Concha Gil

Aunque acaba de salir de la ¨²ltima promoci¨®n de cooperantes formados por el Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericana (ICI), es la m¨¢s veterana de todos ellos, ya que anteriormente permaneci¨® m¨¢s de un a?o en Honduras. Ahora, reci¨¦n terminado el breve e incompleto cursillo que ofrece el ICI, Concha Gil, a sus 42 a?os, se prepara para su segunda misi¨®n, esta vez en El Salvador: es uno de los 110 cooperantes que Espa?a env¨ªa este a?o a Am¨¦rica Latina. "Cooperantes o casi misioneros", admite.

El programa de cooperaci¨®n con Am¨¦rica Latina, especialmente con Centroam¨¦rica, sigue adelante: el pasado fin de semana concluy¨® el cursillo que habilita a 110 licenciados y t¨¦cnicos de grado medio espa?oles para trabajar, durante al menos un a?o, en las m¨¢s variadas misiones en los pa¨ªses latinoamericanos. A Concha Gil, una enamorada de Am¨¦rica Latina, que ya en 1984 acudi¨® como cooperante a Tegucigalpa, le ha tocado en esta ocasi¨®n El Salvador, considerado como uno de los puestos m¨¢s duros. Repite experiencia, dice, porque le gusta y porque en este tiempo se ha especializado en organismos no gubernamentales.Gil reconoce que la mayor parte de los aspirantes a participar en los programas de cooperaci¨®n organizados por el ICI, o por la Secretar¨ªa de Estado de Cooperaci¨®n Internacional, se presenta huyendo del paro: ella misma, licenciada en Ciencias Pol¨ªticas, al iniciar su experiencia, en 1984, se encontraba sin empleo.

Cada a?o son cientos los m¨¦dicos, maestros, economistas, t¨¦cnicos medios o sanitarios que se presentan ante el Instituto Nacional de Empleo para ser preseleccionados. Tienen, en general, entre 25 y 35 a?os y aspiran a un puesto de trabajo, aunque sea tan s¨®lo por un a?o o a?o y medio; es una experiencia nueva que colocar en el curr¨ªculo y con un sueldo que en el caso de los cooperantes no sobrepasa una media de 160.000 pesetas mensuales, alrededor de 240.000 en el caso de los expertos. Despu¨¦s es el ICI el encargado de la selecci¨®n definitiva: hasta ahora, alrededor de medio millar de cooperantes ha sido enviado a Am¨¦rica Latina.

Es poco si se compara con el n¨²mero de cooperantes espa?oles que acuden cada a?o a Guinea Ecuatorial, y sobre todo con los cooperantes enviados a Centroam¨¦rica por pa¨ªses como Francia o la Rep¨²blica Federal de Alemania.

Ahora falta saber si la experiencia es social y pol¨ªticamente ¨²til; aunque el Gobierno espa?ol haya apostado resueltamente por esta v¨ªa -cada a?o son m¨¢s los cooperantes enviados a Am¨¦rica Latina-, existen ciertas dudas sobre su eficacia: "El problema es que lo ideal ser¨ªa transferir tecnolog¨ªa, y, en general, nosotros no la llevamos, no llevamos sino nuestros conocimientos, muchos o pocos", afirma Concha Gil. La falta de una veteran¨ªa suficiente en muchos de los seleccionados constituye otro problema, aunque casi siempre subsanado por la ilusi¨®n: "No en vano el jefe se llama jefe de misi¨®n, y los cooperantes forman parte de lo que se llama una misi¨®n internacional; a veces somos aut¨¦nticos misioneros que tienen que cambiar sus patrones y sus ideas europeos. No puedes ir a ciertos pa¨ªses, por ejemplo, hablando de control de natalidad, porque pronto descubres que all¨ª necesitan m¨¢s gente para cultivar la tierra. Son mundos distintos".