Hurac¨¢n puertorrique?o
Pas¨® por Madrid un hurac¨¢n salsero denominado El Gran Combo de Puerto Rico. El grupo acaba de cumplir sus bodas de plata desde su creaci¨®n en San Juan de Puerto Rico, con una trayectoria avalada por m¨¢s de 40 elep¨¦s y constantes giras por todo el mundo "para ganarnos el pan honra damente representando a nuestra islita", como dice su director, Rafael lthier.Trece puertorrique?os forman el combo que desarrolla brillantemente los ingredientes imprescindibles de la buena m¨²sica: ritmo, melod¨ªa y armon¨ªa. Tres percusionistas se encargan del ritmo, tres cantantes de la melod¨ªa y cinco vientos de la armon¨ªa. Junto a ellos, piano y bajo crean las s¨ªncopas que proporcionan la sala la salsa, aunque todos intercambian funciones, en una m¨¢quina de hacer m¨²sica que parece tener impulso propio.
Caramba y El Gran Combo de Puerto Rico
El Gran Combo de Puerto Rico: Rafael lthler (plano, arreglos y direcci¨®n), Charile Aponte (voz), Jerry Rivas (voz) , Papo Rosario (voz), Edgardo Morales (timbales), Jos¨¦ Miguel Laboy (bong¨®s), Miguel Torres (congas), Fernando P¨¦rez (bajo), Taty Maldonado (trompeta), V¨ªctor Rodr¨ªguez (trompeta), Eddle P¨¦rez (saxo), Freddy Miranda (saxo), Fanny Ceballos (tromb¨®n). Veranos de la Villa. Muralla ¨¢rabe. Madrid, 20 de julio.
Encaje de bolillos
Escuchar y observar a cada uno de los componentes de El Gran Combo es adentrarse en una labor de artesan¨ªa musical semejante al encaje de bolillos. Los preciosistas y complejos arreglos de Rafael Ithier crean una historia propia para cada instrumento que, al fundirse con los dem¨¢s, crea un universo com¨²n compuesto por 13 individualidades que hacen e interpretan lo que no puede ser de otra manera. El Gran Combo de Puerto Rico consigue, como todos los buenos grupos de salsa, poner al alcance de cualquiera que quiera bucear en ellos elementos musicales, como las disonancias y las sincopas, propios de planteamientos m¨¢s elitistas, pero que permanecen sumergidos ante la agilidad y energ¨ªa de sus canciones. Los puertorrique?os con vierten lo dificil en sencillo, elevan la intuici¨®n a la categor¨ªa de arte y consiguieron con su calidad, simpat¨ªa y profesionalidad hacer las delicias de los madrile?os y latinoamericanos que casi llenaron la muralla ¨¢rabe. Canciones como No hay cama pa tan ta gente o Esos ojitos negros -versi¨®n del tema popularizado por el D¨²o Din¨¢mico- convirtieron el recinto en una pista de baile, demostrando al mismo tiempo las influencias de la m¨²sica espa?ola en la salsa puertorrique?a, apreciable en otros temas con introducciones casi flamencas o incursiones en la rumba.
Fue una demostraci¨®n de la grandeza de la m¨²sica latina cuando se presenta en estado puro y se defiende con la contundencia de los puertorrique?os, que inalizaron su actuaci¨®n improvisando estrofas sobre la noche madrile?a, azotada por el hurac¨¢n salsero.
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