Gregorio de Jes¨²s sali¨® a hombros

Pe?ato / De Jes¨²s, N. de la Taurina, Bl¨¢zquezNovillos de Mart¨ªn Pe?ato, con trap¨ªo. Gregorio de Jes¨²s: oreja; oreja. Sali¨® a hombros. Ni?o de la Taurina: petici¨®n y tres vueltas al ruedo; vuelta. V¨ªctor Manuel Bl¨¢zquez: vuelta; oreja. Plaza de Valencia, 25 de julio. Tercera corrida de feria.

Gregorio de Jes¨²s, -que sali¨® a hombros- lance¨® por ver¨®nicas al novillo que abr¨ªa plaza, m¨¢s tarde lleg¨® el Ni?o de la Taurina y remat¨® un quite por chicuelinas, que enardeci¨® al p¨²blico y, por si fuera esto poco, tambi¨¦n intervino Bl¨¢zquez y la ovaci¨®n se tuvo que prolongar durante todo el primer tercio. Ante un novillo que ofrec¨ªa peligro Gregorio de Jes¨²s no se raj¨® y estuvo valiente tirando de la res y ligando una faena art¨ªstica y voluntariosa. Lo mat¨® de una entera consiguiendo, entre ovaciones, la primera oreja. Su segundo, que no dej¨® de correr hasta que se cans¨®, estaba m¨¢s cuajado que sus hermanos llegando aplomado a la muleta, vi¨¦ndose obligado Gregorio de Jes¨²s a no quitarle la franela de la cara. As¨ª y todo result¨® trompicado sin consecuencias. Lo pasaport¨® de una entera recibiendo de nuevo otro ap¨¦ndice.

El Ni?o de la Taurina, a punto de doctorarse como matador de toros, demostr¨® su gran oficio ante un novillo que buscaba las tablas, situaci¨®n que ignor¨® en quites su compa?ero de terna Bl¨¢zquez ejecutando unas chicuelinas a medias. En el ¨²ltimo tercio la querencia del astado se acentu¨® m¨¢s, por lo que el Ni?o de la Taurina tuvo que realizar una faena inteligente embebiendo en la distancia justa a la res, agradando al p¨²blico, que despu¨¦s de matar le oblig¨® a dar tres vueltas al ruedo.

V¨ªctor Manuel Bl¨¢zquez, en su af¨¢n de dar capotazos, no recogi¨® al tercer novillo, que anduvo suelto durante todo el primer tercio. Con los palitroques se luci¨® e igual su compa?ero, Ni?o de la Taurina, que comparti¨® la suerte. A continuaci¨®n efectu¨® una variada lidia con ambas manos, obligando y mandando al novillo. Con el que cerraba plaza lo vimos impaciente y deseoso de lograr el ¨¦xito.