanova italianos lo m¨¢s arduo van a ser las lecciones pr¨¢cticas ante el profesor.
El alumno, tras haber aprendido con la teor¨ªa que se puede conquistar con una mirada deber¨¢ pasar la prueba m¨¢s dif¨ªcil: poner en pr¨¢ctica dicha teor¨ªa con una persona desconocedora del asunto. Si no pasa la prueba pr¨¢ctica, tendr¨¢ que repetir todo el curso. De cualquier modo, se asegura que el curso y las t¨¦cnicas ser¨¢n adaptadas a la psicolog¨ªa particular de cada alumno y a sus problemas de comunicaci¨®n.
La edad de los varones que se han apuntado a los cursos de seducci¨®n van desde los 22 a los 35 a?os. En cuanto alas mujeres, aunque los cursos est¨¢n tambi¨¦n abiertos a Eva, parece ser que el n¨²mero es muy inferior, porque la mujer sigue convencida, dice Cirillo, de que para ella "basta dejarse seducir".
Quienes necesitan afilar m¨¢s bien la mirada y aprender a enfocar los ojos con arte magn¨¦tico para no perder el tranv¨ªa son los hijos de Ad¨¢n, m¨¢s torpes que ellas, listas y maliciosas, en opini¨®n del sex¨®logo Cirilo.
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