Las asignaturas pendientes

Los participantes del seminario mostraron fuerte coincidencia en que los bancos extranjeros que pretendan entrar al mercado espa?ol no podr¨¢n competir en la banca al por menor, por carecer de las redes de pasivo necesarias para esta ambici¨®n.Todos coincidieron en que la competencia ser¨ªa dura en la banca al por mayor y las grandes operaciones en que ¨¦sta se centra, "pero que de todas formas tienen m¨¢rgenes peque?os". Esto indica a las claras que las posibilidades que abren a la banca el mercado ¨²nico europeo se centran en la captura de espacios. Ya sean de producto o geogr¨¢ficos. Y esto vale tanto para la banca espa?ola en el extranjero como para la extranjera en Espa?a.

Curiosamente, un gran ausente del debate fueron las empresas parabancarias que, especializ¨¢ndose en un producto, pueden socavar fuertemente la actividad de los bancos espa?oles. Un caso t¨ªpico son las sociedades de cr¨¦dito hipotecario, cuya implantaci¨®n en nuestro pa¨ªs puede afectar al volumen de negocio bancario en este sector.

Esta batalla en torno a nuevos productos s¨ª puede ser a la larga un reto firme a: la actividad bancaria que vea limitada su tasa de beneficios proveniente de un sinn¨²mero de productos, desde los seguros hasta el cr¨¦dito para vivienda.

Las entidades de cr¨¦dito espa?olas se han cuidado de no hacer ostentaci¨®n de su esfuerzo por desarrollar productos que dejen un alto margen de diferenciaci¨®n, debido a su bajo coste de obtenci¨®n de recursos comparado con el producto de su inversi¨®n. En este campo, las cajas, cuyos exponentes m¨¢s audaces se dirigen hacia la banca global, constituyen el reto m¨¢s pr¨®ximo. El peligro viene de dentro.

Las recomendaciones centrales para el futuro fueron la necesidad de reducir el exceso de oficinas bancarias que es notorio en nuestro pa¨ªs y apelar a la reducci¨®n de gastos generales, en los que Espa?a sobresale, para compensar una posible ca¨ªda de los m¨¢rgenes, por el momento m¨¢s abultados que en el resto de Europa.

Fueron estos m¨¢rgenes, cuya reducci¨®n ha sido palpable en a?os recientes, los que en el fondo han permitido a la banca espa?ola salir a flote durante la crisis.

Finalmente, el Banco de Espa?a tambi¨¦n hizo llegar su mensaje. Mientras en 1983 Mariano Rubio defend¨ªa un reforzamiento de la gesti¨®n bancaria, la inspecci¨®n y control, en 1988 el mensaje de la autoridad monetaria fue menos regulaci¨®n, m¨¢s transparencia y mayor calidad de las operaciones.