Manili: "Mi ambici¨®n es tener cartel de hombre"
Muchos d¨ªas con sus noches ha pasado Manili trabajando los campos de la vega de Cantillana, por ganar dinero, y ahora que el dinero le viene abundante de la liturgia torera que abraz¨® con fervor catec¨²meno, se da cuenta de que no s¨®lo era por eso, pues el campo es su vida. Ten¨ªa nueve a?os cuando hac¨ªa oficio de la guarda de cochinos, y a pocos m¨¢s ya era destripaterrones, pe¨®n, pastor, campirano, vaquerizo... No hay oficio de ganader¨ªa y cultivo que no haya practicado. "Habr¨¦ yo echao algod¨®n en esta vida?", resume Manili sus trabajos en las ricas tierras cantillaneras. Y no lo dice ni con iron¨ªa ni con rencor, pues si pudiera, all¨ª estar¨ªa cada d¨ªa, con los animales de labor y los aperos, sin manijero ni apenas cuadrilla siquiera, para escallar, acaballonar, ahijar, herrar; y la cosecha, y la crianza. Y en los pocos ratos libres, subir a la sierra, vista de lince, parada la escopeta, suficiente el morral, a por el venado. Pero no puede, ha de torear, su otra vocaci¨®n y su m¨ªstica. Ha de torear sin pausa, pues le viene la gloria y le llegaron los contratos millonarios.Pregunta. Las salidas a hombros por la puerta grande de Las Ventas, el pasado mes de mayo, le convirtieron a usted en figura y se supone que, como cualquier torero en su caso, exigi¨® una subida sustancial en sus honorarios.
Respuesta. Algo as¨ª, claro, pero sin abusar. El dinero es necesario y para ganarlo nos jugamos la vida, aunque no s¨®lo es eso. ?Quiere usted creer que me han criticado por lo contrario? Despu¨¦s de aquellos ¨¦xitos fui a la feria de Badajoz y teniendo el m¨¢ximo cartel, era el torero que menos cobraba. Me aconsejaban: pide m¨¢s o no vayas. Y eso no es as¨ª: la corrida de Badajoz la apalabr¨¦ antes de lo de Madrid, y yo no iba a faltar a mi palabra. Porque el cartel de torero es important¨ªsimo, pero a¨²n es m¨¢s importante el cartel de hombre. Desde que tuve uso de raz¨®n, me fij¨¦ tres o cuatro ambiciones y una de ellas es esa. Quien no tiene palabra, no es hombre. Y siempre he cumplido mi palabra, igual en esta ¨¦poca que cuando era pe¨®n.
P. ?Pas¨® estrecheces en su juventud?
R. Estrecheces, s¨ª; necesidad o hambre, nunca. ?ramos una familla de trabajadores del campo, y cada d¨ªa nos gan¨¢bamos el sustento y un modesto bienestar. Nunca nos falt¨® de nada, porque mi padre trabajaba mucho, mi madre era una mujer extraordinaria llevando la casa y cuid¨¢ndonos a todos, y los chicos enseguida nos pusimos a echar una mano.
P. Se supone, entonces, que hubo de dejar pronto los estudios.
R. ?Dejarlos? La verdad es que casi ni empec¨¦. Mi madre me acompa?aba hasta la puerta del colegio, que se llama Los Escolares, y yo entraba, pero sal¨ªa por una ventana de atr¨¢s. A veces, en el poco rato que estaba dentro, no dejaba bombilla viva.
P. ?Romp¨ªa bombillas? ?Por qu¨¦?
R. No s¨¦; me gustaba hacer punter¨ªa con los cantos y oirlas estallar de la pedrada. Reconozco que era un travieso de a¨²pa. El maestro le dec¨ªa a mi madre: 'Carmen, yo no puedo con Manili; a ver si lo domas tu'. Y ella respond¨ªa: '?Qu¨¦ quieres que haga, que lo mate?'. As¨ª que ni estudios ni nada. Lo que s¨¦, lo he aprendido en la vida, de ver y escuchar. De leer, menos, aunque ¨²ltimamente le estoy cogiendo gusto.
P. Se hizo torero a los 20 a?os, pero han pasado 16 sin que pudiera vivir del oficio. ?C¨®mo se las ha arreglado todo ese tiempo?
R. No he tenido problema. Soy muy trabajador y muy ambicioso. Trabajar no me cansa y adem¨¢s me gusta, qu¨¦ quiere que le diga. Creo que es preciso ganar dinero, y donde veo un duro, all¨¢ voy. Cuando trabajaba en la finca del ganadero Mart¨ªn Berrocal, hac¨ªa dos peon¨¢s: terminado el tajo, cog¨ªa el tractor y me pon¨ªa a empacar alfalfa, y al mismo tiempo tend¨ªa cepos para conejos, que luego vend¨ªa a los restaurantes de Cantillana. El jornal se lo entregaba, ¨ªntegro, a mi madre; los extras, me los quedaba yo. As¨ª que, dale que te pego hasta una de la madrugada, no me merec¨ªa la pena ir a casa, que est¨¢ lejos de la finca, para volver de amanecida. De manera que me echaba a dormir en la alquer¨ªa sobre un peto de los caballos de picar, que hay all¨ª para los tentaderos. Lo mismo he ido a coger ma¨ªz con el cogollo en pie, a pleno sol del verano y luego a echar el remolque, que a la aceituna en invierno, que a sembrar patata o apartar toros. Hace cuatro a?os compr¨¦ un terreno cerca de Cantillana, y yo mismo, con estas manos, lo limpi¨¦ de hierba y forraje, rotur¨¦, sembr¨¦, y me da cosecha. Tambi¨¦n met¨ª vacas que compr¨¦ a Mart¨ªn Berrocal. Y, adem¨¢s, trataba ganado, toreaba lo que pod¨ªa, organizaba festivalitos.
P. Con tanta actividad, llegar¨ªa, incluso, a tener ahorros.
R. S¨ª, dentro de lo que cabe. Soy previsor, por lo que pueda pasar. ?Y qu¨¦ puede pasar? Pues, por ejemplo, mi hermano mayor me dijo que quer¨ªa casarse pero necesitaba una vivienda. Y yo voy, hago as¨ª, y digo: toma el dinero que vale. Cuando se cas¨® mi hermana, m¨¢s peque?a, le hice un gran regalo. Somos una familia muy unida. Falta mi madre, que muri¨® hace a?os, y la echo mucho de menos. Qu¨¦ cosa m¨¢s grande es una madre ?verdad? Mi hermana, que es un monstruo, de puro buena y hacendosa, me cuida como si fuera su hijo. Este cari?o que nos tenemos, es lo m¨¢s maravilloso del mundo.
P. Y ahora, el triunfo y los contratos millonarios, ?le har¨¢n cambiar de vida?.
R. Qu¨¦ va. Mire, no quiero, de momento, ni mersede, ni finca de recreo, ni lujos. Voy a comprar cosas productivas, hasta que con ellas resuelva mi vida. Entonces vivir¨¦, como ahora, en Cantillana, trabajando el campo, criando ganado, y all¨ª es donde voy a morir. ?Divertirme? Bueno, como todo el mundo, pero sin chuler¨ªa. Siempre he sido una persona sencilla y tranquila, y no voy a cambiar. Lo que m¨¢s me gusta es conversar de toros sosegadamente, con gente que sabe de esto; principalmente con los maestros Marcial Lalanda, Pepe Luis V¨¢zquez o Pep¨ªn Mart¨ªn V¨¢zquez. E ir de cacer¨ªa. Por cierto: el ¨²nico capricho que he comprado es lo ¨²ltimo en fusiles: dispara unas balas como para matar elefantes.
P. ?Hay muchos elefantes en Cantillana, Manili?
R. Pues as¨ª, de momento, a¨²n no he visto yo ninguno por all¨ª.
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