Inocente
Miles de segovianos, miles de espa?oles, emitieron ayer su veredicto sobre el caso del presunto positivo de Pedro Delgado en la etapa de Villard de Lans: inocente. Nadie se acordaba ya de sustancias como la probenecida ni de anabolizantes. Todos quer¨ªan proclamar a Perico campe¨®n. Es el ganador del Tour. Es el mejor porque lo ha ido demostrando d¨ªa tras d¨ªa, tanto sobre la monta?a como en el llano y contra el reloj.La trayectoria general de Delgado en la earrera m¨¢s importante del mundo aleja toda duda: decimoquinto, sexto, segundo y primero en los a?os en que ha podido terminar el Tour. Y estos resultados los ha ido logrando en constante progresi¨®n, salpicada s¨®lo por sus dos retiradas, una cuando se fractur¨® la clav¨ªcula y otra cuando falleci¨® su madre.
Tambi¨¦n ha ganado una Vuelta a Espa?a, precisamente la ¨²nica que sali¨® a disputar de verdad. Despu¨¦s fue el tercero sin dar una pedalada de m¨¢s porque su objetivo era otro, el Tour. ?l ya habia superado esa etapa. La Vuelta quedaba para quienes no pod¨ªan aspirar a empresas mayores.
Delgado comenzaba a sentir obsesi¨®n por el Tour. "Yo soy un hombre Tour", repet¨ªa. Y la ¨²ltima vez que lo dijo supuso todo un desaf¨ªo. Porque fue capaz de no inclinarse ante las presiones de los organizadores de la Vuelta, asumir despu¨¦s su aparente fracaso en el Giro y volver a decir: "Yo soy un hombre Tour".
?l se hab¨ªa preparado este a?o como nunca para ganar el Tour. Pas¨® de la Vuelta porque quer¨ªa afinar su preparaci¨®n en el Giro, de fechas m¨¢s cercanas a la carrera francesa. Delgado no ten¨ªa que responder ante nada ni nadie de lo que ¨¦l decidiera. Ni representaba a Espa?a, ni a m¨¢s intereses publicitarios que los de su casa patrocinadora. Quiso ju,gar fuerte, apost¨® y gan¨®. As¨ª de claro.
Sudando sangre
Ahora Segovia, Espa?a entera, le idolatra. Ayer se dej¨® mecer por la muchedumbre. Pero hab¨ªa triunfado para s¨ª mismo. Porque para ello lleva luchando a?os y en los ¨²ltimos meses ha sudado sangre: primero, en solitario, sobre la carretera, para mejorar esa maldita contra reloj; luego, por las presiones de gente con intereses ajenos al ciclismo que se permit¨ªan decirle c¨®mo ten¨ªa que programar la temporada, v, por ¨²ltimo, ante la campa?a que tuvo que soportar en Francia por un positivo que nunca fue tal. El Tour quiso emborronar su jersei amarillo, el que ayer, por aclamaci¨®n popular, luci¨® completamente inmaculado.
El error de Delgado fue tomar una sustancia de efecto placebo, m¨¢s que nada una sugesti¨®n, que, tiempo atr¨¢s, estuvo de moda. Llegaba la monta?a y la consider¨® necesaria. Luego, se vio tan fuerte que no volvi¨® a sacarla de la bolsa. Y es que el ciclismo sigue siendo un deporte que, biol¨®gicamente, est¨¢ a a?os luz de los dem¨¢s.
Delgado es inocente de toda culpa y toda sospecha. Su progresi¨®n y su ambici¨®n lo conduc¨ªan directamente a ser el protagonista de una gesta: ganar el Tour. S¨®lo le restaba serlo, como ayer, por aut¨¦ntica aclamaci¨®n popular.
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