Los jueces anti-Mafia de Sicilia piden el relevo por las trabas a su labor
Giovanni Falcone, el juez italiano internacionalmente conocido por su lucha contra la Mafia, ha pedido, junto a otros ocho magistrados que trabajaban con ¨¦l en Sicilia para combatir el crimen organizado, su traslado de la isla, en protesta contra el obstruccionismo del recienteimente designado jefe de los jueces de Palermo, Antonino Meli. ?ste ha rechazado las acusaciones de haber levantado la guardia y ha denunciado a su vez los deseos de protagonismo del grupo de jueces que encabeza Falcone, que ayer deb¨ªa declarar ante el Consejo Superior de la Magistratura en Roma.
La renuncia de los blindados vivientes, como se les llama por las medidas de seguridad que han debido tomar para evitar ser asesinados, refuerza los argumentos expuestos hace 11 d¨ªas por el fiscal jefe de Marsala, Paolo Borselino, que acus¨® p¨²blicamente a los poderes del Estado de haberse rendido ante la Mafia y de pretender desmantelar el grupo anticrimen organizado m¨¢s importante del pa¨ªs.La pol¨¦mica desatada llev¨® al presidente de la Rep¨²blica, el democristiano Francesco Cossiga, a interpelar a los ministros de Interior y Justicia y al Consejo Superior de la Magistratura sobre lo que est¨¢ pasando con la lucha contra la Mafia.
Por otra parte, el ex general Ambrogio Viviani, que fue jefe de los servicios de contraespionaje italianos, en una entrevista concedida al corresponsal de EL PA?S en Roma, Juan Arias, explica parte del oscuro entramado de los servicios secretos de su pa¨ªs y afirma que ¨¦stos tambi¨¦n existen en el Vaticano, si bien nunca colaboran con los de otros pa¨ªses.
Viviani, candidato a diputado del Partido Radical, asegura que estuvo infiltrado en la logia secreta seudomas¨®nica P-2 para espiar al jefe de ¨¦sta, Licio Gelli, y recuerda la frustraci¨®n que sinti¨® cuando, al hacerse p¨²blica la lista de los miembros de la P-2, sus superiores no reconocieron haberle enviado a esta misi¨®n. Adem¨¢s, mantiene que el segundo hombre en el atentado contra Juan Pablo II en la plaza de San Pedro del Vaticano estaba encargado de eliminar al asesino, el turco Al¨ª Agca, y no de facilitar su huida.
P¨¢ginas 2 y 3
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.