Thatcher, frente a Europa
MARGARET THATCHER ha anunciado que lord Cockfield, comisario europeo para el mercado interior, no ser¨¢ mantenido en Bruselas y ser¨¢ sustituido por Leon Brittan, un pol¨ªtico cuyo entusiasmo comunitario es considerablemente menor. En Londres, muchos conservadores han acogido la decisi¨®n con poco entusiasmo; el ex primer ministro Heath ha llegado a decir que su sucesora la ha tomado por "puro desprecio" hacia la Comunidad Europea (CE).?Es Margaret Thatcher verdaderamente contraria a la idea de una Europa unida? Cada vez que se ha opuesto a una medida pol¨ªtica (como la imposici¨®n de sanciones a Sur¨¢frica) o econ¨®mica (como la constituci¨®n de un banco central europeo) de las Comunidades, a las que su pa¨ªs pertenece, han ocurrido tres cosas. Por una parte, el Gobierno brit¨¢nico ha explicado a sus socios que no comprenden nada, que la posici¨®n de Londres es la ¨²nica razonable y que es el camino a seguir por los dem¨¢s. En segundo lugar, Londres ha acusado a los restantes europeos de hablar demasiado y de no tener intenci¨®n alguna de llevar a la pr¨¢ctica las descabelladas ideas salidas de su exceso verbal. Finalmente, cuando los Gobiernos europeos han decidido seguir adelante sin hacer caso a Margaret Thatcher, el Reino Unido ha acabado subi¨¦ndose al vag¨®n de las iniciativas comunitarias para no quedarse descolgado.
Ser¨ªa injusto acusar a los brit¨¢nicos de un antieurope¨ªsmo global, puesto que el sentimiento no es mayoritario y adem¨¢s ha sufrido una evoluci¨®n considerable desde los tiempos en que el laborismo exig¨ªa plebiscitos que determinaran si su pa¨ªs segu¨ªa o no en el seno de la CE. Sin embargo, no es exagerado afirmar que la primera ministra desconf¨ªa instintivamente de Europa y que se siente inc¨®moda tratando con los "continentales". El Reino Unido es, con Dinamarca, el pa¨ªs m¨¢s reticente a sacrificar parcelas de su soberan¨ªa o de su ideolog¨ªa pol¨ªtica o econ¨®mica, el menos dispuesto a poner en com¨²n iniciativas o a consensuarlas con sus socios europeos.
La construcci¨®n de Europa exige una voluntad firme y un compromiso verdadero por parte de quienes est¨¢n empe?ados en ella. Los socios europeos tienen que estar verdaderamente decididos a sacrificar sentimientos nacionales, a aceptar que ciertas instituciones, determinadas pol¨ªticas, van a tener que ponerse en com¨²n, con lo que ello implica de acatamiento a instancias vagamente entendidas como superiores. ?se es el camino por el que Margaret Thatcher no parece estar decidida a progresar. No concibe una Europa capaz de acordar pol¨ªticas comunitarias en los campos econ¨®mico y social; no ve claramente la afirmaci¨®n de un pilar europeo de defensa. Est¨¢ en su derecho, naturalmente. Pero, en esas circunstancias, es l¨®gico que sus socios miren al Reino Unido con irritaci¨®n y se pregunten qu¨¦ hace un miembro tan reticente compartiendo una aventura tan estimulante.
La construcci¨®n de Europa tiene l¨ªmites hist¨®ricos, sociol¨®gicos y pol¨ªticos que nadie ignora. Europa no es cosa de dos d¨ªas. En realidad, lo que es grave en las formulaciones de la primera ministra brit¨¢nica es su negativa a aceptar el juego de la inercia impredecible, que tan decisivamente opera en la construcci¨®n de Europa. Le parece que hay que combatir esta inercia, porque es un elemento peligroso y poco razonable, y cree que sus socios cuentan demasiado con ella a la hora de dejar que anude inesperadamente la trama de Europa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.