'Latin lover'

Fue un concierto muy bonito. Chuck Mangione domin¨® el ambiente durante el largo tiempo que estuvo en el escenario y logr¨® crear climas de aut¨¦ntico relajo y placidez, pero no en el sentido f¨ªsico -el cuerpo segu¨ªa los ritmos, casi siempre latinos, de la banda-, sino mental: un estado de sometimiento a las ¨®rdenes del rey del flugelhorn. En todo momento supo colocar los temas adecuados para modificar los estados de ¨¢nimo de los asistentes supo dosificar la presencia de su instrumento y manej¨®, en definitiva, la noche a su antojo.

El repertorio de Mangione adem¨¢s, se presta a ello. No produce explosiones de j¨²bilo e historia, pero tiene todos los ingredientes para no ser nunca rechazado. Mangione lo sabe y utiliza esta ausencia de tensi¨®n para hacer del p¨²blico su c¨®mplice, como cuando desciende del escenario a tocar entre los asistentes e invita a bailar a una enamorada mientras la banda sigue tocando. Tambi¨¦n cuida con esmero su look -gabanes, gabardinas y el inevitable sombrero-, adecu¨¢ndolo consecuentemente. Su personalidad y su m¨²sica se hacen por momentos irresistibles.

Feeling

Tres composiciones formaron el grueso de lo o¨ªdo: Land of make believe (el tema con el que abri¨®), Los hijos de S¨¢nchez y Feel so good. Tras lo anterior -casi no har¨ªa falta decirlo-, a sus 48 a?os Mangione ha alcanzado un grado de madurez interpretativa y t¨¦cnica que hace que, por ejemplo, la c¨¦lebre banda sonora de Los hijos de S¨¢nchez suene incluso mejor que en su versi¨®n original. Importante es tambi¨¦n la labor de la banda en general, y de Rob Mathes en particular, que adem¨¢s de tocar correctamente la guitarra y los sintetizadores canta con una excelente modulaci¨®n y con un estilo que se adapta perfectamente a las necesidades de la m¨²sica de Mangione: m¨ªnima tensi¨®n y enorme feeeling.

Las breves excursiones que Mangione hizo al piano, sintetizadores o direcci¨®n de la banda -en una nueva demostraci¨®n de tablas- consiguieron que el largo concierto mantuviera una variedad sonora mientras iba envolviendo a los presentes.

Muchos salieron enamorados de la m¨²sica de Mangione. O de ¨¦l.