Un sargento herido por otro acude a un juez civil ante la actitud de los mandos militares
El Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 23 de Madrid ha admitido la querella criminal presentada contra el sargento C¨¦sar P¨¦rez Mart¨ªn, del Regimiento Alc¨¢zar de Toledo n¨²mero 61, con base en El Goloso (Madrid), acusado de disparar el pasado 24 de mayo contra Jos¨¦ Antonio Vales Casas, de 23 a?os, sargento de complemento de esa unidad, a quien hiri¨® gravemente en un pulm¨®n. P¨¦rez Mart¨ªn aleg¨® que el arma se dispar¨® al dejarla sobre una mesa. Seg¨²n tres ex miembros del regimiento, ¨¦ste sol¨ªa juguetear enca?on¨¢ndoles con su rev¨®lver particular, y ha seguido portando armas despu¨¦s de los hechos, lo que ayer ni el Ministerio de Defensa ni sus mandos confirmaron ni desmintieron.
La jurisdicci¨®n civil ha solicitado a la militar todos los documentos relativos a esta causa para hacerse cargo de la misma, seg¨²n inform¨® ayer Eladio Gal¨¢n, al frente del juzgado 23 por vacaciones del titular.Vales, que estuvo ingresado 20 d¨ªas en la ciudad sanitaria La Paz, afirma que ha presentado la denuncia ante el intento de falsear los hechos y de reducirlos a un mero accidente por parte del supuesto agresor y de mandos de esa unidad.
La agresi¨®n, seg¨²n Vales, se produjo del siguiente modo: Estaba estudiando en el despacho de suboficial un examen de Derecho, cuando entr¨® en la habitaci¨®n el sargento P¨¦rez con el arma en la mano. Le enca?on¨® y, sin media palabra, le dispar¨®. El tiro le atraves¨® el pulm¨®n y le caus¨® una abundante hemorragia. Los m¨¦dicos, seg¨²n Vales, se?alaron que de 100 casos similares s¨®lo uno se salva.Vales relata numerosas trabas para esclarecer el suceso, de las que el Ministerio de Defensa carec¨ªa ayer de informaci¨®n. Afirma que el 3 de junio, nueve d¨ªas despu¨¦s del suceso, a la vista de que nadie le solicitaba su testimonio, dio parte al coronel del regimiento, Luis Oliver. ?ste asegur¨® desconocer que se hab¨ªa producido un "hecho tan grav¨ªsimo", aunque el padre de Vales inform¨® el 25 de junio al capit¨¢n de la compa?¨ªa (UDR, Unidad de Destinos Regimental), Constantino Alonso, que el disparo fue accidental.
Vales y dos ex miembros de esa compa?¨ªa afirman que ha habido varias anomal¨ªas m¨¢s: el ¨²nico testigo de los hechos, el cabo primero Jos¨¦ Manj¨®n Valdepe?as -ilocalizable ayer-, inicialmente les relat¨® que el disparo no fue fortuito, y, despu¨¦s, declar¨® lo contrario ante los investigadores militares y el juez civil, aunque debe aclarar su versi¨®n ante el ¨²ltimo.
Estas fuentes aseguran que el impacto de la bala sobre la pared fue manipulado por alguien y pas¨® de ser un un c¨ªrculo perfecto a tener un aspecto de jud¨ªa; el lugar de los hechos fue limpiado de sangre y ordenado antes de que llegara el instructor militar de los hechos.
Afirman que ning¨²n juzgado civil fue informado desde La Paz del ingreso de un herido de bala -seg¨²n Vales, el parte se lo llevaron los militares-, circunstancia considerada irregular por el juez Gal¨¢n. Finalmente, Vales afirma que el pasado viernes, 55 d¨ªas despu¨¦s de los hechos, descubri¨® que su versi¨®n no figuraba a¨²n en el expediente "por falta grave" abierto al sargento P¨¦rez, a pesar de hab¨¦rsela referido ya al capit¨¢n Alonso, al coronel Oliver, y al instructor militar.
El sargento P¨¦rez, que no pudo ser localizado ayer, abandon¨® su costumbre de jugar a enca?onar a la gente con su rev¨®lver particular -una Astra o un Llama del calibre 38- despu¨¦s del citado suceso, seg¨²n manifestaron ex miembros de su compa?¨ªa.
Sin embargo, estas mismas fuentes aseguran que el sargento en sus horas de servicio sigue portando su arma reglamentaria, una superstar de 9 mil¨ªmetros parabellum, provista de seguro. Y afirman que existen otros militares dados a tales juegos con sus armas.
El coronel Oliver declin¨® ayer dar informaci¨®n sobre este caso y remiti¨® al juez militar. El capit¨¢n Alonso afirm¨® que el coronel conoc¨ªa los hechos desde el primer momento. Preguntado si en el informe que entreg¨® al coronel citaba las dos versiones existentes del suceso, la del herido y la del supuesto agresor, replic¨®: "?C¨®mo va a reflejar dos versiones?. Ahora parece que hay unos se?ores que est¨¢n dando otra versi¨®n distinta". Pero rehus¨® precisar qu¨¦ versi¨®n dio ¨¦l.
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