Roto el di¨¢logo sobre las bases de EE UU en Filipinas
Las negociaciones entre Filipinas y EE UU para la renovaci¨®n del tratado de defensa bilateral que autoriza la presencia de bases norteamericanas en Filipinas fueron aplazadas ayer indefinidamente, en Manila, ante las diferencias sobre las compensaciones financieras y sobre la presencia de armas nucleares en las instalaciones. No obstante, parece probable que se reanude el di¨¢logo y se renueve el actual compromiso sobre las instalaciones estadounidenses.
La delegaci¨®n filipina, que dirige el ministro de Asuntos Exteriores, Ra¨²l Manglapus, pide, al parecer, unos 1.200 millones de d¨®lares anuales en concepto de alquiler de las bases de Subic Bay (naval) y Clark (a¨¦rea), situadas a unos 80 kil¨®metros al noroeste de Manila. Ambas albergan las instalaciones militares m¨¢s importantes de Estados Unidos fuera de su territorio nacional.EE UU ofrece 750 millones de d¨®lares, m¨¢s una serie de compromisos de compra de material filipino (por valor de otros 200 millones). Junto a los salarios que reciben los 68.000 filipinos empleados directa o indirectamente en las bases (equivalentes a otros 100 millones de d¨®lares al a?o), se llegar¨ªa ya, seg¨²n Estados Unidos, al nivel de las peticiones filipinas. Actualmente Filipinas recibe unos 180 millones de d¨®lares en virtud de acuerdos quinquenales, prolongados ininterrumpidamente desde 1947.
"Se trata tan s¨®lo de una interrupci¨®n de las negociaciones, no de una ruptura, y esperamos reanudarlas en fecha pr¨®xima", dijo por su parte un portavoz de la embajada de EE UU en Manila. Por el contrario, un alto miembro de la delegaci¨®n filipina dijo que "Estados Unidos desea maquillar las compensaciones y, en este sentido, no es posible continuar negociando".
Adem¨¢s de las diferencias en el cap¨ªtulo financiero, filipinos y estadounidenses se enfrentan por la cuesti¨®n del armamento nuclear. La nueva Constituci¨®n filipina prohibe el almacenamiento, la fabricaci¨®n o la instalaci¨®n de armas nucleares en Filipinas. Un tema, sin embargo, que, de resolverse el litigio financiero, encontrar¨ªa probablemente alguna soluci¨®n, como la de aceptar, por parte filipina, la doctrina militar estadounidense, que, por razones estrat¨¦gicas, nunca confirma ni desmiente si los barcos o aviones militares llevan armas nucleares.
El asunto de las bases militares es un tema al que la opini¨®n p¨²blica filipina est¨¢ muy sensibilizada, al igual que la presidenta, Coraz¨®n Cory Aquino, que intenta estabilizar un sistema democr¨¢tico debati¨¦ndose entre las presiones de la extrema derecha militarista -que en el pasado intent¨® en cinco ocasiones derrocarla- y la activa guerrilla comunista (el Nuevo Ej¨¦rcito del Pueblo, brazo armado del clandestino Partido Comunista de Filipinas).
"Las bases son un legado colonial, una imposici¨®n y una injusticia para el pueblo filipino" dijeron ayer en Manila los integrantes del Frente Nacional Democr¨¢tico, la coalici¨®n semiclandestina que agrupa a varios partidos y movimientos de la izquierda. Seg¨²n ellos, la ruptura actual es s¨®lo un movimiento t¨¢ctico, ya que la Administraci¨®n Aquino estar¨ªa dispuesta a renovar los acuerdos de las bases, que caducan en septiembre de 1991.
Para Cory Aquino la prolongaci¨®n del acuerdo sobre las bases est¨¢ tambi¨¦n ¨ªntimamente vinculada -aunque no se cite oficialmente- a la iniciativa estadounidense de conceder a Filipinas una ayuda econ¨®mica por valor de unos 10.000 millones de d¨®lares en cinco a?os, en una especie de minipl¨¢n Marshall en el que cooperar¨ªan tambi¨¦n, adem¨¢s de EE UU, los pa¨ªses de la Comunidad Europea, Jap¨®n, Canad¨¢, Australia y Nueva Zelanda. La mayor¨ªa de analistas de la situaci¨®n filipina consideran que para Cory Aquino la recuperaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs es vital para estabilizar la democracia en Filipinas.
El pasado lunes, un suboficial norteamericano, destinado en la isla de Clark, fue asesinado cerca de esta instalaci¨®n militar por unos individuos que le dispararon desde un coche cuando estaba corriendo. Seg¨²n un portavoz estadounidense, las primeras informaciones indicaban que se trat¨® de un crimen com¨²n, sin motivaciones pol¨ªticas.
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